Israel se ha convertido en un inesperado frente de combate en el Ayuntamiento de Barcelona en la antesala de las elecciones municipales del 28 de mayo. La interrupción temporal de relaciones entre la ciudad y las autoridades de Israel decretada por la alcaldesa Ada Colau ha desatado una disputa entre Barcelona en Comú y el resto de partidos del consistorio, incluido el PSC, integrante del gobierno municipal. El pulso se ha escenificado en la comisión de presidencia de este miércoles en el consistorio, en que los comunes se han quedado solos defendiendo la ruptura provisional como gesto contra la ocupación de Palestina, incluida la suspensión del hermanamiento con Tel Aviv.

Los votos en contra de socialistas, Junts, Cs, PP y Valents han sumado mayoría para desechar la propuesta ciudadana que aboga por dejar sin efecto la entente simbólica con la segunda ciudad más poblada de Israel, respaldada por 4.135 firmas. ERC se ha abstenido. Los republicanos han manifestado compartir que Israel subyuga al pueblo palestino, si bien ha censurado que Colau optara por enfriar los contactos con las instituciones israelíes sin someterlo al parecer de los partidos.

Más tarde, ERC se ha unido a los comunes para desestimar una propuesta del PP para estrechar vínculos con Tel Aviv. Partidarios y detractores de la moción han igualado fuerzas, pero la vacante por cubrir en las filas del PSC por la renuncia del ex teniente del alcalde Jaume Collboni a seguir en el ejecutivo y el voto de calidad de los comunes por ostentar la alcaldía ha provocado que la proposición de los populares no prosperase.

Por su parte, fuentes municipales han aclarado que la moción aprobada esta mañana no obliga a deshacer nada, más allá de lanzar una evidente reprimenda política a Colau. Así pues, el decreto de la alcaldesa que pone en cuarentena los vínculos con el estado mediterráneo se mantiene vigente.

Los contrarios al cese de los vínculos con las autoridades israelíes han acusado a Colau de haber dictado una orden burlando el aval del pleno municipal. “Se ha subvertido el proceso que establece el reglamento. Es un hecho gravísimo”, ha afeado la teniente de alcalde socialista Laia Bonet, que ha recriminado "electoralismo" a la jefa del gobierno al que pertenece. Ha añadido que era necesario “reprobar la decisión unilateral de la alcaldía, que no busca más que esquivar su minoría absoluta” ante la cuestión. 

Decisión "coherente" 

En cambio, la teniente de alcalde de los comunes Laura Pérez ha esgrimido que dejar en suspenso las relaciones con Israel es “coherente” con el veto que el PP propuso hace un año a Rusia por la invasión de Ucrania. La medida se hizo efectiva a la par que la de Tel Aviv, con otro decreto de alcaldía que suspendió el acuerdo de amistad con San Petersburgo. “¿Por qué esos argumentos que se aplaudieron hace un año no son válidos ahora? ¿No lleva Palestina 70 años de apartheid? ¿Nos comprometemos con unos derechos humanos y otros no?”, ha planteado Pérez, que ha juzgado incongruente la postura del resto de fuerzas.

ERC ha levantado la voz para puntualizar que el cese de la alianza simbólica con San Petersburgo tampoco ha sido ratificada por las formaciones políticas. "La suspensión del hermanamiento de San Petersburgo se decretó el mismo día que el de Tel Aviv para maquillar una decisión antidemocrática", ha reprendido el portavoz republicano, Jordi Coronas. Por su parte, el popular Josep Bou ha dicho que los casos de la urbe rusa y la israelí no son comparables. "En Ucrania hay una guerra. No se deben romper puentes con Israel", ha opuesto. 

El debate que se ha entablado en el ayuntamiento ha resultado ser más propio de altas instancias internacionales que de la corporación municipal. También ha sido bronco. Numerosos asistentes favorables al boicot a Israel han blandido pancartas, banderas palestinas e imágenes de víctimas de las fuerzas de seguridad israelí, como la periodista Shireen Abu Akleh, asesinada por el Ejército de un disparo. Parte de los presentes han abucheado algunas intervenciones en que se ha defendido el carácter democrático de Israel y han opinado que no corresponde a Barcelona inmiscuirse en el conflicto de Oriente Próximo. Además, Junts ha atribuido "antisemitismo" a Colau.

"Blanquear a Tel Aviv"

"De los que fuimos a hablar con la alcaldesa Colau, cuatro son judíos. No habléis de antisemitismo", ha instado uno de los proponentes de la campaña ‘Barcelona amb l’apartheid, no’, Salah Jamal, que ha cuestionado ante los concejales que Israel sea un país democrático. “¿Para qué servía el hermanamiento? Para nada, solo para blanquear a Tel Aviv. No es una ciudad democrática, está liderada por un alcalde que fue comandante de Israel, que bombardeó Gaza varias veces y hace limpieza étnica de palestinos en el centro de Tel Aviv. ¿Esa es la democracia que defendéis?”, ha preguntado Jamal.

Otra miembro de la plataforma, Alys Samson, ha reprochado que "fuerzas que se dicen progresistas estén dispuestas a romper relaciones con Rusia y no con Israel". "El mensaje que dan es que las vidas de los palestinos os importan menos", ha espetado.

Junts, Valents, PP y Cs han forzado la convocatoria de un pleno extraordinario para los próximos días en que la discusión en torno a Israel se retomará. A su vez, la ruptura de relaciones diplomáticas de Barcelona con Israel ha recibido el apoyo de 50 personalidades de la cultura y el activismo. Entre los firmantes del manifiesto, figuran cuatro premios Nobel (incluida la última ganadora del galardón en Literatura, Annie Ernaux), actores como Viggo Mortensen y Susan Sarandon y activistas como Angela Davis y Naomi Klein.