El que fuera durante 24 años diputado en el Congreso Teófilo de Luis ha protagonizado una 'guerra laboral' que ha tenido como rival a su partido de toda la vida: el PP; formación política en la que antes de ser parlamentario había sido trabajador. Esta agria disputa se ha zanjado gracias a que una jueza de lo Social y el propio Tribunal Superior de Justicia de Madrid ordenaron su inmediata reincorporación a la estructura laboral del partido. Pero la resolución del conflicto no hace olvidar que a lo largo del mismo De Luis fue objeto de una querella, a la par que el exdiputado denunciaba que la formación conservadora había vulnerado sus derechos constitucionales, pues había rechazado su reincorporación como trabajador tras una excedencia concedida, aunque sea paradójico, para ser diputado del PP.

Todo empezó el 26 de abril de 2018, cuando De Luis presentó un escrito a la Mesa del Congreso de los Diputados en el que comunicaba su intención de renunciar a su cargo de diputado. En la misiva no indicaba una fecha concreta, sino que aseguraba que su salida dependía únicamente de las condiciones de reingreso en la estructura del Grupo Popular, que había sido su empleador hasta que fue elegido diputado en 1995.

Sin embargo, el PP convenció de De Luis para que no renunciara al escaño, pues en esas fechas faltaba un mes para la moción de censura que presentó el PSOE de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy, y su formación política necesitaba todos sus escaños. Al final mantuvo el acta hasta las primeras elecciones de 2019.

Un burofax al PP

El 5 de marzo de 2019 finalizó la Legislatura y De Luis perdió su condición de diputado. Y el 11 de marzo del mismo año, tras la finalización de la excedencia forzosa para dedicarse a la política, el exdiputado remitió un burofax al partido en el que solicitaba su reingreso al puesto de trabajo.

Pero no hubo acuerdo. La reincorporación en los términos reclamados por el exdiputado fue rechazada por el partido, con Pablo Casado como presidente. De Luis hizo en total dos intentos fallidos de conciliación con su partido. El primero el 22 de marzo de 2019, en el que reclamaba su derecho a reincorporarse como trabajador; y el segundo el 3 de abril de 2019, tras ser despedido.

Fue entonces cuando De Luis, que precisamente sucedió en 2016 a Casado como presidente de la Comisión de Seguridad Vial del Parlamento, demandó al PP. Primero ante la Justicia de lo Social ordinaria y después en el Tribunal Supremo.

Estimación parcial

La titular del Juzgado de lo Social número 30 de Madrid, Sandra García Fuentes, estimó parcialmente la demanda que había presentado Teófilo de Luis y declaró el derecho del exdiputado a ser reincorporado de manera "inmediata" al Grupo Popular en el Congreso de los Diputados desde la fecha en la que lo había solicitado: el 11 de marzo de 2019, con la categoría de titulado superior y en las oficinas asignadas al partido en Madrid, según especifica una resolución.

Pero De Luis no se consideró satisfecho, pues la jueza no accedió a todas sus pretensiones, sobre todo las económicas, y recurrió ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, al considerar que el PP le había castigado. "Mantiene que tampoco recibió una respuesta expresa a su petición de reincorporación, se ha producido la misma de forma tardía, le ha interpuesto la empresa una querella para amedrentarle, y le han asignado funciones auxiliares o de segundo orden, lo que ha afectado a su dignidad y fama, considerando que le han producido unos daños y perjuicios que deben serle resarcidos con el abono de una indemnización", indica la resolución del TSJ madrileño, que confirmaba la previa de la jueza de lo Social.

De Luis aseguraba también que la decisión de la empresa de no readmitirle en las condiciones que él reclamaba había vulnerado "la Constitución Española, al verse perjudicado en sus derechos laborales por haber ejercitado sus derechos a la participación en la vida política, a la libertad ideológica y a difundir opiniones". Todo ella suponía, explica el recurso del exparlamentario, un "castigo" por las reclamaciones que había hecho en los años 2016 y 2019. El PP también rechazaba asignarle un sueldo anual de 113.399 euros, que era lo que pedía este exdiputado.

El Supremo lo confirmó

El Tribunal Supremo confirmó las decisiones anteriores de la jueza y del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que habían obligado al PP a readmitirle. También apoyó la decisión de la magistrada de no obligar al partido a recolocar a De Luis en el puesto concreto de secretario técnico del Grupo Parlamentario en el Congreso: "Consta que este era un cargo de designación política del partido, un puesto de confianza designado por la demandada por razones de oportunidad y conveniencia en función de las directrices e intereses en cada momento y además, en la actualidad no existe el cargo. Por ello se rechazó el reingreso solicitado en ese puesto, por lo que la reincorporación debe efectuarse al puesto de titulado superior en las oficinas indicadas", indica el Supremo.

Teófilo de Luis fue elegido por primera vez diputado por el PP en 1995, aunque llevaba trabajando para el partido en el Congreso de los Diputados desde 1983. Desempeñaba funciones laborales en las oficinas asignadas al Grupo Parlamentario del Partido Popular de Madrid. Allí ocupaba el puesto de coordinador del Grupo y desde el año 1989 el de secretario técnico dentro del Grupo Popular.

Secretario de la mesa del Congreso

Una vez electo en 1995 De Luis renovó su escaño hasta las primeras elecciones que se celebraron en 2019, las del 28 de abril. Este puesto de secretario técnico lo compaginó con el escaño hasta 2012. Desde este último año y hasta abandonar el Parlamento permaneció como diputado del PP, llegando a ser secretario cuarto de la mesa del Congreso de los Diputados.De Luis era considerada una persona cercana al exministro Rodrigo Rato. De hecho, fue uno de los diputados del PP que flanqueó al expresidente de Bankia en una de sus comparecencias en la Cámara Baja para hablar del agujero del banco. Sin embargo, esa dedicación al PP de más de dos décadas no le sirvió para que el partido de su vida aceptara sin más su reincorporación como trabajador, que ha tenido que conseguir en los tribunales y tras una agria disputa laboral.