La ya casi olvidada sensación en el estómago de que se está entrando en una zona desconocida con consecuencias imposibles de prever recorre de nuevo el Palau de la Generalitat. Pero esta vez, como reacción a lo que sucede lejos, a 600 kilómetros, en el la sede del Tribunal Constitucional. La decisión de paralizar la tramitación en las Cortes, en concreto en el Senado, de la reforma del Código Penal, lo que supone un hecho inaudito en la democracia española, fue recibido con estupefacción e indignación por el 'president' Pere Aragonès. El líder del Executiu, en un tuit, ha señalado que "Utilizaron Cataluña como banco de pruebas y hoy, envalentonados, lo aplican a todo. La derecha españolista secuestra las instituciones y solo lo superaremos con una agenda valiente y progresista donde Cataluña sea, definitivamente una república soberana".

Horas antes, el partido del Govern, ERC, había aseverado, vía su portavoz, Marta Vilalta que "querer cambiar las mayorías democráticas sobre lo que se puede debatir es muy grave, un hecho totalmente antidemocrático". "Cuando queremos cambiar el status quo es cuando el conservadurismo español recurre a la judicialización de la política", subrayó también la secretaria general adjunta de Esquerra.

La portavoz apeló al PSOE y Unidas Podemos a "encarar con valentía" y "sin arrastrar los pies", "todas las transformaciones que sean necesarias en beneficio de la democracia". Los republicanos, advirtió, seguirán "trabajando para cambiar lo que debería haber cambiado hace mucho tiempo": "Son los pasos en el camino de la negociación que hacen tambalear los fundamentos y los consensos del régimen del 78".

Reacción posconvergente

También Junts reaccionó a través de las redes sociales. Así, el secretario general posconvergente, Jordi Turullpublicó que "El TC ha certificado que en España la política la marca las togas y no las urnas. No hay división de poderes, hay cruce de poderes. Democracia nivel 0. En Cataluña ya lo sabemos y lo sufrimos desde hace años y por eso trabajamos para marcharnos. Y nos urge". La presdienta de la fuerza, Laura Borràspor su parte, aseveró, siempre en Twitter, que "teníamos claro que España es irreformable. Ahora en lugar de separación de poderes existe profanación de poderes. Avisamos que para impedir la independencia se cargarían la democracia. Nada que no supiéramos pero una razón más para construir una república democrática e independiente".

La diputada en el congreso de la CUP Mireia Vehí incluyó un dardo a las fuerzas progresistas españolas en su airada reacción al fallo del Constitucional. Así aseveró que "El gobierno de las togas nunca es democrático. ¡Qué error fue considerar, por parte de espacios de izquierdas, que la soberanía del Parlament era de segunda! Lo que empezó en el Parlament, atropella al Congreso".