La Moncloa se planteó la gira americana de Pedro Sánchez como una venta de España ahora que el final de la pandemia parece cerca y van a llegar los fondos europeos. Buscar oportunidades de inversión. Atraer al sector privado. Proyectar el país como un buen destino turístico, como un potente 'hub' audiovisual en Europa, como un Gobierno que tiene entre sus prioridades la transición ecológica y digital y que, en el plano internacional, defiende el multilateralismo frente al aislacionismo y proteccionismo de Donald Trump.

Esas líneas maestras confluyeron en la primera actividad del presidente en su viaje a EEUU. En Nueva York, en el corazón financiero del mundo. Fue entrevistado por diez minutos, por la mañana -8.30 hora local, 14.30 en España-, en el programa 'Morning Joe', uno de los buques insignias de la MSNBC, cadena de sensibilidad demócrata y que es la segunda por cable del país, solo por detrás de la conservadora Fox. El espacio reúne a en torno un millón y medio de espectadores diarios, por debajo de las cifras que alcanzan los canales generalistas (ABC, CBS o NBC), y fue el primer escaparate mediático elegido por el Ejecutivo para esta gira, que se completará, hasta el viernes, con Reuters -también en Nueva York-, CNN en español (en Los Ángeles) y Bloomberg Technology (en San Francisco).

"Después del desastre de la pandemia, en España estamos definiendo nuestra hoja de ruta para la recuperación de la economía. Y necesitamos tener al sector privado de EEUU a bordo. Por eso estamos aquí", explicó Sánchez a la periodista Mika Brzezinski, copresentadora del espacio junto a su marido, Joe Scarborough, que da nombre al programa. Allí, en Nueva York, y no en Washington, porque justo tras la entrevista comenzó una ronda de reuniones con los altos ejecutivos de cerca de una quincena de empresas y fondos de inversión (entre ellos, BlackStone, Morgan Stanley, JP Morgan, Soros, Lone Star Funds o Bank of America). España, dijo, está viviendo su "momentum" tras el estallido de la pandemia, y pretende captar al sector privado de EEUU para ayudar a recuperar y digitalizar la economía y "modernizar" el sistema educativo. La visita es, pues, puramente económica, no política.

Basta poner la tele en este país unos minutos para darse cuenta de que hay un problema, y serio, con la vacunación. El ritmo de inoculación se ha atascado, sobre todo en los estados de voto republicano. Los pinchazos son objeto de controversia política y son constantes los anuncios y los apremios a la ciudadanía para que se vacune. Sánchez sacó pecho de las cifras en España: un 51,3% de la población con pauta completa y el objetivo del 70% de los españoles inmunizados a finales de verano. La vacuna "significa recuperación económica". El Gobierno, dijo, quiere que se vuelva al estadio previo a la pandemia, pero creciendo de manera "inclusiva", tanto desde el punto de vista "social, territorial y con igualdad de género", y siendo conscientes de que la digitalización y la transición ecológica son "las mayores revoluciones" que el mundo tiene que enfrentar.

El presidente recalcó que en España, a diferencia de lo que ocurre en EEUU, no hay un "movimiento de rechazo a las vacunas". La subida en los contagios, explicó, se debe a que la campaña de inoculación arrancó con la vista puesta en los sectores más vulnerables, y hoy quienes todavía faltan por recibir el pinchazo son los más jóvenes, aunque la vacunación se está abriendo a ellos y están "respondiendo positivamente". Sánchez sostuvo que España, la UE, EEUU y el mundo están afrontando un desafío al sistema sanitario público global, que no se puede convertir en una batalla "ideológica o partidaria". "No es una cuestión de conservadores o progresistas, es una cuestión de salud pública global, y de decir a los ciudadanos que han de ser prudentes, protegerse y vacunarse, porque la vacuna es segura y nos protege frente al virus". Era su modo de hacer pedagogía, también con los espectadores americanos.

Sánchez no fue preguntado por una futura reunión con Joe Biden después de su minicita en la cumbre de la OTAN del pasado 14 de junio. Sí celebró su "América ha vuelto" como una "buena noticia" para EEUU y para el mundo, porque ha supuesto el regreso a los mecanismos multilaterales y a acuerdos tan importantes como el de París, sobre el cambio climático, y es clave que "EEUU esté a bordo". En ese punto, enfatizó la importancia que el Ejecutivo y la UE dan a la lucha contra el calentamiento global. España, por su parte, destinará el 40% de los fondos europeos a la transición ecológica y otro 28% a la digitalización. Con la Administración Trump "era muy difícil de entenderse", dijo, porque entendía que la UE "era una especie de enemigo", y eso era "un completo error".

Sobre China, mantuvo que para EEUU es un "competidor" y un "rival sistémico" en cuestiones como el respeto a los valores democráticos, pero hay que "abrir un diálogo" con Pekín acerca de los desafíos mundiales, entre los que está, precisamente, el cambio climático.

Sánchez tuvo ocasión de vender España en otro aspecto. La presencia de mujeres en su nuevo Gabinete, que alcanza el 63,6%, como recordó Brzezinski. El jefe del Ejecutivo insistió en que su Gobierno está "comprometido" con la igualdad de género en diversas vertientes, desde la retribución salarial hasta la equiparación de las bajas de paternidad y maternidad a 16 semanas. Y concernido con la violencia machista. La igualdad de género no es una "cuestión ideológica". Es una "cuestión fundamental, de derechos humanos".