La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha dicho este domingo que quiere dejar atrás "cuanto antes" la crisis en las relaciones con Marruecos y ha abogado por el diálogo y la diplomacia.

Las autoridades marroquíes permitieron la entrada de unos 9.000 inmigrantes a Ceuta a principios de semana y han llamado a consulta a su embajadora porque España permitió en abril que el jefe del Frente Polisario Saharaui, Brahim Ghali, fuera atendido en un hospital de Logroño de varias dolencias, incluida la covid.

En declaraciones a RNE, la ministra ha dicho que sintió "mucho dolor y preocupación" por el sufrimiento ante esa masiva llegada de personas a Ceuta y que España "no juega a las represalias con los países socios, amigos y vecinos", sin descartar "la firmeza, cuando hay que tenerla".

Se ha referido a la "inmigración desordenada, irregular, que está en manos de mafias", a la que hay que contrarrestar y para ello se trabaja en Europa con el pacto por la migración, "buscando que sea una lucha común, conjunta con nuestro vecinos", porque no es solo un problema de los países limítrofes, sino de toda la Unión.

Preguntada por si lo ocurrido en Ceuta ha sido la respuesta marroquí a la presencia en España de Ghali, Laya ha reconocido que es "una medida unilateral a un gesto humanitario a una persona que estaba en estado critico". Ha aludido a la reacción "muy clara" de la UE de apoyo a España y críticas a Marruecos en esta crisis porque "la migración es un hecho muy sensible" para Europa.

Respecto a cómo se reconducirán las relaciona con Marruecos, ha considerado que "hay que mirar hacia el futuro y evitar que estas escenas se reproduzcan", además de ayudar a retornar a los que quieren volver a ese país "y en ello estamos con las autoridades marroquíes", porque "reconducir la relación es clave para los dos países". Para ello, ha continuado, mantienen muchas conversaciones de manera discreta.

En cuanto a Gahli, Laya ha señalado que, "cuando se recupere volverá a su país".

Sobre la situación del Sahara, ha recordado que en diciembre Marruecos e Israel normalizaron relaciones a cambio de que Estados Unidos reconociera la soberanía de Marruecos sobre ese territorio. "Al conocer el acuerdo -ha continuado-, respondimos con respeto como siempre hacemos con las decisiones de los demás. A nosotros nos importa la legalidad internacional" y en este asunto, ha agregado, "hay un contencioso que necesita una respuesta política, que tienen que encontrar las partes".

Para España, ha indicado, no hay una "solución favorita" y cualquiera que salga, se respetará" y ha recordado que trabaja con la ONU para nombrar un enviado "que ayude a las partes" porque "nos preocupa este contencioso". "Nunca haremos nada que suponga agravios para Marruecos, Argelia o el Polisario", ha sentenciado.

Y en declaraciones a 'El País', Laya ha asegurado que España nunca buscó esta crisis con Marruecos, "ni la alimenta" y que lo que quiere es dejarla atrás lo antes posible. Ha afirmado que España es respetuosa en su relaciones con todos los países, "pero también pedimos que lo sean con nosotros", y reconoce que la crisis con Marruecos "está lejos de terminar". Ha decidido que no responderá con "gestos hostiles que llegan del otro lado del Estrecho" y no va a llamar a consultas a su embajador en Rabat.