La Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa) juega un indiscutible papel de ‘colchón’ para el sector, contribuyendo a la sostenibilidad de las zonas de producción de tabaco, así como a la dinamización de la economía comarcal, provincial y regional. El director general de Cetarsa, José Antonio González, analiza cuál es en la actualidad el rol de la empresa pública, así como las perspectivas de futuro de este cultivo esencial.

-¿Cuál ha sido la evolución en el entorno europeo del cultivo de tabaco en el 2020 y qué perspectivas tienen para los próximos años?

-La evolución del tabaco europeo en estos últimos años se ve mediatizada por unas políticas comunitarias cada vez más restrictivas en materia de salud y consumo, y políticas fiscales cada vez más agresivas. Con respecto a las perspectivas para los próximos años es evidente que la Comisión Europea va a seguir con políticas muy orientadas a la salud y aspectos ambientales, pero confiamos que serán equilibradas.

-¿Qué balance puede hacer de la campaña tabaquera en curso 2020-21?

-La campaña actual, correspondiente a la cosecha 2020, se ha visto afectada como todos los sectores productivos por el llamado ‘efecto covid-19’, y también por determinados incidentes meteorológicos, como las tormentas del mes de septiembre, que han afectado cuantitativamente al tabaco y a su calidad. También se vio afectada la campaña en su inicio porque hubo lluvias tardías de primavera, lo que motivó su retraso. No obstante, el ‘efecto covid-19,’ tanto en la producción agrícola como en nuestras fábricas, no ha sido significativo. Las actuaciones que hemos implementado en la empresa han sido procedimientos muy rigurosos en materia de prevención, con la realización de inversiones específicas en nuestras fábricas que han permitido minimizar el impacto.

-¿Cuáles son los compromisos de Cetarsa como empresa pública con el sector tabaquero?

-Son muy claros. El primero es que trabajamos para garantizar la viabilidad de la compañía desde un punto de vista económico. El segundo, es su firme compromiso por la sostenibilidad socioeconómica de todo el entorno de producción de tabaco, para garantizar los niveles actuales de actividad en el campo y nuestras fábricas.

-¿Qué papel juega a su juicio la Compañía Española de Tabaco en Rama en la sostenibilidad del entorno de los productores de tabaco?

-Es un rol determinante para el mantenimiento de la actividad agrícola en las zonas tabaqueras, porque Cetarsa contrata el 77 por ciento de la producción de tabaco en España y transforma el 83 por ciento, siendo la única empresa española transformadora de tabaco. Somos clave para el mantenimiento y futuro del sector.

-¿Qué compromisos mantiene con las grandes compañías tabaqueras mundiales?

-En la actual etapa de Cetarsa hay un escenario europeo y mundial muy complicado, de presión a la baja en los mercados. No obstante, hemos conseguido mantener en las cosechas de los años 2018-19 y 20 los volúmenes de contratación con nuestros agricultores. Es un esfuerzo importante, a pesar de que hay exceso de tabaco en el mundo. En ese escenario hemos logrado consolidar el compromiso de las compañías líderes mundiales, a excepción de la British American Tobacco, para contribuir a la sostenibilidad de la producción de tabaco en España.

-¿Cómo se contempla desde Cetarsa la negociación de la nueva PAC?

-Está previsto que a mediados de este año España ya haya elaborado su Plan Estratégico, con acciones concretas para cada cultivo, incluido el tabaco. La nueva PAC entrará en vigor en 2023, con importantes cambios, lo que supondrá esfuerzos de adaptación en todos los sectores. Hay que ser optimistas, todavía no hay nada concreto. Nosotros intervenimos desde el ámbito de la Organización Interprofesional del Tabaco (Oitab) para trasladar nuestra posición conjunta como sector.

-¿Cuáles son grosso modo las grandes cifras del cultivo de tabaco en España en la presente campaña?

Según los datos que tenemos consolidados, la contratación prácticamente se ha mantenido en 2020 en España, en el entorno de las 29.700 toneladas de tabaco para las variedades Virginia, Burley y Havana. Hay ligeras variaciones, mínimas, de un año para otro, desde 2018.

-¿Cómo se ve desde Cetarsa la ansiada trazabilidad del producto?

-La normativa reguladora de la trazabilidad del tabaco en rama de la Junta de Extremadura ha tenido un balance positivo y ha sido un punto de arranque en la necesaria trazabilidad, para dar seguridad jurídica a los operadores de tabaco crudo y combatir el indeseable comercio ilícito. Además, es un paso delante de cara a la nueva orientación comunitaria regulatoria de modificar la directiva de impuestos especiales a las labores de tabaco, que previsiblemente abordará la trazabilidad del tabaco crudo, figura que de momento no está regulada.

-¿Qué significaría que la British American Tobacco volviera a adquirir tabaco producido en España?

-Es muy importante que esto suceda. BAT es líder mundial en labores de tabaco y por tanto veríamos razonable que volviera a comprometerse con el sector del tabaco en España como sucedió hace dos años y es lo que está haciendo en otros países productores europeos. Lo lógico es que además fuera coherente con sus compromisos de responsabilidad social corporativa a nivel mundial, en sus políticas de compra de tabaco crudo para garantizar su sostenibilidad. El tabaco que se produce en nuestro país es muy competitivo y ha sido reconocido por ello por su departamento técnico. En fechas próximas vamos a retomar el diálogo con sus responsables en España.

-¿En un hipotético escenario de retracción de la demanda Cetarsa estaría preparada?

Estamos trabajando en el desarrollo de iniciativas para identificar cultivos agroindustriales y usos alternativos de la hoja de tabaco que permitan incrementar la actividad socioeconómica en las zonas productoras y en las fábricas de primera transformación y también rejuvenecer el sector.