Podía haber ciertas dudas internas de si convenía una estrategia agresiva encabezada por el propio presidente del Gobierno, de si era inteligente que él en primera persona, en el debate sobre política energética en el Senado de la semana pasada, asumiera los golpes a Alberto Núñez Feijóo. Pero en la Moncloa la seguridad de que ese es el camino es total. Absoluta. Y la prueba es que Pedro Sánchez está dispuesto a repetir formato, seguir encarándose con un líder del PP al que tacha de "insolvente" o con "mala fe" en un larguísimo año electoral.

El jefe del Ejecutivo anticipó ese movimiento —previsible, no obstante— durante su reunión este lunes con diputados, senadores y europarlamentarios socialistas en el Congreso. "Habrá más debates [con Feijóo en la Cámara alta], dados los resultados", retó directamente, después de insistir en que pese a que el presidente de los populares hubiera anunciado apenas unas horas antes en la Cope que derogará todas las leyes que su partido ha recurrido ante el Tribunal Constitucional, el Gobierno de coalición seguirá "empeñado en avanzar en derechos y libertades".

"El único proyecto del PP es derogar todos los avances y las conquistas del Gobierno. Votan en contra de todo y por eso bloquean la renovación de los órganos constitucionales", continuó, hilando con otro de los temas que irritan sobremanera a Sánchez y que sigue empantanado y sin visos de solución: el relevo en el Consejo General del Poder Judicial y ahora, en el Tribunal Constitucional. Para el presidente, el único objetivo de Feijóo, pues, es el "bloqueo", "aunque sea a costa de incumplir la Constitución", y eso es, a su juicio, "muy grave y muy peligroso, además de antidemocrático". En ese punto, recordó cómo el Tribunal Supremo de EEUU ha echado atrás su doctrina sobre el aborto, así que la lección "es evidente": "Cuesta mucho conquistar derechos y se pierden muy rápido con la derecha, estadounidense o española".

Así que sí, "habrá más debates", señaló Sánchez, relamiéndose de su careo de la semana pasada en el Senado, en un duelo sobre políticas energéticas que acabó siendo un durísimo examen al líder del principal partido de la oposición. "Decir que uno va a derogar conquistas y avances sociales recurridos ante el Tribunal Constitucional es ideológico y es la peor de las ideologías, la reaccionaria", reprobó.

A por los terceros Presupuestos

Sánchez hizo un repaso de las iniciativas de su Gobierno (161 ya aprobadas) y de las que están por venir —por ejemplo, garantizó que la ley de trata, muy paralizada hasta ahora por Justicia, llegará en este periodo de sesiones, como los proyectos de ley de industria, de movilidad sostenible y del cine, igual que en semanas se culminará la tramitación de otra norma de enorme peso simbólico, la de memoria democrática—, pero sobre todo quiso arengar a los suyos y demandarles que se remanguen frente al PP. Por eso les pidió "la máxima implicación para lo que está en juego y máxima pedagogía para defender con la cabeza bien alta la labor del Gobierno de coalición". Esa doble demanda estaba también detrás de los cambios que propició en la sala de máquinas del partido tras la renuncia de Adriana Lastra.

Sánchez reclama a sus parlamentarios "la máxima implicación para lo que está en juego y la máxima pedagogía para defender con la cabeza bien alta la labor del Gobierno"

En lo inmediato, el Ejecutivo ya se sumerge en la tarea de elaboración de las siguientes cuentas del Estado. De nuevo, trasladó su convicción de que saldrán adelante. "Hemos liderado la mayoría social democrática para dar estabilidad política, con dos Presupuestos aprobados en tiempo y forma y anuncio que vamos a por los terceros", animó, y aunque el Gobierno ya ha "hecho mucho", aún "queda mucho por hacer", les dijo.

Los socialistas, dijo, saben con quién pueden "contar", con la "gente", con la "clase media trabajadora", con los ciudadanos, como ocurrió durante la pandemia o ahora con la guerra en Ucrania. Pero no podrá contar, insistió, con el PP: no pudo hacerlo antes ni tampoco ahora, porque es una derecha "presa del pasado", de su receta "neoliberal" y de su legado de "paro, desigualdad, corrupción y desmantelamiento del Estado del bienestar".

Los "intereses" de una minoría

Sánchez reiteró que los socialistas tienen "claro para quién" gobiernan, para la mayoría de la sociedad —por contraposición a un PP que vela por los intereses de la "minoría"—, y eso explica la "respuesta socialdemócrata" a la crisis, que significa, prosiguió, "justicia social y sentido común", y que es "semejante" a la de otros socios europeos. Repitió que los españoles pueden tener la certeza de que no se repetirán "recetas fallidas".

