Pedro Sánchez y Olaf Scholz han escenificado este martes su apuesta por la conexión energética entre la Península Ibérica y Europa Central. Ha sido en el Palacio de Meseberg, situado a 70 kilómetros al norte de Berlín. Allí, el presidente del Gobierno de España ha participado en un gabinete de ministros de Alemania como invitado internacional especial, un gesto de Berlín que simboliza la apuesta del canciller Scholz por el gas procedente de España y Portugal como alternativa a los suministros fósiles rusos.

“Hay que recordar que España concentra el 30% de las capacidades de regasificación de toda Europa y no podemos utilizarlas de manera total y completa como consecuencia de tener un cuello de botella”, ha dicho Sánchez en respuesta a una pregunta directa sobre el impulso al proyecto MidCat y la marcha de las conversaciones con la Comisión Europea, de cuya financiación depende la finalización de un gasoducto abandonado hace años por ser considerado entonces caro e innecesario. “Eso es lo que tenemos que resolver, ya sea por Francia o por Italia”, ha añadido Sánchez, en una crítica indirecta a la oposición de París a apoyar el proyecto.

“Me gustaría subrayar que apoyo la conexión energética tanto para mejorar ahora la conexión gasística en Europa, como para usar conjuntamente una infraestructura europea de hidrógeno en el futuro”, ha dicho Scholz. El jefe de Gobierno alemán ya expresó el pasado 11 de agosto su apuesta por la finalización del MidCat en la tradicional conferencia de prensa de verano de la cancillería. Scholz lamentó que el proyecto se frenase en su momento, porque ahora supondría una alternativa muy valiosa a la dependencia del gas ruso que Gazprom lleva meses reduciendo a través del Nord Stream 1 como medida de presión ante las sanciones occidentales.

Pedro Sánchez: “España está dispuesta a aportar todas nuestras capacidades para ayudar a los países que sufren el chantaje de Rusia”

Pedro Sánchez: “España está dispuesta a aportar todas nuestras capacidades para ayudar a los países que sufren el chantaje de Rusia” Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: Reuters

Menos del 3%

El motivo oficial de la invitación de Pedro Sánchez a Alemania ha sido el intercambio de informaciones sobre las estrategias de seguridad nacional de ambos países en un contexto internacional impredecible, con la guerra en Ucrania como telón de fondo. Y esa estrategia incluye la “seguridad energética”, como han recalcado los mandatarios, empeñados en proyectar la buena sintonía entre sus Gobiernos – ambos de coalición y ambos liderados por fuerzas socialdemócratas –.

“Ahora mismo las interconexiones energéticas de la Península Ibérica con el mercado energético europeo están por debajo del 3%, muy lejos de los compromisos que asumimos todos ante la Comisión Europea”, ha lamentado Pedro Sánchez. Ni el presidente del Gobierno español ni su homólogo Scholz han querido, sin embargo, detallar cómo avanzan las negociaciones a nivel europeo ni si la Comisión Europea está dispuesta a financiar el proyecto de interconexión energética.

Alemania busca a toda prisa alternativas al gas ruso, del que su industria y consumo privado siguen siendo muy dependientes a pesar de que las importaciones de Rusia se hayan reducido drásticamente desde el inicio de la invasión de Ucrania. Con la vista puesta en el próximo invierno, Berlín espera poder tener suficientes reservas de gas, así como contar con al menos una terminal de regasificación de gas licuado de las dos que se están construyendo a marchas forzadas en el Mar del Norte. 

En el peor de los escenarios, el Gobierno alemán se podría ver obligado a un racionamiento del consumo de gas y el país incluso podría sufrir un colapso industrial, con el correspondiente impacto en la economía y en las cadenas de suministro internas, según llevan advirtiendo expertos desde el pasado febrero.

Alternativa “realista”

A medio plazo, el gasoducto MidCat se presenta para Berlín como una opción con fuerza porque se podría reciclar para el transporte de hidrógeno verde, una fuente de energía valorada en la Unión Europea por contribuir al cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones, en combinación con el gas y las fuentes renovables

Malte Küper, economista especializado en política energética del Instituto de Economía Alemana de Colonia, considera “realista” que el gasoducto defendido por Madrid y Berlín pueda ser una alternativa a las importaciones fósiles rusas a medio plazo. “La cuestión decisiva es saber si su finalización llevaría uno o dos años, y también si puede haber un acuerdo a nivel europeo entre España, Francia y también la Comisión Europea”, asegura Küper en declaraciones a EL PERIÓDICO. El posible futuro uso del gasoducto para suministrar hidrógeno tampoco tendría dificultades técnicas y, sobre todo, abarataría los costos de transporte por barco, asegura el economista.