Podemos vivió ayer unos tensos intercambios de acusaciones con dos exabogados del partido, José Manuel Calvente Redondo y Mónica Carmona Segura, que fueron cesados a principios de esta semana. Carmona, exresponsable de Cumplimiento Normativo, denunció el miércoles, a través de un comunicado al Consejo Ciudadano Estatal morado, que tanto su destitución como la de su compañero supone «un grave acto de represalias y posibles coacciones» en respuesta a sus investigaciones sobre «graves irregularidades» en el seno de la formación. A primera hora de ayer, fuentes cercanas a la dirección podemista negaron las acusaciones y explicaron que Calvente, ya exdelegado de Protección de Datos, fue despedido el pasado lunes tras abrírsele un expediente por acoso sexual y laboral que podría terminar en los tribunales. Algo que el abogado aseguró, en una nueva carta, que «es rotundamente falso».

«COMPROMETER AL PARTIDO» / Carmona, en el texto presentado al máximo órgano de la formación, denuncia haber sido cesados de sus puestos después de estar llevando a cabo una investigación sobre «una serie de irregularidades muy graves que podrían comprometer seriamente al partido como entidad jurídica desde un punto de vista penal, administrativo y reputacional». Aunque no ofrece más información, la exempleada de Podemos insiste en que, tanto ella como su compañero, pusieron en marcha «expedientes internos de investigación para aclarar los hechos y defender al partido ante una posible reclamación». Así, apunta que los despidieron «para intentar puerilmente ocultar las graves infracciones legales objeto de investigación».

«El despido es por motivos de acoso sexual y laboral por razón de género», reafirmó la secretaria de Feminismos de Podemos, Sofía Castañón, antes de negar cualquier presunta irregularidad. La dirigente morada insistió en que el exempleado fue notificado en la carta de despido de que el motivo se debía a unas «situaciones inadmisibles» con una compañera, «entre otros temas».

Unas acusaciones que Calvente quiso desmentir: «No ha existido ningún expediente ni investigación de ningún tipo contra mi persona en todos los años que llevo trabajando para Podemos. Ni tan siquiera ha sido alegado como motivo de despido». Además, tachó la denuncia de «difamaciones» que obedecen a «un ánimo de venganza desde que se tuvo conocimiento de las investigaciones que estaba realizando».