Si hay un sector cuya actividad productiva depende indesligablemente de la climatología ese es el campo. El comportamiento meteorológico de los últimos meses, marcado por acontecimientos atípicos como las nevadas de la borrasca Filomena, las heladas en los meses de marzo y abril, o las tormentas con las que se despidió la primavera en nuestro país, ha situado al 2021 como uno de los años más perjudiciales para la industria agroganadera de los últimos tiempos. 

Así lo destaca la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro), cuyas indemnizaciones durante los seis primeros meses del año se han incrementado un 22% con respecto al mismo semestre del año anterior, colocando al 2021 como el peor año del último lustro y con un valor total que llega hasta los 461,25 millones de euros. 

En Extremadura las indemnizaciones ascienden a un valor de 31,3 millones de euros, siguiendo la tendencia nacional de superar la cantidad abonada el año pasado en el mismo periodo, lo que supone un 6,7% del total de indemnizaciones otorgadas al campo en todo el país. 

La región, que presenció la cara más amable de la borrasca Filomena en comparación con otras autonomías, no esquivó, sin embargo, una primavera cargada de tormentas de pedriscos que causaron daños en algunos de los principales cultivos frutícolas como el de la cereza. También fueron muy dañinas para el tomate, otro de los grandes cultivos de Extremadura. 

En este sentido, el director del Área de Negocios de Caja Rural de Extremadura, Juan Ramón Gómez, ha puesto el acento en lo “fundamental” que es contar con seguros de calidad, con coberturas adaptadas a las necesidades del territorio y con un buen asesoramiento, cercano y profesional, como el que ofrece Caja Rural de Extremadura.

Castilla la Mancha es la región que ha sufrido mayores pérdidas de todo el país. En clave nacional, la superficie siniestrada es de 930.611 hectáreas, un 76% más que en 2020, siendo Castilla la Mancha la comunidad peor parada en lo que va de año. La región del centro peninsular ya ha superado en la primera mitad de 2021 el valor total que recibió por todo el año pasado, con 97,1 millones, seguida de Murcia y Aragón. 

La importancia de estos seguros en el ámbito agrario queda fuera de toda discusión, pues cada año son miles de millones de euros los que se destinan a indemnizar a los trabajadores del campo por las pérdidas ocasionadas, generalmente por fenómenos meteorológicos. De ahí, la importancia también de realizar estos seguros con entidades de solvencia, como es Caja Rural de Extremadura, referente en este sector, como atestiguan las cifras. Solo en el año 2020, “La Caja” facturó alrededor de seis millones de euros en primas con seguros tanto para el sector agrícola como los seguros pecuarios o de sequía en pastos. 

Extremadura registra más de 31.000 pólizas y Caja Rural es referente en este sector. En la región, el número de pólizas de seguro agrario supera las 31.200, con un total de capital asegurado de 1.135 millones de euros. El director del Área de Negocios de Caja Rural de Extremadura ha destacado la importancia de estos seguros agrarios como motor del desarrollo rural y como instrumento de protección de las explotaciones agrarias, puesto que se trata de un sector expuesto a elementos externos e incontrolables, como la meteorología, como se ha comprobado en este primer semestre del año “muy complicado” en el que han estado presentes la nieve, viento, heladas, lluvia y pedrisco. 

Por cultivos, los fruticultores han sido los más perjudicados por las inclemencias del tiempo en el primer semestre de 2021, al registrar más de 135 millones de euros en indemnizaciones. Les siguen los productores de hortalizas, con 56 millones, y los de uva de vino y cítricos, cada uno de ellos con un valor de 53 millones.