Las elecciones del martes iniciarán un nuevo ciclo partidista en España. Dos bloques definidos y más atrincherados que nunca. Dentro de cada uno de ellos quedarán seguramente dos partidos sintonizados, unidos contra el otro bloque. En la derecha, tras el más que probable hundimiento de Ciudadanos, quedará un PP favorecido por la mala suerte de su socio centrista y por el primer frenazo de Vox desde su pistoletazo de salida en las elecciones andaluzas de 2018. En la otra trinchera, todo apunta que el PSOE verá nuevamente cuestionada su fuerza competitiva con un partido a su izquierda. Partido, como en Galicia o Euskadi, que no será Unidas Podemos, sino otro —Más Madrid en este caso— que probablemente participe en la reconstrucción del espacio de la izquierda estatal junto a la nueva líder de la formación morada, Yolanda Díaz. Pero antes de todo esto, ¿qué va a pasar el martes en las elecciones de Madrid?

La campaña: corta para Más Madrid y PP, larga para el resto

La campaña madrileña es un presagio, con partidos que desearían que hubiese acabado hace una semana, o que directamente no hubiese habido campaña, y otros que pagarían por que esta durase una semana más. De este último grupo forman parte el PP y Más Madrid.

El partido de Isabel Díaz Ayuso ha disfrutado de un liderazgo indiscutible y ligeramente ascendente durante toda la campaña hasta situarse en el 41%, según el panel de especialistas de Predi. Los de Mónica García no solo han 'sorpassado' a Unidas Podemos y Vox, que en precampaña partían con la ventaja de tener líderes reconocidos por todos, sino que en la última semana y media han pasado del 13% al 16%. Esta subida, la más meteórica de la campaña, se debe en gran parte a las fugas del PSOE de Ángel Gabilondo, que ha ido decreciendo durante toda la campaña hasta valores cercanos al 21%. Esa cifra sitúa a Más Madrid aún a cierta distancia de los socialistas, pero más cerca que en 2019.

Unidas Podemos, destinada según algunas encuestas de precampaña a quedar por debajo del 5%, ha luchado contra su futuro revelado a fuerza de 'shocks'. En concreto, dos: el anuncio de la candidatura de Pablo Iglesias al principio de la campaña y el amago de debate en la cadena SER, que lo volvió a situar en el centro mediático. En este momento cuenta con un 9% de voto tras una última semana de campaña en la que el 'momentum' del último 'shock' se ha disipado.

Quien no ha podido aplacar sus malas expectativas ha sido Ciudadanos, que en los últimos días ha bajado al 3%, ensombrecido por una lógica polarizada que penaliza a quien se queda en medio. Por su parte, Vox, desaparecido y en caída durante la precampaña, ha cobrado presencia en la recta final, pudiendo recuperarse hasta el 8% que marcan las estimaciones de Predi.

Los tres gobiernos más probables

Dicho esto, y teniendo en cuenta los pequeños cambios que puedan darse en las siguientes horas, los posibles gobiernos resultantes de estas elecciones son tres, ordenados según su margen de probabilidad: el gobierno de Ayuso en solitario apoyado externamente por Vox, el tripartito de izquierdas, y la coalición de Ayuso y Vox. Se puede comprobar la evolución en el gráfico que sigue a este párrafo.

Gobierna Ayuso en solitario: 55%

Dos motivos explican que si da la suma de escaños entre PP y Vox, lo más probable ya no sea que gobiernen en coalición, como ocurría en la precampaña, sino que Ayuso lo haga en solitario con apoyos externos del partido de Monasterio. En primer lugar, las señales coalicionales que han emitido el PP —Pablo Casado se ha manifestado sutilmente en contra del pacto— y las que ha dejado de emitir Vox —que en ningún momento ha exigido formar parte del siguiente Ejecutivo— parecen atisbar una relación a distancia como acuerdo preferente. En segundo lugar, la consistente bajada de Vox durante la mayor parte de la campaña, siempre lejos del PP de Ayuso en apoyos, le deja en una mala posición de partida para reclamar una vicepresidencia en caso de aspirar a ella.

A esto hay que sumar que no es tan evidente que el matrimonio sea una buena idea, ni para unos ni para otros. La evidencia comparada demuestra que los socios júnior de coalición, especialmente cuando tienen posiciones maximalistas como las de Vox, lo tienen complicado para sobrevivir ante la sombra del socio mayoritario. Por otro lado, es innegable que la compañía demasiado cercana de Vox es incómoda para el PP, que, más allá de Madrid, aspira algún día a convertirse en un partido amplio que acapare todo el voto de centroderecha, atrayendo a simpatizantes de Ciudadanos y votantes moderados del PSOE, que en todo caso repelen a Vox.

