Cuando comunicó el adelanto electoral en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco aseguró que pretendía “pararle los pies al sanchismo”. Desde ese momento, la estrategia y los mensajes políticos del presidente autonómico, que busca la reelección en su comunidad y acercarse a la mayoría absoluta, han sido prácticamente calcados a los de Isabel Díaz Ayuso. Por eso, el dirigente castellanoleonés aspira a contar con la presidenta de la Comunidad de Madrid como uno de sus grandes activos en la campaña. Este fin de semana los barones acuden a León al congreso que también coronará a Mañueco como líder del PP regional.

En el partido lo ven como el primer gran acto de precampaña y, como en otras ocasiones, habrá un debate de presidentes el sábado por la tarde. No será el único día que Mañueco cuente con la presencia de sus colegas de otras comunidades, a los que ya ha pedido que acudan en más ocasiones durante las próximas semanas. Pero, a diferencia de otras campañas como la gallega o la de Madrid, en las que sus presidentes no reclamaron excesivo apoyo de los suyos y optaron por un perfil muy personalista conscientes de su tirón como candidatos, Mañueco sí quiere el calor de dirigentes populares, y muy especialmente el de Ayuso. En su equipo más cercano así lo confirman.

En la Puerta del Sol afirman que la presidenta “se ha puesto a disposición de Mañueco” para lo que necesite, a la espera de que el calendario de campaña se vaya concretando. La intención es que la madrileña pase varias jornadas en la comunidad vecina. Ya dio muestras de ese apoyo en el desayuno que ambos protagonizaron este lunes en Madrid y que sirvió para escenificar una tregua entre la madrileña y la dirección nacional tras meses de crisis. “Soy consciente de lo mucho que nos une a todas las comunidades, especialmente a las nuestras, ya que hasta hace nada eran lo mismo, y que por eso hoy comparten tantas personas, proyectos y servicios. Cuenta con nosotros”, dijo Ayuso.

El giro de Mañueco

Mientras Génova y Sol llevan meses inmersos en una profunda crisis interna (que ahora tendrá un largo respiro para centrarse en las elecciones castellanoleonesas, conscientes de que el partido se juega mucho) Mañueco ha optado por exportar con toda claridad el modelo de la presidenta madrileña, acuñando términos que hasta hace muy poco se asociaban exclusivamente con su línea política. Hasta el punto de que el presidente insistió en que las políticas de ambos son “las mismas” a pesar de que durante la pandemia la gestión ha sido bastante diferente.

Castilla y León de hecho, apostó por restricciones severas en casi todas las olas y fue el primero en desafiar a la justicia cuando no avaló los toques de queda (el Tribunal Supremo suspendió su decisión). También defendió el cierre de la comunidad autónoma entera mientras Ayuso insistía en sus cierres quirúrgicos por barrios y en mantener la apertura económica todo lo posible. 

En el PP castellanoleonés ahora están convencidos de que “la fórmula de éxito” demostrada y equiparable a su territorio (a pesar de las notables diferencias también en extensión y población) es la de Madrid. Y, de ahí, que hayan decidido, como antes hizo Ayuso, llevar las elecciones a un enfoque nacional en el que Mañueco mira de tú a tú a Pedro Sánchez. Las polémicas declaraciones de Alberto Garzón sobre la industria cárnica hablando sobre el maltrato y la carne de peor calidad que sale de las denominadas macrogranjas han dado todavía más oxígeno al PP. En el núcleo duro del presidente dan por hecho que el ministro de Consumo “les ha hecho la campaña”. Está por ver si también Vox, como pretende, araña votos del campo.

En el círculo de Mañueco, sin embargo, temen por la distribución de procuradores en ciudades más grandes como Valladolid o Burgos. El presidente sigue convencido de que su partido representa el sentir mayoritario de las zonas rurales y cree que contará con un apoyo generalizado a pesar de la irrupción de la España vaciada en estos comicios. Sí hay un cierto miedo a lo que pueda conseguir Santiago Abascal como antes logró Ciudadanos. 

Este sentimiento y la necesidad que tiene el PP de evitar cualquier fracaso en las urnas es lo que ha propiciado la tregua de la cúpula y Ayuso, con paseo incluido entre Teodoro García Egea y la presidenta madrileña, para dejar claro que ahora todos están a una.

Los principales cargos del partido llevaban semanas clamando por algún tipo de acuerdo que evitara más daños, tal y como empezaban a mostrar las encuestas. A Mañueco le interesaba especialmente, teniendo en cuenta que ahora apuesta por la madrileña como uno de los grandes reclamos si Génova no interfierePablo Casado también tendrá mucha presencia en la campaña, exactamente igual que en el resto de citas con las urnas. De hecho, la idea es que tenga su propia agenda, con independencia de que en algunos actos coincida con el candidato.

Mañueco no escatimará en comparaciones con las políticas de Ayuso. “Las compartimos y son las que quiero poner en marcha”, afirmó él mismo, tras citar algunos ejemplos como la bajada de impuestos (IRPF) que también la madrileña aprobó recientemente. Los ataques Sánchez son recurrentes, igual que hizo la madrileña. De hecho, el presidente castellanoleonés justifica el adelanto electoral (rompió abruptamente su gobierno de coalición con Ciudadanos) afirmando que “tuvo que tomar la misma decisión” que Ayuso por “las maniobras” del presidente del Gobierno para intentar hacerse con ambas autonomías “en los despachos”. El partido naranja no apoyó la moción de censura que presentó el PSOE el año pasado, ni tenía intención de romper el gobierno autonómico.