Pedro Sánchez ha llevado a cabo este martes una remodelación del Gobierno mínima, quirúrgica, sin sorpresas, motivada por la salida de Pablo Iglesias del GobiernoPablo Iglesias. El presidente no ha querido ir más allá de lo indispensable: aupando a Yolanda Díaz a la vicepresidencia tercera y dando entrada a Ione Belarra como nueva ministra de Derechos Sociales. El mensaje del jefe del Ejecutivo es nítido: la coalición entre el PSOE y Podemos continúa fuerte, “unida”, y se mantendrá hasta 2023, agotando la legislatura. No hay ninguna tentación de anticipar las elecciones generales.

El líder socialista ha comenzado elogiando al ya exvicepresidente segundo. “Es sabido que va a concurrir a las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid. Su decisión nos lleva a hacer las modificaciones pertinentes, manteniendo intacto nuestro acuerdo de coalición. Deseo agradecer el trabajo del vicepresidente saliente”, ha señalado desde la Moncloa, en una comparecencia sin preguntas, tras comunicar al rey Felipe VI los cambios en el Ejecutivo.

Después, ha dejado claro que la coalición goza de buena salud, a pesar de los continuos roces en materias tan sensibles como la Monarquía, la crisis territorial en Cataluña, los alquileres y la ‘ley trans’. “Desde las diferentes visiones, en la coalición siempre ha prevalecido la unidad y el interés general”, ha explicado.

No entraba en el guión

Sánchez no tenía pensado llevar a cabo esta crisis de Gobierno. A diferencia de la anterior, motivada por el salto de Salvador Illa a la candidatura del PSC en las elecciones catalanas, la actual reestructuración le vino dada por Iglesias. Dos semanas atrás, por sorpresa, descolocando a propios y extraños, el líder de Podemos anunció que dejaba su puesto de vicepresidente segundo para presentarse a las elecciones de la Comunidad de Madrid, una convocatoria con la que el presidente tampoco contaba y que ha cogido al PSOE con el pie cambiado. El candidato socialista, Ángel Gabilondo, es de transición. El bloque de izquierdas parece muy lejos de lograr la mayoría. Isabel Díaz Ayuso, la presidenta autonómica, del PP, arrasa en todas las encuestas. Pero pase lo que pase en los comicios madrileños del próximo 4 de mayo, Sánchez, según sus colaboradores, está empeñado en agotar la legislatura, llevarla hasta 2023.

Esa es la idea que ha querido transmitir el jefe del Ejecutivo este martes, al anunciar los cambios en el Gobierno. Díaz, la ministra de Trabajo y próxima candidata de Unidas Podemos a la Moncloa, es la nueva vicepresidenta. Pero no segunda, como había reclamado Iglesias, sino tercera, para evitar que la máxima responsable económica, Nadia Calviño, quede por detrás de Díaz, cuyo ministerio es también económico. Calviño, hasta ahora vicepresidenta tercera, pasa a ser la segunda. Belarra, secretaria de Estado para la Agenda 2030, se convierte en ministra de Derechos Sociales, una cartera que dirigía Iglesias. “Son mujeres que han desempeñado una labor destacable, con disposición constructiva, resolutiva. La fórmula para los grandes consensos es la unidad”, ha insistido Sánchez.

Con estos cambios, ha subrayado el presidente, España se convierte en el primer país del mundo donde las cuatro vicepresidencias están ocupadas por mujeres, ya que a las citadas hay que sumar a Carmen Calvo, la vicepresidenta primera, y Teresa Ribera, la cuarta. “Debo destacar que el Gobierno de España está entre los más igualitarios del mundo. Somos el sexto país del mundo con mayor proporción de mujeres. El cuarto entre los países de la UE. Somos un Gobierno feminista y lo vamos a seguir siendo”, ha dicho.

“La prioridad del Gobierno es seguir gestionando la emergencia sanitaria, económica y social. Si 2020 fue el año de la pandemia, 2021 es el año de la vacunación y de la recuperación económica. Continuaremos con nuestra labor: crear empleo, abrir paso a una España más sostenible, más cohesionada y más feminista, ofreciendo estabilidad hasta 2023”, ha concluido el jefe del Ejecutivo.