La abstención para un Gobierno en solitario de Juanma Moreno no es una opción para los socialistas de Juan Espadas. Y en Ferraz no sólo descartan esta posibilidad, sino que llevan el órdago al límite, advirtiendo de que una repetición electoral ayudaría incluso a movilizar a su electorado y mejorar resultados. El escenario que dibujan las encuestas, con un PP al borde de la mayoría absoluta y la exigencia de Vox de entrar en el Gobierno, ha llevado a Alberto Núñez Feijóo a pedir abiertamente al PSOE una abstención que les permita gobernar en solitario sin depender de Vox. 

 Desde la ejecutiva socialista enfrían cualquier opción y avanzan que la abstención es un escenario que “no se contempla”. Una posición que mantendrán hasta el final, sin tener en cuenta las advertencias de Moreno Bonilla, que en las primeras semanas de campaña abonó la teoría de la repetición electoral como salida al bloqueo en caso de que no lograra una mayoría absoluta para evitar un Gobierno de coalición. 

Ante los pobres pronósticos electorales de Juan Espadas este domingo 19 de junio, en Ferraz sostienen que “una repetición electoral nos daría un margen de crecimiento muy importante”, puesto que se plantearía como una segunda oportunidad que permitiría movilizar al electorado de izquierdas ante la amenaza cierta de un nuevo Gobierno de derechas. En el PSOE andaluz, en cambio, el estado anímico no acompaña para afrontar una segunda campaña electoral; la precipitación con la que Espadas llegó a liderar el partido le ha impedido tomar plenamente las riendas de la federación socialista más numerosa, y fuentes próximas advierten de que "necesita tiempo" para hacerse con él y poder levantar un proyecto.

Las repetición electoral, de darse, se produciría como pronto en otoño, puesto que el Estatuto de Autonomía andaluz fija la repetición electoral si en dos meses desde la primera votación el candidato a la investidura no logra la mayoría. El artículo 118 señala que en “caso de no conseguirse dicha mayoría, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista anteriormente. Si, transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera votación, ningún candidato hubiera obtenido la mayoría simple, el Parlamento quedará automáticamente disuelto y el Presidente de la Junta en funciones convocará nuevas elecciones”.

El PSOE confía en reeditar

Los socialistas aspiran ahora a reeditar al menos los 33 escaños que lograron en 2018, cuando obtuvieron el peor resultado de su historia en Andalucía. En esta ocasión creen que la situación “es completamente distinta” a aquellas elecciones, donde las encuestas eran optimistas pero Susana Díaz estaba “tocada”. En esta ocasión, defienden, los sondeos son “muy malos”, pero “la percepción en la calle es buena”. Y, advierten, “el 20% del voto se decide en campaña”.

En cualquier caso, creen en el PSOE que Espadas salvaría los muebles si mantuviera los resultados de hace cuatro años, y defienden que el dirigente socialista se mantendría al frente “si tiene un resultado aceptable”, incluso si empeorara ligeramente su posición actual. Distinto escenario sería si obtuviera un resultado “desastroso” en que no llegase a la veintena de diputados; un caso en el que “quizá” se replantearía su posición. Desde el PSOE andaluz defienden en cambio que Espadas está blindado, puesto que el propio Pedro Sánchez le dio luz verde al plan a medio plazo que le presentó el ex alcalde de Sevilla para la federación andaluza.

Los últimos sondeos dan a Moreno unos resultados de entre 47 y 53 escaños, a dos asientos de la mayoría absoluta. Ni en la horquilla más alta se plantean en el PSOE la posibilidad de permitirle el Gobierno con su abstención. Y la presión sobre su posición ha aumentado en las últimas horas, no sólo por los llamamientos abiertos de Feijóo, sino por la vía abierta a su izquierda, en la candidatura 'Por Andalucía', integrado por Izquierda Unida, Podemos, Más País, Alianza Verde, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Equo.

Su candidata, Inma Nieto, ha defendido desde antes incluso que empezara la campaña que habría una reflexión en su espacio para abordar una posible abstención que evitara el desembarco de Vox en San Telmo. Sin embargo, la posición de Nieto también ha cambiado radicalmente en las últimas horas. Después de asegurar que abriría un debate sobre este puntos en distintas entrevistas e intervenciones durante los últimos días, este jueves se opuso frontalmente a este extremo. Un cambio de 180 grados en su postura que se achaca a las distintas percepciones que existen sobre esta opción dentro de la coalición andaluza, donde Podemos rechaza de plano siquiera abrirse al escenario de la abstención.

 En el PSOE quieren dejar claro que la responsabilidad de que Vox entre en el Gobierno será en cualquier caso del PP por abrirle las puertas de las instituciones. Tampoco ocultan en el feudo andaluz que un pacto de PP y Vox en Andalucía serviría para desactivar el discurso de la moderación alentado por Feijóo y que piensa explotar en su camino hacia las generales. Como estrategia electoral, al PSOE le interesa que el PP repita la operación de Castilla y León y dé entrada a Vox en el Gobierno andaluz. Sería una forma directa de desestabilizar el discurso de centro moderado con el que los populares han diseñado su desembarco en Moncloa.

Si en Génova tienen un plan para ensanchar la base electoral desde el centro y captando votantes socialistas desencantados con Pedro Sánchez, el pacto con Vox en el Gobierno andaluz arruinaría ese discurso. Recuerdan además que el PP en diciembre de 2018 fue la segunda fuerza y que las elecciones las ganó el PSOE. Entonces nadie se planteó que el PP se abstuviera para que Susana Díaz pudiera formar gobierno. El PP pactó una coalición con Cs y un acuerdo de investidura con Vox