Alberto Núñez Feijóo está donde quería y como quería. El actual líder del Partido Popular recaló en el cargo el pasado mes de abril y ha estado dos meses alargando su llegada para acudir por primera vez esta semana al Senado, donde por fin tuvo el tan esperado cara a cara con Sánchez. Y con la primera de riesgo.

El presidente popular ha conseguido que en tan solo una semana se le califique de "tontopollas" por meter la pata. El pasado sábado acudía a un mitin en el mirador de la Alhambra de Granada y allí comparaba el atardecer andaluz con el de su tierra, concretamente el de Finisterre. "Yo no voy a discutir con Bill Clinton porque él nunca vio la puesta de sol de Finisterre. Pero les puedo asegurar que esta es una de las más bellas puestas de sol del mundo, no solamente de España", dijo. No hizo falta nada más para que el presidente del PSOE de Andalucía, Manuel Prezzi, se lanzara a la yugular de Feijóo. "Es un comentario cateto, del que nos visita y dice que su pueblo o su puesta de sol es mejor".

Cuesta no retrotraerse a grandes momentos que ya quedarán para la historia en los que otro gallego y también popular, Mariano Rajoy, lanzó sendas perlas en mítines y plenos ante el asombro y sorna del público. Desde el mítico comentario del "es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde", pasando por "ETA es una gran nación", "cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo. Beneficio político" o "un vaso es un vaso y un plato es un plato".

Pero, ¿en qué se parecen y en qué se diferencian ambos líderes?

Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo, en una foto de archivo. EP

Hay cosas obvias. Desde la edad, (Rajoy tiene 67, Feijóo 60), su origen gallego, hasta la forma de hacer política. "Tienen similitudes evidentes: los dos son de Galicia, son generacionalmente más cercanos de lo que era Rajoy con Casado, han coexistido en procesos de gestión a diferentes niveles", dice Pablo Simón, politólogo y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid. "Son bastante parecidos, gente moderada que en principio no se sale de sus casillas, son amables en el trato, gallegos, de una generación cercana...", corrobora Luis Arroyo, también especialista político y director del Ateneo de Madrid.

"Tenemos un conocimiento bastante profundo de quién fue Rajoy. Sabemos cómo era como líder de la oposición y como presidente del Gobierno, pero de Feijóo jugamos con expectativas"

Lluís Orriols - Doctor en Ciencias Políticas

Por su parte, Lluís Orriols, Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Oxford, asegura que aun estamos "en incógnitas" con la figura de Feijóo. "Tenemos un conocimiento bastante profundo de quién fue Rajoy. Sabemos cómo era como líder de la oposición y como presidente del Gobierno, pero de Feijóo jugamos con expectativas. Lo conocemos como presidente de una comunidad autónoma, como jefe de un ejecutivo dominado por mayorías absolutas, en un entorno menos complicado en términos de oposición y de medios de comunicación". Algo que Simón también corrobora. "El lugar en el que han gestionado es distinto. Rajoy ha sido un político nacional y ha tenido experiencia de gestión en el gobierno de España, Feijóo no y, evidentemente, el ecosistema de medios y en el que se ha movido es diferente", señala. "Feijóo parte de una oposición en la oposición. Tiene un desafío monumental por delante", indica Arroyo. 

"El cambio de personaje en el PP y, sobre todo, la desaparición de Teodoro García Egea y de Pablo Casado, ha mejorado en referencia a sus votantes, pero no creo que sea suficiente, tienen 100 días de cortesía"

Luis Arroyo - Politólogo

Con la vista puesta en las elecciones andaluzas de la próxima semana y el pasado pacto de Alfonso Fernández Mañueco tras las elecciones de Castilla y León con Vox, se empiezan a denotar algunas diferencias en las políticas de un partido que ha eliminado de un plumazo la sombra de Pablo Casado. "El cambio de personaje en el PP y, sobre todo, la desaparición de Teodoro García Egea y de Pablo Casado, ha mejorado en referencia a sus votantes, pero no creo que sea suficiente, tienen 100 días de cortesía. Habrá que ver qué pasa, dónde está el nuevo PP y ahí habrá decepción", asevera Arroyo, que además señala que "las expectativas juegan a la contra de Feijóo. En cuanto comete un error como equivocar la prima de riesgo o decir alguna inconveniencia es decepción".

"Restitución del orden perdido"

En cuanto a Casado, Simón lo tiene claro: "El movimiento rápido para borrarle y cerrar heridas ha sido con una coordinación vertiginosa. Se ha hecho una especia de amnesia colectiva o, dicho de otro modo, es como cuando alguien tiene un shock traumático y pierde la memoria y ya no recuerda, como ya nadie se acuerda del confinamiento porque no queremos. Con este shock el PP ha pasado página borrándolo de su memoria". 

Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo, junto a Pablo Casado en el congreso de Sevilla de abril. EFE

Porque la lucha de poderes entre Isabel Díaz Ayuso y el expresidente del partido llevó a este último a desaparecer del mapa popular en tiempo récord y al exlíder gallego a recalar de lleno en un puesto que anteriormente no había querido pelear. "Ya no nos acordamos, pero Casado era el candidato más a la derecha de todos tras la salida de Rajoy. Esto le pasa a todos los partidos, cuando pierden el gobierno se refugian en el candidato que promete más pureza ideológica, y acusaban a Rajoy de haber sido más tecnócrata", afirma Simón, que además añade que "Feijóo no quería una competición, quería una coronación y suficientes apoyos para ser aclamado en el Congreso y no competir. Rajoy eligió a Soraya Sáenz de Santamaría y así perdió apoyos y decidió no arriesgar".

Pero ya con la coronación, en el sentido de liderazgo "Feijóo no es un Rajoy". Según Orriols, "Rajoy fue un líder que cuando llegó no generó excesivas expectativas y fue un presidente del Gobierno que no tuvo una gran luna de miel, al contrario. En términos de liderazgo y atracción no fue un líder que generará la luna de miel que hemos visto con Feijóo, para el que los votantes han comprado las expectativas".

Así pues, Feijóo ha llegado el PP para no romper con el pasado y seguir la línea del expresidente del Gobierno, haciendo olvidar que Casado alguna vez estuvo ahí. "Feijóo de la sensación de restitución de un orden perdido en el PP, de recuperación de una línea de continuidad de lo que era el PP de Rajoy en muchos aspectos, de acabar con esa ruptura generacional y de cuadros políticos que representó Casado", sentencia Orriols. "No veo cambios de rumbo esenciales en el partido, a lo mejor, cambios bajo la alfombra. Antes era un partido con corrupción sistémica, y así lo acreditó la Justicia, y ahora no tenemos constancia de eso. En todo caso, en términos de dirección política parece más continuista de lo que podrían ser otros líderes, pero estamos en incógnitas", añade.

"Todas las encuestas están de acuerdo en que Feijóo va a sacar mejores resultados de los que sacó Casado en 2019 y él es más competitivo de lo que era Casado"

Pablo Simón - Politólogo

El 19-J y la extrema derecha

A las incógnitas se añade el posible pacto del PP de Juanma Moreno con Macarena Olona en las elecciones de Andalucía del próximo domingo. Unos comicios que pueden marcar de lleno el camino que seguirán las elecciones generales del próximo año. "Todas las encuestas están de acuerdo en que Feijóo va a sacar mejores resultados de los que sacó Casado en 2019 y él es más competitivo de lo que era Casado, es más valorado por el votante del PP de lo que era él, ha conseguido cerrar las transferencias de voto de PP a Vox, tiene valoraciones positivas en el votante de centro y tiene capacidad para recuperarlo. Por primera vez en años pasa esto y gana en electores de centro", afirma Simón. 

Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno. EFE

En palabras de Arroyo, pese a que "las encuestas apuntan al PP en las elecciones de Andalucía, parece que la izquierda se está activando. Ahora estaremos pendientes de si los populares terminarán de blanquear su relación Vox".

Y todo señala a ello. Según las últimos sondeos, el PP mantiene una holgada ventaja sobre el PSOE en el final de la campaña electoral. Moreno ganaría con comodidad, pero necesitaría el apoyo o la abstención de los socialistas o de la extrema derecha de Vox para ser investido de nuevo. Algo, que no ha sido ni será una novedad en el partido. Tampoco con Mariano Rajoy. "El pragmatismo en la política de pactos es algo que ya estaba presente con Rajoy y sigue estando presente ahora", dice Orriols. "Es un partido con pocas convicciones a la hora de conformar mayorías parlamentarias. Es verdad que sus vetos están en partidos que no serían posible amarlos, como los independentistas de izquierdas".

Los tres expertos, con apoyo de las encuestas demoscópicas, tienen claro que el PP se quedará en Andalucía, pero tendrá que pactar. "La derecha va a ganar, el PP será primera fuerza política y es probable que no llegue a la mayoría absoluta. Si se confirma esta fotografía solo tiene dos vías de apoyo, o busca configurar un clima de opinión propenso al cordón sanitario o va con Vox. Si es así, Vox quiere entrar en los Ejecutivos", dice Orriols. "Pactar en Andalucía será señalar un camino nuevo de un PP que está dispuesto a pactar con Vox y veremos si ellos exigen estar en el Gobierno", remata Arroyo.

Pero, ¿lo que pase este 19-J es un camino marcado en las elecciones del próximo año? "Si el Partido Popular necesita del apoyo de Vox y ellos quieren entrar en el Gobierno es probable que lo que ya estemos viendo sea un reflejo de lo que pase a nivel nacional. No pactar con Vox requiere de un cambio profundo en la estrategia de pactos, de conformar un cordón sanitario y esto no es tan fácil. No lo puedes decir para unas elecciones sí y otras no, es un principio que tiene que ser rector de tu política de pactos en cualquier sitio", sentencia Orriols.