El compromiso de aprobar una ley contra la violencia intrafamiliar que Vox ha arrancado al PP, a cambio de apoyar la investidura de Alfonso Fernández Mañueco, ha puesto en alerta al Gobierno. Qué contenidos tendrá, cómo afectará a la ley contra la violencia de género, porque convivirán las dos normas, y de qué recursos dispondrá. Porque aunque Mañueco, que ha logrado continuar como presidente tras dar a la formación de ultraderecha una vicepresidencia y tres consejerías y hacer esta concesión, niega cualquier retroceso frente al maltrato machista, lo cierto es que la nueva ley tratará de asimilar este hecho con todo tipo de violencia doméstica.

Los números hablan por si mismos, señalan fuentes gubernamentales: 160.000 denuncias de violencia de género frente a 20.000 por agresiones en el seno de una familia. Una circunstancia que es absolutamente ajena a la violencia que sufren las mujeres a manos de sus parejas y que acumula la trágica cifra de 1.000 asesinadas desde que existen registros. Por ello el Ejecutivo "vigilará cómo se reparten los recursos", para que no se mezcle. "No todo es lo mismo y no se puede distribuir equitativamente".

A nivel institucional ésta una de las principales preocupaciones del Gobierno y de hecho, la ministra de Justicia, Pilar Llop, calificó como "muy grave" que el PP haya transigido con esta exigencia, cuando es un partido que ha gobernado y ha estado siempre comprometido con la violencia machista. Recientemente, recordó, el pacto de Estado contra la violencia de género se ha renovado sin el apoyo de Vox.

"Hablar de violencia intrafamiliar", dijo la ministra, supone "poner en peligro los derechos de mujeres, niñas y niño" e "invisibilizar la violencia específica contra las mujeres". El PP "no puede de ningún manera saltar este límite porque suponer traicionar sus derechos".

"Abrir las puertas a la extrema derecha"

La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, añadió, a preguntas de las periodistas, tras la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, otra reflexión sobre la investidura este lunes de Mañueco y el acceso de Vox, por primera vez en España, a un Ejecutivo regional. Permitir su entrada en la Junta, dijo, es "una mala noticia para la democracia".

"El Gobierno estará atento, vigilante desde todos los ámbitos del Estado, para combatir a posicionamientos que agreden a las libertades y los derechos, especialmente de las mujeres". Lamentamos, añadió, que "la primera decisión de Feijoo sea exactamente la contraria de lo que hace a la derecha europea", en referencia al apoyo que los republicanos franceses (el partido hermano del PP ha dado a Emmanuel Macron para intentar evitar una victoria de la ultraderecha de Marine Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales). "Aquí abriendo de par en par las puertas a la extrema derecha" y permitiendo su llegada al poder en lugar de establecer un "cordón democrático".