Pugna por el voto conservador

Ayuso y Monasterio miden sus fuerzas

Vox da un portazo a los presupuestos de Ayuso, pero la Mesa de la Asamblea debe decidir aún si se celebra el Pleno de presupuestos y concede así unos días más para una hipotética negociación entre las dos formaciones

Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio en una reunión del pasado mes de septiembre en la sede del Gobierno regional de Madrid, en la Puerta del Sol.

Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio en una reunión del pasado mes de septiembre en la sede del Gobierno regional de Madrid, en la Puerta del Sol. / EFE

Elena Marín

Isabel Díaz AyusoRocío Monasterio empiezan a medir sus fuerzas con la vista puesta en las próximas elecciones, donde ambas pelearán por hacerse con el voto de los ciudadanos más conservadores de la región. Ayuso se sabe fuerte entre el electorado de Vox y hasta ahora, creía serlo también en la Asamblea de Madrid, donde es la fuerza mayoritaria con diferencia. Pero la portavoz de Vox, sea por un error en el registro de las enmiendas de los presupuestos o por estrategia electoral, ha emprendido una huida hacia adelante en la que pretende soltar la mano de Ayuso y escenificar que la presidenta no se vale por sí misma y necesita sus votos. En ese camino ha optado por tumbarle los presupuestos, que contenían un arma electoral de más de 25.700 millones que con la prórroga se quedarán en los 23.033 de 2022.

El León y el Labrador

Hay una fábula que se atribuye a Esopo sobre las consecuencias de provocar a quien tiene más fuerza y poder que uno mismo. Un labrador quiso tomar prisionero a un león y logró encerrarlo en su establo, pero este, al darse cuenta de que era imposible salir, empezó a comerse todos los animales que se encontraban con él. El labrador, asustado porque se quedaba sin sustento y temiendo por su vida, lo soltó de inmediato y comenzó a lamentarse. La esposa del labrador, al ver lo ocurrido, le dijo: "Te mereces todo esto por haber querido encerrar a una fiera, cuando desde lejos le debiste temer".

En Andalucía, Vox solo consiguió perder poder como socio externo al Gobierno cuando decidió tumbar los presupuestos de Juanma Moreno

Ayuso y Monasterio compiten por ver quién es el león y calculan cuáles sus fuerzas en una relación ya tensa, aunque por el número de votos y de escaños, a la portavoz de Vox le ha tocado de momento el papel del labrador. Solo con una puerta muy bien cerrada podría matar de hambre a la fiera y salir triunfante.

Hace un año, Vox utilizó la misma estrategia en Andalucía, quiso dejar sin oxígeno a Juanma Moreno tumbando sus presupuestos, pero el resultado del órdago no pudo ser peor: el PP adelantó las elecciones autonómicas y la única consecuencia de aquel experimento fue que hicieron más fuerte a la fiera y hoy el PP gobierna en solitario en esta comunidad autónoma.

Ciudadanos, con Ignacio Aguado al frente en la región y como vicepresidente del primer Gobierno de coalición de Ayuso, también intentó neutralizar de alguna manera las políticas del PP, pero su jugada tampoco salió bien y la dirigente popular salió respaldada en tras el adelanto electoral.

Cortejo fallido

Los presupuestos no son infalibles y, aunque se prorroguen (como ha ocurrido ya en otras dos ocasiones desde que Ayusó comenzó a gobernar en 2019), el Gobierno de la Comunidad tiene capacidad para aprobar en los próximos meses partidas de gasto que sirvan para suplir las inversiones que decaerán una vez que el proyecto muera. Sin embargo, es cierto que con un incremento de gasto previsto de más de 2.700 millones y con una crisis sanitaria que requiere de mayores inversiones y gasto, al Ejecutivo regional no le resulta cómodo ni agradable dejar expirar el proyecto. De hecho, aunque Ayuso asumía esta semana la prórroga de los presupuestos, en la comisión de Economía y Hacienda donde ayer se votó el dictamen, el diputado popular Álvaro Ballarín, galanteó sin pudor a los diputados de Vox y reiteró "la mano tendida" de su grupo en un último intento por atraer a su hasta ahora socio de legislatura.

Los intentos de Vox de contener al PP

Monasterio ha intentado forzar el conflicto y acorralar al PP en la Asamblea de Madrid en varias ocasiones a lo largo de este último año, pero cuando parecía que cerraba la puerta para ahogar a la fiera, al final esta quedaba abierta y la fiera en libertad para hacer lo que quisiera. Ocurrió con la Ley en Defensa de la Autonomía Financiera que Javier Fernández Lasquetty se empeñó en sacar adelante para tener más argumentos jurídicos con los que defenderse ante los cambios legales del Gobierno de Pedro Sánchez. Los de Vox equipararon entonces a Ayuso con Puigdemont por considerar que era una norma demasiado regionalista, pero la ley está hoy aprobada gracias a Vox.

Ocurrió también con la creación de la comisión de estudio sobre las residencias de mayores, con la que Monasterio quiso poner en un aprieto a la presidenta regional, pero al final se echaron atrás y no han permitido la fiscalización política de lo ocurrido en los meses más duros de la pandemia en estas residencias.

Ampliar la mayoría

Con 65 escaños frente a 13, Ayuso ha hecho gala durante toda la legislatura de su fuerza parlamentaria y en su entorno siempre se han empeñado en recordar que solo necesitaba cuatro abstenciones para sacar adelante cualquier proyecto. La mayoría es del PP y que a nadie se le olvide, vienen a decir. Hasta ahora les ha servido esa advertencia y jugar con la idea de que si Vox no se presta a apoyar sus proyectos solo le queda rodearse de la izquierda.

En la pugna por ver quién es más fuerte, ambas son conscientes de que ahora que se acerca el final de la legislatura, el discurso de Ayuso cala también en el electorado de Vox, por eso los de Monasterio han intentado en varias ocasiones poner a la presidenta frente a un espejo que pudiera reflejar sus errores o contradicciones. Las encuestas que se han publicado en diferentes medios apuntan que la presidenta regional rascará votos en el electorado de Vox, y los presupuestos de 2023 son el último cartucho con el que los de Monasterio intentan que Ayuso frene el avance sobre su electorado.

El lunes la Mesa de la Asamblea de Madrid decidirá, tras analizar los informes jurídicos, si el trámite parlamentario de los presupuestos ha terminado ya una vez que el dictamen de la comisión de Economía y Hacienda ha sido negativo o si aún conceden unos días más de intriga al proceso y deciden que se celebre el Pleno de los días 21 y 22 de diciembre. La decisión ahondará en la medición de fuerzas de PP y Vox y la capacidad de una líder y otra de aguantar y mantenerse en sus trece.