Sobrevivir a la salida de su líder. Ese era el reto en Podemos hace ahora un año, cuando el 13 de junio de 2021 se nombró Ione Belarra como nueva secretaria general. La tarea no era nada sencilla dada la impronta de Pablo Iglesias, que diseñó el partido a su imagen y semejanza y logró controlar la organización con mano de hierro sin perder el afecto de sus más fieles, que fueron menguando conforme se iba acusando esta deriva.

 Un año después de renovarse la dirección, el reto no se ha visto cumplido. Y la razón es que la principal premisa, la salida de Pablo Iglesias, no ha tenido lugar. Desde distintas tribunas y micrófonos, el dirigente ha intervenido en la dirección política del partido que fundó y ha cuestionado desde su posición los pasos que Yolanda Díaz iba dando para sentar las bases de su candidatura. Un papel que molesta en algunos sectores de Podemos, que en otro tiempo fueron leales a su entonces secretario general y que ahora se admiten “decepcionados” por la deriva de su exlíder, al que siguieron en todas las batallas. 

“Cuando anunció su salida pensábamos que se iba a ir. Pero no lo ha hecho”, resume un dirigente de Podemos, que en los últimos tiempos ve con resignación las posiciones que ha adoptado Iglesias tras sus múltiples ataques a su sucesora en el cargo. “Podemos se lo debe todo a Pablo Iglesias, pero hay que saber irse”, destacan estas voces, que admiten su “decepción” con el dirigente. 

Iglesias fichó a principios de curso por varios medios de comunicación -Cadena SER o Rac1, entre otros-, y desde entonces sus intervenciones semanales le han devuelto en muchas ocasiones a primer plano de actualidad. En las primeras semanas en que se estrenó en los medios, el equipo de Yolanda Díaz permanecía atento y escuchaba con cierta expectación las palabras del dirigente en los micrófonos de la radio, pero algunas de sus consideraciones, interpretadas como una forma de marcarle el paso a la gallega, llevaron a que se optara por tratar de restarle hierro, situándolo como un “tertuliano”.

El punto de no retorno entre Díaz e Iglesias fue la celebración del acto de Valenciaadelantado en el primer número de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, medio de Prensa Ibérica al que también pertenece este diario, al que no fueron invitados dirigentes de Podemos pero sí políticas de otras formaciones como Ada ColauMónica Oltra Mónica García. Después de aquello, Iglesias censuró la decisión: "Me hubiera encantado que estuvieran, no solo por el trabajo que desarrollan, sino porque han sido dos mujeres particularmente atacadas, más atacadas que ninguna política de izquierdas en este país", aseguró en la Cadena SER, en referencia a Irene Montero y Ione Belarra. 

En aquella intervención también aprovechó para relacionar a Díaz con Manuela Carmena, advirtiendo de que “Hay una conciencia muy clara en la izquierda de que lo que intentó Manuela Carmena en su momento -’podemos conseguir esto sin los partidos políticos’-, está claro que no funcionó y no está en la cabeza de nadie”. “Todo el mundo tiene claro que todos los dirigentes que aporta Podemos, pero también IU, van a tener que tener un papel muy importante". "Y sobre todo hay que dejar eso cerrado pronto", espetó, presionando a Díaz respecto a los tiempos.

Podemos está en estos momentos noqueado, sin acabar de superar la salida de su líder, y dividido en cuanto a las consideraciones que despierta su nuevo papel; todos coinciden en que el futuro pasa necesariamente por Yolanda Díaz, al no haber candidato alternativo - “eso es indiscutible”, es el mantra instalado en la formación-. Pero la situación se está enrareciendo en grandes sectores del Podemos que ven cómo la cúpula recoge habitualmente el guante que lanza Iglesias y emite mensajes que “son percibidos como un ataque” que “desgasta” a la vicepresidenta segunda del Gobierno.

Y éste es un tema que preocupa no sólo en Podemos sino en el grupo parlamentario, que también se encuentra fracturado entre quienes fían sin contemplaciones a Yolanda el futuro del espacio y quienes condicionan su entusiasmo a los intereses de partido. En el grupo de Unidas Podemos en el Congreso, fuerzas como IU y En Comú Podem ya se han mostrado como aliados fiables de la vicepresidenta, mientras los diputados del partido morado están divididos "a la mitad", según uno de sus miembros.

"Recogen línea"

En Podemos es precisamente la posición de su cúpula respecto a Iglesias lo que más preocupa. Aunque hay quien considera que el hecho de que exista cierta tensión entre la formación y Yolanda Díaz puede “venir bien” porque es una manera de mantener al “votante duro” de izquierdas, se observa con inquietud cómo la dirección va emitiendo los mismos mensajes lanzados por Iglesias días antes en sus habituales ruedas de prensa, tanto las que tienen lugar en la sede del partido tras la reunión de la ejecutiva, como las semanales en el Congreso de los Diputados, ofrecidas por Pablo Echenique. “Recogen línea de lo que dice”, opinan.

Los episodios que dan cuenta de esta circunstancia son muchos y variados; algunos de los más recientes son el caso andaluz, cuando Iglesias presionó por situar al candidato de Podemos al frente un día después de que Yolanda Díaz abogase por la candidata de IU, Inmaculada Nieto, o cuando Iglesias responsabilizó a Díaz del fiasco de la coalición, en un discurso que después reprodujo Podemos; o en el caso de Pegasus, cuando el exvicepresidente aventó la tesis de que los responsables formaban parte de "las cloacas", para que después el portavoz morado apuntara a una "célula extrajudicial del CNI".

La fuerte vinculación que existe entre Iglesias y Podemos no es sólo emocional. El dirigente es el presidente del think thank del partido, Instituto República, y mantiene una relación fluida con la cúpula. "Iglesias todavía manda", sostienen algunas voces. En las tertulias en que participa se refiere a Podemos como "mi partido" y en las últimas semanas han desfilado por su programa -La Base- los principales líderes morados, como Lilith Verstrynge, secretaria de Organización, Pablo Echenique, portavoz, o Ione Belarra, secretaria general.

El dirigente, que ya hizo campaña por la formación en Castilla y León, ha entrado también en Andalucía, donde Podemos dará cobertura a la presentación de su libro este domingo en Cádiz, en un acto que contraprogramará a Yolanda Díaz e Iñigo Errejón, que a esa misma hora protagonizarán un mitin en Málaga.

Aunque en los órganos de dirección hay dirigentes que observan con preocupación la creciente ofensiva de Iglesias hacia Díaz -y su transferencia directa en la estrategia del partido-, lo cierto es que “nadie dice nada”. No hay discusión en la cúpula de Podemos. Aún continúa, opinan, la cultura instaurada en la etapa de Pablo Iglesias, donde no se permitía la disidencia y se castigaba a las voces discordantes. La propia estructura y organización del partido da cuenta de ello, y una prueba está en Andalucía, donde la cúpula estatal llevó hasta los últimos momentos las negociaciones con el resto de partidos andaluces, con un fatal desenlace por el que la formación quedó fuera de la marca ‘Por Andalucía’.