A menos de un mes de las elecciones de Castilla y León, los presidentes autonómicos del PP arroparon a Alfonso Fernández-Mañueco en el congreso que le vuelve a coronar como líder del PP en su comunidad y que sirvió para arrancar definitivamente la precampaña. El partido se juega mucho en la cita del 13 de febrero (incluso Teodoro García Egea, número dos de Pablo Casado lo reconoció así en el cónclave) y todos los barones se volcaron con una unidad que llevaba meses sin producirse. 

El objetivo no es otro que remar para conseguir una victoria similar a la de Madrid en Castilla y León. Isabel Díaz Ayuso, que llegó al congreso junto al resto de presidentes y que sigue despertando un especial interés entre los afiliados, se sumó a las palabras de sus homólogos al reconocer que las elecciones en esta autonomía “van mucho más allá” de sus fronteras. “España necesita que Castilla y León demuestre que el proyecto de Sánchez está acabado y que el 4 de mayo no fue una anécdota”. 

Justo después pidió a Mañueco demostrar que “la pesadilla de Sánchez tiene caducidad” y aseguró que el partido dejará claro “que 2022 va a ser un año horrible para todos aquellos que van contra España, para la pretendida superioridad moral de la izquierda que nos dice que tenemos que empobrecernos, que va contra la familia, los autónomos y los empresarios”.

Sus palabras fueron leídas entre los principales dirigentes en clave de unidad, en un discurso más generoso que en pasados congresos (compartiendo el éxito de las urnas de mayo y citando expresamente a Pablo Casado para que llegue cuanto antes a la Moncloa) y que causó menos revuelo que en congresos como el de Castilla La-Mancha o Andalucía, cuando los niveles de tensión con Génova estaban en máximos.

SECUNDINO PÉREZ.

Sí dejó un recado a la dirección nacional cuando insistió en que los congresos internos “son muy buenos” porque sirven “para unir al partido y dar apoyo a los presidentes”, mostrando entre líneas (una vez más) que ella también quiere su congreso cuanto antes y que aspira a liderar el PP de Madrid. Para el cónclave madrileño sigue sin haber fecha clara en el calendario y eso es algo que sigue molestando en Sol. Pero la urgencia electoral y la necesidad de obtener unos buenos resultados en esta comunidad forzó una tregua (controlada y que durará solo unas semanas) para remar todos a la vez. Después, probablemente se retomará.

Sobre los resultados y la necesidad de que las elecciones castellanoleonesas salgan bien también se pronunció el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, que no dio ninguna pista sobre cuándo se celebrarán en su comunidad. Antes o después del verano. “Estas elecciones son muy importantes también para mí, que soy el siguiente en examinarse. ¡Por dios, sacad un buen resultado!”, espetó Moreno despertando el aplauso de las filas y poniendo de manifiesto, al mismo tiempo, las consecuencias que de una u otra manera tendrá el 13-F.

Fuentes de Génova reconocen que el presidente andaluz está en lo cierto. Una mayoría sólida de Mañueco impulsaría el camino de su comunidad y aumentarían las opciones de que los comicios sean antes del verano. Otros dirigentes reconocen que en caso de que Vox obtenga un resultado consistente, para Andalucía la situación se complicaría. En todo caso, dirigentes de la cúpula mantienen que las encuestas internas (y más después de la polémica de la carne generada por el ministro Alberto Garzón) les siguen situando en el entorno de los 39 procuradores, rozando la mayoría absoluta (41).

Es cierto que otros dirigentes de la región son más conservadores en la predicción y apuntan a los 35 escaños. Todos coinciden en que habrá una victoria clara, pero el número de representantes será lo que determine la autonomía del PP. El éxito de Ayuso fue precisamente sumar más que las tres izquierdas juntas forzando a Vox a apoyar su investidura sin poder exigir entrar en el gobierno. Mañueco quiere exactamente ese modelo. Y Casado es el primer interesado en que todos sus presidentes autonómicos vayan obteniendo victorias similares. Como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica, el líder del PP fía su llegada a la Moncloa a un ciclo de cambio que empezó el 4-M y que ahora debe continuar ganando todas las elecciones que se presenten.

La voz más autorizada al respecto fue la de Alberto Núñez Feijóo. El presidente de la Xunta acumula cuatro victorias absolutas consecutivas, como él mismo recordó en su turno de intervención en León, aunque también apuntó a Ayuso como elemento revitalizador del partido: “El tuyo fue el ‘match ball’ para el PP”, le dijo. El primero en intervenir fue Fernando López Miras, presidente de Murcia, que justificó el adelanto electoral en Castilla y León casi como propio. La moción de censura en su región fue el inicio de todo. “En esta tierra se estaba repitiendo un calco a lo que pasó en Murcia. Que no os engañen. Se retrasaba la aprobación de los Presupuestos, Ciudadanos exigía medidas que no estaban acordadas, tenía reuniones con el PSOE… ¿Os suena?”, dijo el presidente murciano. “Yo lo he vivido. Que no os engañen”.

La dirección nacional reconocía satisfacción total en la noche de este sábado por ver cumplido el guion del congreso. La imagen de arranque de la semana (Teodoro García Egea e Isabel Díaz Ayuso juntos) no fue casual. Era el inicio del año político y una declaración de intenciones para las elecciones de Castilla y León. La constatación de que todos los barones, incluida la dirigente madrileña que mantiene su pulso con Génova, están dispuestos a aparcar las grietas internas para reeditar una gran mayoría autonómica. 

Este domingo Casado clausura el cónclave en un momento más dulce que los anteriores, gracias a la unidad que todos los barones confirmaron. Eso sí, con el temor constante de que Vox pueda dar la sorpresa. Santiago Abascal también consiguió llenar su mitin en Valladolid en la mañana del sábado retando a los populares. El adelanto electoral es una prueba de igual dimensión para Mañueco y el líder del PP, que no podría aguantar ninguna derrota a estas alturas.