La renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Constitucional está a punto de cerrarse con casi cuatro años de retraso. El Gobierno y el Partido Popular acarician un acuerdo que podría anunciarse en las próximas horas o como muy tarde durante estos días.

En otras dos ocasiones ha estado a punto de conseguirse -en el otoño de 2018 y en el verano de 2020- y saltó por los aires. Pero ahora la dimisión del presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes, que ha dejado al Poder Judicial descabezado, y las continuas llamadas a un pacto del Bruselas, han hecho a Pedro Sánchez y a Alberto Núñez Feijóo entrar en razón.

Las negociaciones que llevan entre manos Félix Bolaños y Esteban González Pons avanzan y lo hacen entre un gran optimismo sobre su culminación. La mayor prueba es que se perciben de forma positiva por amplios sectores de la carrera judicial, si bien en el CGPJ, aunque aplauden las conversaciones, reaccionan con cautela. Lamentan, en todo caso, que la dimisión de Lesmes haya sido necesaria. "Hay otros, mucho más culpables, que tenían que haber dimitido antes", apunta un vocal.

Una minoría sí tiene la impresión de que el pacto llegará en los próximos días frente a una mayoría de miembros del CGPJ consultados por El Periódico de España, que se limitan a reconocer los avances, ya que hasta este lunes, cuando se produjo la renuncia de Lesmes, las negociaciones estaban rotas. Si bien admiten no saber hasta dónde llegarán las conversaciones entre el Ejecutivo y el PP. "Las experiencias pasadas no son buenas", reconoce José María Macías, del sector conservador del órgano.

Otras fuentes señalan que no creen que Lesmes hubiera dimitido de estar "tan aparentemente cercano el acuerdo", por lo que sentencian que el ya expresidente jamás fue un obstáculo para la renovación. "Los motivos reales siguen ahí", apuntan.

En todo caso, muchos ven que el hermetismo de las negociaciones puede ser un signo de que progresan. "No llega nada, ni en un sentido ni en otro, pero la situación es crítica y sería inconcebible lo contrario", apunta a este diario María Jesús del Barco, portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura, mayoritaria en la carrera. 

Para otros miembros de la carrera judicial, sin embargo, todo es aún bastante incierto, y añaden que además se darán pasos "de cara a reformar" el sistema de elección de los vocales, limitando el poder del Parlamento.

Fernando Portillo, presidente de Foro Judicial Independiente (FJI), señala por su parte que la dimisión, como gesto para obligar a los partidos a renovar, se agota en sí misma. "Hay que recordar que Lesmes no ha dimitido por algo que haya hecho o dejado de hacer, sino por lo que no hacen los partidos políticos -añade-. Así que sigue estando en su mano encontrar o no puntos de encuentro".

Por esa razón, desde esta asociación tachan la decisión del presidente del CGPJ de irresponsable. "Una vez Lesmes renuncia, la fuerza del gesto decrece conforme pasan las horas y si los partidos, subidos en tsunami de la renuncia, no son capaces de llegar a acuerdos, dicho gesto quedará en tranquilo oleaje de fondo que no cambiará nada", apunta. 

Ascensión Martín, portavoz de Juezas y Jueces para la Democracia (JJpD), sí muestra su confianza en que el tema se resolverá y se remite al comunicado que emitieron este lunes instando a más dimisiones de vocales que permitan renovar de una vez un órgano carente de legitimidad al haber pasado ya casi cuatro años desde que concluyó su mandato.

Bolaño y Pons, reunidos

Al margen de certezas y dudas, los propios protagonistas de la negociación están lanzando señales de que el acuerdo está cerca. Y tanto el hermetismo con el que se desarrollan las conversaciones como la voluntad unánime del Gobierno y del PP, de no decir nada que incomode al otro, avalan esta sensación. Desde Génova corroboran que quieren ser "prudentes" y aseguran que "no podemos avanzar nada". "Quedamos con Pedro Sánchez que no lo haríamos y lo vamos a respetar". Pero Feijóo sí desveló ayer lunes, en un coloquio organizado por El Mundo, que "creo que estamos con visos de posibilidad de que esto pueda llegar a buen término".

De hecho, fuentes conocedoras confirman que Bolaños y González Pons estuvieron reunidos este martes. El líder popular asegura que su petición de cambiar la ley de elección del CGPJ para despolitizar los nombramientos y los jueces y magistrados tengan peso en la elección de los jueces en el futuro, tiene el visto bueno del presidente del Gobierno. Pero, precisó, que no se haría hasta dentro de unos meses y que esta sería la concesión del PP en este asunto.

"Posibilidad real de acuerdo"

En el Gobierno exhiben la misma positividad pero no ofrecen ni un solo detalle sobre cómo se resolverán las diferencias en torno a esta modificación legislativa, a la que siempre se han opuesto. En Moncloa insisten en que no han cambiado de postura, a pesar de que públicamente ya no lo rechazan de forma categórica. Señalan que la negociación evoluciona "sin condiciones" y al igual que Feijóo son optimistas. "Hay una posibilidad real de llegar a un acuerdo", indican. Públicamente tampoco se esconden. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, destacó que "después de cuatro años estamos avanzando" para lograr un pacto. "Lo estamos forjando", subrayó. 

El impulso a las negociaciones se produjo este domingo, a última hora de la tarde, cuando Lesmes, hizo pública su intención de formalizar su dimisión al día siguiente ante la falta de avances en las conversaciones entre el Gobierno y el PP. Ese anuncio llevó a Sánchez a ponerse en contacto con Feijóo ese mismo lunes. El propio encuentro ya era una señal de que algo empezaba a moverse en un asunto que lleva casi cuatro años bloqueado.

Uno y otro -el presidente del Gobierno y el líder de la oposición- están totalmente concernidos en el portazo de Lesmes y en los reiterados llamamientos de Bruselas. En la reciente visita del comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders, dejó claro que se debía renovar el Consejo e "inmediatamente" cambiar la ley. Por todo ello la reunión no podía ser en balde. 

Y eso es exactamente lo que sucedió. Tras tres horas de encuentro, en las que a la mitad se incorporaron Bolaños y Pons, las comparecencias de ambos, medidas y con cierta sintonía, abonaron que se daba una nueva oportunidad a la negociación. Desde las dos partes se admite ahora que el pacto se podría cerrar en cualquier momento.