La izquierda suma: 20%

Tras el 'shock' que supuso el famoso encontronazo entre Pablo Iglesias y Rocío Monasterio, después de que esta última pusiera en duda las amenazas de muerte recibidas por el exvicepresidente, quedaba la duda del tamaño que tendría el efecto 'bounce' o rebote que hay tradicionalmente después de un 'shock'. La magnitud de este rebote determina hasta qué punto el 'shock' produce un cambio neto en las expectativas o no. Tras aquel acontecimiento, en este artículo se comentaba que todo iba a depender de hasta qué punto la izquierda conseguía estirar el marco discursivo activo en ese debate, sobre la democracia, hasta el final. En otro articulo anterior ya se alertaba: los estudios científicos demuestran que los 'shocks' más interesantes son los que se producen los últimos días de campaña, es decir, esos que se producen antes de que el efecto rebote caiga como una losa.

Lo que demuestra el paso de los días y los datos de Predi es que aquel fallido debate ha quedado atrás. Con él queda el enfoque discursivo que favorecía al bloque de la izquierda, que hipermovilizaba a sus votantes ante la amenaza de la extrema derecha, y con él se reducen las posibilidades de que la izquierda gane hasta el 19%. A este achicamiento de la probabilidad del gobierno de izquierdas contribuye también el hecho de que los días se agotan para que produzca un hecho incierto que dé un vuelco a las elecciones.

Con todo, este porcentaje no es menor. Implica que hay margen para que la victoria de la izquierda fructifique. ¿De qué depende? De dos factores: el primero es la capacidad de arrastre que esté teniendo Más Madrid, que, sobre todo desde hace una semana, vive una ola ascendente que algunos días ha compensando con creces las pérdidas agregadas de PSOE y Unidas Podemos. Una posibilidad es que tanto las encuestas como Predi no estén capturando suficientemente bien el grado de aumento de movilización asociado a esta ola. Dicho de otro modo, que la subida en la participación que se percibe en la última semana y se muestra en el gráfico de a continuación sea muy favorable para la izquierda. El otro punto que explicaría la victoria relativamente improbable de la izquierda es el voto oculto a PSOE y Unidas Podemos. Especialmente a este último partido, que, debido a la baja reputación de su líder, podría estar ocasionando que su votante fuera el menos expresivo.

Coalición PP-Vox: 19%

Este escenario, a priori, simplemente sumando números, debería ser tan probable como un gobierno de Ayuso apoyado por los de Monasterio. Pero, evidentemente, no solo la suma de votos importa para configurar un gobierno. Las implicaciones son muy distintas y estas determinan por qué es menos factible el acuerdo más estrecho. No obstante, hay un 19% de probabilidad de que este gobierno suceda. Dependerá en gran medida de los cálculos que haga Vox: ¿seguir creciendo electoralmente o demostrar capacidad de acción? Los partidos, a fin de cuentas, persiguen otros objetivos más allá de sumar votos, como posicionar a algunos de sus cargos en puestos de mando, dando un respiro a la estructura de la organización, y aplicar las políticas que defienden. A pesar de los riesgos asociados a entrar en minoría en un gobierno, Vox podría estimar pertinente entrar también si tiene la sensación de que sus votantes reclaman que su voto sea útil para producir cambios. 

A esto hay que sumarle otro motivo que podría justificar una coalición entre PP y Vox. El partido de Monasterio defiende que el principal obstáculo para que ellos no entraran en el gobierno anterior de Ayuso era Ciudadanos, que les vetaba. Razonamiento que el PP parece haber apoyado tras provocar un adelanto electoral por sus supuestas desavenencias con su hasta entonces socio preferente. Una vez desaparecido este actor, como parece que ocurrirá, se despeja el terreno para el entendimiento entre PP y Vox, que durante los dos últimos años y en el transcurso de la campaña han gozado de la mejor de las relaciones. Con este precedente, a las dos formaciones se les hará difícil escenificar un pacto distante sí ganan, aunque ese sea el resultante más plausible.

¿Y si hay sorpresa?

Hay otros escenarios posibles, pero mucho menos probables. Que el PP alcance la mayoría absoluta por sí solo es un ejemplo. Cuenta con un 4% de probabilidades, según Predi.

Otra posibilidad aun más rocambolesca (2%) sería la repetición electoral tras un empate exacto entre los dos bloques. Situación altamente improbable, pero posible como consecuencia de la ley autonómica que hace que la Asamblea de Madrid tenga un número de representantes proporcional a la población madrileña. En esta ocasión, da la casualidad de que el número de representantes es par y, por lo tanto, podría sumar cada bloque 68 escaños. La última situación imaginable y no mencionada hasta ahora es que Ciudadanos termine entrando y, por tanto, condicionando el gobierno de Madrid, ya sea el de un lado o el del otro.

Hasta aquí las predicciones —hasta el día de las elecciones con Predi—, los resultados el 4 de mayo a partir de las 21.00 horas.