El Gobierno de coalición ya tiene mucho más despejada la legislatura con la aprobación en el Senado de forma definitiva de los Presupuestos Generales del Estado de 2021, las primeras cuentas de PSOE y Unidas Podemos, que pretenden ser una guía para una política económica marcada por la crisis y la gestión de los fondos europeos.

La portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha celebrado que "España va a iniciar el año con nuevas cuentas", unos Presupuestos "inéditos para un momento singular de la historia de nuestro país" que permitirán afrontar el futuro "con mayor fortaleza". La Cámara alta no ha incluido en el proyecto presupuestario ninguna de las más de 3.500 enmiendas, por lo que queda aprobado definitivamente sin necesidad de volver al Congreso.

Se pone así fin a una tramitación acelerada, de menos de dos meses -el proyecto se aprobó en Consejo de Ministros el 27 de octubre y se presentó en el Congreso al día siguiente-, en la que ha recabado el apoyo de 12 formaciones: PSOE, Unidas Podemos, PNV, ERC, Bildu, PDECat, Compromís, Más País, Nueva Canarias, Teruel Existe, Partido Regionalista Cántabro y Partido Aragonés.

Dos años sin cuentas

Los Presupuestos de 2021 entrarán en vigor el 1 de enero -es la primera vez que se aprueba un Presupuesto en tiempo y forma desde el de 2016- para sustituir las cuentas de 2018, las más longevas de la historia, aprobadas en el primer Gobierno de Sánchez pero que habían sido elaboradas por el Ejecutivo del PP.

Con estas cuentas, el Gobierno pretende hacer frente a las consecuencias de la crisis derivada de la pandemia y articular la primera anualidad de los fondos europeos, ya que prevé el adelanto de 27.000 millones para poner en marcha cuanto antes los proyectos.

También incorpora una serie de medidas sociales -subida de pensiones y sueldo de los funcionarios, ampliación del permiso de paternidad o más fondos para sanidad- y tributarias -subida del IRPF para rentas altas o del IVA para bebidas azucaradas, aunque finalmente no del diésel-.

Críticas de la oposición

La última jornada de debate, en la que se han debatido las enmiendas parciales, ha estado protagonizada por las críticas hacia la celeridad de la tramitación en el Senado, donde no se ha incorporado ninguna enmienda, procedentes tanto de los grupos de la oposición como de los propios socios del Gobierno.

Los partidos de Gobierno han defendido las cuentas, el senador socialista Ander Gil porque "atienden las principales necesidades" del país, como transformar la economía o reforzar el Estado del bienestar, y la senadora de En Comú Podem Sara Vilà porque son unos presupuestos expansivos con medidas sociales.

Entre sus apoyos, la senadora del PNV María Dolores Etxano ha subrayado que era "imprescindible" contar con un Presupuesto, mientras desde ERC Mirella Cortès ha instado al Gobierno a poner "fin a la represión" en Cataluña y desde EH Bildu, Gorka Elejabarrieta ha defendido la necesidad de avanzar en la democratización del Estado con la defensa de la plurinacionalidad.

Los socios del PSOE

Tras estas intervenciones, el senador del PP José Vicente Marí ha afeado que el PSOE "calle" y "agache la cabeza" frente a unos socios que buscan "otras cosas" diferentes al bienestar del país, al tiempo que ha afirmado que los Presupuestos no son creíbles.

La senadora Ruth Goñi (Ciudadanos) ha rechazado los Presupuestos porque "no son realistas", no apoyan a las pymes ni al turismo y no apuestan por la innovación, mientras desde Vox Jacobo González-Robatto ha cargado contra las subidas de impuestos.