Con larga tradición tabaquera a sus espaldas, Felicísima Rodríguez Paz, recuerda la importancia del tabaco extremeño en la fijación de población rural, especialmente de mujeres. Ante sus ojos pasan toneladas de hojas de tabaco para clasificar, del que destaca su excelencia, así como los controles a los que se somete antes de su venta a los grandes fabricantes multinacionales. Miembro del Comité Intercentros por UGT, hace más de tres décadas que trabaja en la Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa).

Usted viene de familia tabaquera. ¿Qué importancia social y económica tiene a su juicio el cultivo de tabaco en la zona de influencia?

El tabaco es el motor económico de nuestra zona, porque genera empleo directo e indirecto. En el primer caso estamos hablando de puestos de trabajo en las explotaciones en el campo, en las cooperativas que lo secan y en las fábricas transformadoras. Por otra parte, hay que subrayar el empleo indirecto, a empresas como los talleres que nos prestan servicios y las firmas que proveen de fitosanitarios y abonos a las explotaciones. El empleo sostiene la economía y es responsable del bienestar social en la zona de cultivo.

¿Cuánto tiempo lleva trabajando en Cetarsa y qué labores ha desempeñado ?

En Cetarsa llevo 33 años, aunque antes lo hice en el Cultivo Nacional de Fermentación de Tabaco. Pertenezco a los censos de selección, y mi trabajo ha sido siempre la selección de tabaco, aunque desde hace unos años soy responsable del área.

¿La forma de trabajar ha sufrido cambios en las últimas tres décadas?

Sí. Mucho. La empresa ha realizado grandes inversiones en las fábricas. Ha mejorado la seguridad en el trabajo y también ha tenido que ir modernizándose para adecuarse a las exigencias de las multinacionales. También ha mejorado otros aspectos en aras de aumentar su productividad.

¿Las fábricas de tabaco fijan población en las zonas rurales?

Por supuesto que sí. El empleo activa la economía y, por lo tanto, aumenta el bienestar social de la zona.

¿Cuál es la proporción de mujeres trabajadoras en las fábricas de Cetarsa?

Actualmente, superamos ligeramente el 50% de los trabajadores de Cetarsa. Es muy importante porque en las zonas rurales hay mucho trabajo que las mujeres no desarrollábamos. Una transformadora de tabaco como Cetarsa ha permitido que la mujer tenga trabajo estable y pueda llegar a la edad de jubilación.

Usted como responsable sindical imaginamos que está involucrada con la igualdad de género. ¿Cetarsa ofrece las mismas oportunidades a hombres y mujeres?

Sí. Ahora mismo nos encontramos en proceso de promoción interna. Dependiendo de las necesidades de la empresa optamos tanto hombres como mujeres. A todo ello hay que sumar el plan de igualdad que se aplica en Cetarsa desde el año 2010. Actualmente, se está revisando para actualizarlo y se procura que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades. También Cetarsa ofrece posibilidades de empleo a grupos sociales desfavorecidos.

Ante usted pasan miles de kilos de tabaco ¿Cómo calificaría la calidad del tabaco español?

Como especialista en selección destaco que el tabaco español tiene una buena calidad, con características propias, y que es competitivo. Estoy orgullosa de nuestro tabaco y trabajo.

¿Por qué las grandes tabaqueras adquieren tabaco español? 

Cetarsa tiene que cumplir determinados requisitos ante las compañías multinacionales. Nuestros agricultores tienen que cumplir exigencias sociales y medioambientales. Estas están recogidas en dos programas: social y de sostenibilidad. El social (llamado ALT) se ocupa de que los trabajadores no estén discriminados ni en el campo ni en las fábricas. También, vigila que sus viviendas sean dignas y que los salarios se ajusten a convenio y que no haya menores en las explotaciones. El programa de sostenibilidad del tabaco se preocupa porque en las explotaciones agrarias se cumplan las normas de fitosanitarios, de residuos, de control del combustible (biomasa). Además, hay que cumplir las normas de trazabilidad, un requisito exigido por las multinacionales. Por todo ello, nuestro tabaco se vende. 

¿Cree que el consumidor final es consciente de todo el trabajo que hay detrás de un paquete de cigarrillos?

No. Lamentablemente, el consumidor no está bien informado. Solo nos preocupamos cuando falla algo. Y es una pena, porque nuestro trabajo es efectivo.

¿Se seguiría fumando aunque no se produjera tabaco en Extremadura? ¿Hay cultivos alternativos?

Sí, por supuesto. La demanda del consumidor es superior al tabaco que producimos. Si no lo hiciéramos, el tabaco se importaría. Cultivos alternativos no hay hasta la fecha. Lo único que salvaría nuestros campos es cultivar más tabaco. Fumamos más tabaco que el que España entera produce. 

¿Cómo se está desarrollando la actual campaña?

Bien, porque este año no hemos tenido mermas como el pasado a causa del pedrisco. Estamos siguiendo, por supuesto, los controles establecidos de trazabilidad y calidad.

Actualmente, el tabaco está buscando nuevos mercados… ¿Hacia dónde cree que se dirige el en la actualidad?

Sí, las grandes multinacionales están buscando fórmulas para los fumadores como la de calentar el tabaco y que no haya combustión. Pero creo que siempre se va a seguir fumando a la manera tradicional. Somos muchos los fumadores.