Elecciones 28M

Feijóo ordena orillar a Vox en la campaña y aplaza la política de pactos hasta que pase el 28-M

Génova pide a los territorios que hagan la campaña evitando hablar de acuerdos poselectorales | Solo se abrirá el melón después, tratando de retratar al PSOE con el objetivo de evitar que Vox entre en la mayoría de gobiernos

Alberto Núñez Feijóo.

Alberto Núñez Feijóo. / Ricardo Rubio

Paloma Esteban

El debate sobre qué hacer con Vox llegará después del 28 de mayo. En ningún caso antes, a pesar de la incomodidad que genera en muchos dirigentes del PP, especialmente para los que sus posibilidades de gobernar dependen directamente de acuerdo con el partido de Santiago Abascal. Los pactos que se tengan que firmar después de las elecciones autonómicas y municipales siguen siendo el gran elefante en la habitación de Génova 13.

Sobre todo, porque más allá de cómo queden configurados los gobiernos regionales y locales, la realidad es que las decisiones del PP influirán en las generales de diciembre. La estrategia nacional, en todo caso, pasa por obviar a Vox. Es el mensaje que todos los líderes autonómicos y aspirantes a grandes alcaldías han recibido de la dirección: avanzar en la campaña como si los ultra no existieran y no pensar en ningún pacto antes de tiempo. 

El objetivo sigue siendo que el PP obtenga el resultado más holgado posible para evitar el mayor número de gobiernos compartidos. En Génova asumen que habrá que llegar a acuerdos, pero la sensación es que antes de mirar a Vox, los populares buscarán que el PSOE se retrate. A pocos días de que empiece oficialmente una campaña decisiva, Alberto Núñez Feijóo volvió a sacar a colación su propuesta para que gobierne la lista más votada

No será la última vez y, sobre todo, después de unas elecciones en las que Génova se ve como primera fuerza en gran parte del territorio, lo más probable es que se produzcan peticiones mirando al PSOE para que permita gobernar en solitario a “los ganadores” de las elecciones.

En el partido hay distintas visiones. Hay dirigentes que piensan que el miedo a los pactos con Vox está “amortizado” tras la experiencia de Castilla y León. Que realmente no hace daño en las urnas al PP. Algunos dirigentes territoriales consideran que no se puede desperdiciar una sola oportunidad para gobernar, con independencia de tener que acordar con los de Abascal. Pero en lo que coinciden todos es en tratar de que se queden fuera de los ejecutivos, precisamente en vista del caso castellanoleonés. 

La dirección nacional de Vox ha tomado nota de las pistas que van dejando los populares y, por eso, Abascal lleva días 'apretando' en todos sus mítines contra Feijóo. Los ultra intentan hacer ver que el dirigente gallego no cumplirá sus promesas ni su programa si no tiene la lado una fuerza política que le obligue a actuar. En realidad, esa falta de contundencia que a veces trasluce del discurso de Feijóo es también objeto de debate dentro del propio partido.

Como publicó El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, el dirigente gallego lo abordó directamente en una reunión a puerta cerrada con sus diputados y senadores, en la que aseguró que su mensaje de “derogar el sanchismo” va en serio, mostrando cierto cansancio por falta de credibilidad que desde algunos sectores de la derecha le conceden.

En todo caso, Vox prepara una política de pactos agresiva, convencido de que la “generosidad” en anteriores citas electorales no le ha reportado nada beneficioso. El ejemplo de Madrid es clarísimo: permitieron la investidura de Isabel Díaz Ayuso y ahora se enfrentan a una posible mayoría absoluta que les dejaría fuera de juego como en Andalucía.

En otros territorios el partido ultra crecerá. Sobre todo, porque en 2019 la segunda fuerza del centro derecha fue Ciudadanos. El 28 de mayo el PP se consolidará como partido hegemónico de ese espacio, pero en muchos lugares Vox será determinante en caso de que haya suma: Baleares, Aragón o Castilla-La Mancha, entre otros.