No habrá cuarta reunión pública de la mesa de diálogo y negociación entre el Estado y la Generalitat catalana antes de fin de año, tal y como las dos partes se habían comprometido por escrito en el último cónclave, en julio. A pesar de los reiterados mensajes provenientes de la Moncloa, siempre de manera encubierta a través de los medios, de que Pedro Sánchez no tenía ninguna intención, con la que está cayendo en Madrid con la crisis institucional abierta entre el Tribunal Constitucional y el Congreso, de celebrar la mesa de diálogo con la Generalitat antes de fin de año, el Govern no se daba por vencido. Hasta este martes. "El Gobierno español se ha tensionado por todo lo ocurrido en la capital con la reforma del Código Penal y por este motivo no ha cumplido con la mesa de diálogo y negociación que correspondía a finales de año", señalaron fuentes del Govern.

El gabinete de Pere Aragonès ha tratado hasta el último momento de hacer valer el compromiso escrito y ha expresado que sí, que entendían que el alboroto alrededor de la aprobación de la reforma del Código Penal podía convertir la reunión programada (en Barcelona, para más inri) en un trago amargo para el Gobierno. Pero replicaban que la no celebración del foro ponía, a su vez, a los republicanos a los pies de los caballos de la oposición independentista, es decir, básicamente de Junts, por cuanto podía utilizarse esa suspensión como palanca argumentativa para clamar que el PSOE ninguneaba a ERC.

Con todo, estas mismas fuentes quisieron hacer una lectura positiva del funcionamiento de este foro de diálogo y negociación: "Estos últimos meses se ha comprobado que el diálogo funciona y se ha avanzado en diversas carpetas de la desjudicialización: sedición, reforma malversación, Tribunal de Cuentas… Los resultados son públicos y notorios", señalaron estas fuentes oficiales que consideran que la celebración de la mesa tenía más una importancia, sobre todo, formal.

El otro mensaje que el Executiu batalla por poner sobre la mesa es que, a pesar de la pausa electoral por las consecutivas elecciones que se ciernen sobre el horizonte, municipales y autónomicas de régimen general, en mayo, y las generales de otoño, la mesa no finaliza aquí y ahora. "Los contactos siguen y el Govern seguirá avanzando en el ámbito de la desjudicialización que todavía queda pendiente y en la carpeta de la autodeterminación que debe llevar a Cataluña a volver a votar en un referéndum", sentenciaron desde el Palau de la Generalitat.

Con la mesa en 'stand by', el Govern ya ha previsto qué piezas mover. Se trata de abrir conversaciones internas en Catalunya, con partidos y entidades, para dar forma al Acord de Claredat que quieren plantear al PSOE en cuanto se reanuden las conversaciones públicamente. Siempre que el PSOE venza en las elecciones de otoño y, además, la aritmética vuelva a convertir a los republicanos en pieza clave de la investidura y de la gobernabilidad.