Tras la renovación profunda del primer nivel de Gobierno, llegan los segundos y terceros escalones de la Administración. La configuración de los equipos de los nuevos ministros y el rediseño de la Moncloa. Uno de los cambios que previsiblemente aprobará el martes el Consejo de Ministros afecta a Rafael Simancas. Él será el nuevo secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, reclutado por el nuevo titular de la Presidencia, Félix Bolaños, tal y como confirmaron fuentes gubernamentales a este diario.

Simancas (Kehl, Alemania, 1966) es un dirigente con muchos trienios en política. Un rostro conocido, discreto y fiable, como siempre le han reconocido. Desde 2017 hasta ahora era el secretario general del Grupo Socialista en el Congreso. Es decir, el número dos de la portavoz, Adriana Lastra. El fontanero de los socialistas en la Cámara baja e interlocutor con el resto de partidos. Bolaños le sitúa ahora en un puesto clave, para que ejerza la labor de eslabón entre el Ejecutivo y el Congreso y el Senado. Como tal, asiste a las reuniones de la Junta de Portavoces. Esa figura es fundamental más ahora, en un Gobierno de coalición y que no dispone de mayoría absoluta.

El nuevo secretario de Estado de Relaciones con las Cortes releva al granadino José Antonio Montilla, catedrático de Derecho Constitucional y número dos de Carmen Calvo en el Ministerio de la Presidencia desde su aterrizaje en la Vicepresidencia del Gobierno, en 2018. Montilla formaba parte del núcleo duro de Calvo, junto a su directora de Gabinete, Bela Valldecabres; el subsecretario, Antonio Hidalgo, y la jefa de Comunicación, Belén Labadie. La ya exvicepresidenta sumó a su equipo, en 2020, al almeriense Fernando Martínez como secretario de Estado de Memoria Democrática, al pasar estas competencias bajo su mando, radicadas en Justicia en el primer Ejecutivo de Pedro Sánchez.

En el entorno de Bolaños no anticipan aún si Hidalgo y Martínez serán relevados. El ministro lleva este martes a la reunión del Gabinete el proyecto de ley de memoria democrática, que dejó listo Calvo antes de su salida del Gobierno. La ex número dos introdujo algunos cambios en el texto a raíz de las propuestas recogidas en los dictámenes preceptivos, pero no vinculantes, emitidos por los órganos consultivos, entre ellos el Consejo General del Poder Judicial. Bolaños ya nombró nuevo director de Gabinete la semana pasada: es el murciano Rafa Oñate, que ya era el jefe de su Gabinete Técnico en su anterior puesto, la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno.

La conexión López-Vallès-Rodríguez

El fichaje de Simancas es consonante con el estilo que Sánchez ha imprimido a su nuevo Gabinete. Mucho más político y mucho más PSOE. Simancas dirigió la federación socialista madrileña entre 2000 y 2007, y a punto estuvo de ser presidente de la comunidad de no haber sufrido la traición de dos diputados de su grupo. El famoso ‘tamayazo’ de 2003 tras el cual se consolidó el PP en el poder regional. Con su derrota en las autonómicas de 2007, que revalidaron la mayoría absoluta de Esperanza Aguirre, Simancas dejó la política madrileña y fue compensado por José Luis Rodríguez Zapatero con un escaño primero en el Senado y luego en el Congreso, Cámara en la que tiene acta desde 2008. Ahora tendrá que dejar su sillón en la carrera de San Jerónimo, pues la norma no escrita en el PSOE es que los secretarios de Estado renuncien a su escaño, como pasó con Montilla.

El presidente cesó a su gurú, a su todopoderoso director de Gabinete, Iván Redondo, para sustituirlo por otro hombre pata negra del PSOE, Óscar López. De hecho, López y Simancas fueron dos puntales de la candidatura del exlendakari Patxi López en las primarias del PSOE en 2017, en las que se impuso Sánchez frente a la gran favorita, Susana Díaz. Patxi López quedó tercero en la contienda, fue reubicado en la dirección federal y Simancas, en el grupo, como dos de Lastra. Óscar López recaló en la empresa pública Paradores de Turismo en 2018, en cuanto el secretario general llegó a la Moncloa.

Para está nueva etapa, el presidente ha querido también cerrar heridas internas, integrando en su equipo de confianza no solo a dirigentes que apoyaron a Patxi López, sino también a aquellos que respaldaron a Susana Díaz, como las ministras Isabel Rodríguez, Pilar Alegría y Diana Morant. Además, el nuevo secretario de Estado de Comunicación, el exdiputado del PSC Francesc Vallès, es muy cercano a Óscar López y trabajó con Rodríguez en la dirección del Grupo Socialista entre 2014 y 2016. Vallès apoyó al vasco Eduardo Madina en las primarias de 2014, en las que un desconocido Sánchez ganó ayudado por los aparatos regionales, liderados en aquel momento por Díaz.

La entrada de Simancas en el Gobierno deja desguarnecido el Grupo Socialista. Lastra se volcará en el partido hasta la celebración del 40º Congreso Federal. Ella y el nuevo secretario de Organización, el navarro Santos Cerdán, son los que han de llevar las riendas del PSOE en estos tres meses tras la salida de José Luis Ábalos. Lastra podría abandonar la portavocía parlamentaria, pero fuentes de su entorno indicaron que “no hay nada decidido” hasta el cónclave federal. Su sustitución en la Cámara baja también supondría la extensión de los cambios operados en el Ejecutivo hasta el grupo parlamentario.