El presidente y Patxi López reclaman a sus compañeros que lleven el mensaje del Ejecutivo a cada "rincón" de España: se acercan elecciones, con un PP primero en las encuestas

El presidente volvió a defender, frente al "chantaje" energético de Vladímir Putin, una réplica marcada por la "unidad" de los Veintisiete y también la "solidaridad en el reparto de las cargas", porque aunque España no sea un país tan expuesto como otros miembros del club, ha de intentar ayudar a sus vecinos. De ahí el decreto energético que entró en vigor en agosto —el que regula la temperatura del aire acondicionado o de la calefacción y el alumbrado de los edificios públicos— y que no ha alterado "el día a día" de los ciudadanos.

Para Sánchez, es muy relevante que haya ciudadanos "más comprometidos" con la crisis energética que las "élites políticas, empresariales y mediáticas". Dio un dato para apuntalar su argumentación: son ya un millón el número de abonados que se benefician de la gratuidad del abono en Cercanías y Media Distancia de Renfe, una medida que entró en vigor el 1 de septiembre y que se prolongará hasta el 31 de diciembre.

Frente al "chantaje" del autócrata ruso, se requieren, aseveró, propuestas "serias y rigurosas" —ahí se emboscaba la crítica a Feijóo por su falta de ideas—, pero también "valentía y determinación" y mucha "sensibilidad y empatía social" para proteger a las "minorías frente a los poderes".

El líder socialista recordó que él ya planteó hace un año la reforma del mercado eléctrico que ahora ha sido asumida por la propia Comisión Europea y que demandan otras capitales. El Ejecutivo espera que la intervención energética anunciada por Ursula von der Leyen permita "amortiguar" el desbocado alza de los precios ("siempre con el PP en contra"), pero la "madre del cordero" es, para su Gabinete, cómo se "reparten las cargas de la crisis". El Gobierno defiende, recordó, una subida del salario mínimo, de las becas y de las pensiones, pero también los impuestos a la banca y a las eléctricas, cuya tramitación parlamentaria arranca este martes en el Congreso. "¿Qué votará el PP?", se preguntó, retóricamente, para volver a denunciar que los conservadores defienden los "intereses" de una minoría.

El líder socialista pidió a los suyos que hagan de heraldos del "Gobierno de la gente" —el 'claim' del partido en este arranque de curso—, de una de las legislaturas "más fructíferas y transformadoras" de la democracia, que lleven ese "caudal" a "cada rincón" de España, a "todas las plazas y pueblos de nuestro país", con "ambición y confianza", subrayando que el proyecto del Ejecutivo de coalición "no obedece a intereses minoritarios", sino a la "mayoría social", para hacer que España "avance".

Ese mensaje fue reforzado a continuación por el nuevo portavoz socialista, Patxi López, ratificado este lunes en el cargo por sus compañeros. "Todos somos portavoces. Cuando no contábamos [la gestión del Gobierno], otros [la oposición] extendían que iba muy mal y que la culpa era del Gobierno bolivariano y de Pedro Sánchez. Se acabó. Les vamos a contestar y vamos a contar todo, en todos los rincones del país. No hay barrio o pueblo pequeño. Vamos a por todas y esta la vamos a ganar", apremió. Y es que el PSOE sabe que tiene por delante unas elecciones muy difíciles (primero municipales y autonómicas, en mayo, y luego generales a finales de 2023), y tiene las encuestas en contra.

Relevo ya efectivo en la dirección del Grupo Socialista

El cambio del diputado canario Héctor Gómez por el exlendakari Patxi López fue aprobado por el comité federal del PSOE del pasado julio, pero quedaba el último paso: la ratificación por parte del Grupo Parlamentario, que se produjo este 12 de septiembre. El presidente del Gobierno agradeció este lunes su labor a Gómez y a la que era su secretaria general (la dos en la cúpula socialista en el Congreso), la cordobesa Rafi Crespín. Ahora, la dirección del grupo en la Cámara baja será pilotada por López y por la parlamentaria madrileña Isaura Leal, que hasta ahora era portavoz adjunta. A la cúpula socialista en el Senado se incorpora ahora, como portavoz adjunto, el malagueño Miguel Ángel Heredia, exsusanista que ya se sentó en la dirección de su partido en el Congreso entre 2014 y 2017. Heredia reemplaza a otro malagueño, Josele Aguilar, ahora diputado autonómico.

Este lunes había lleno en la sala Ernest Lluch del Congreso. Pleno de diputados, senadores y eurodiputados socialistas. Y pleno también de abanicos para sofocar el calor, porque la ley manda y dice que la temperatura máxima ha de ser 27 grados en verano.