Aldeanueva de la Vera es uno de tantos municipios extremeños cuyo mayor sustento es la producción de tabaco. Según expresa su alcalde, Francisco Javier García Béjar, el 90% de los habitantes de Aldeanueva se dedica a la industria tabaquera. Su propia familia es agricultora: «Ya vamos por la cuarta generación», explica. Es fundamental, por tanto, comprender cómo esto influye no solo en la economía local, sino también en el mantenimiento de la población y otros sectores como el turismo. La Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa) lleva acompañándolos desde los tiempos del Burley hasta el Virginia, aconsejando, además, a los propios agricultores del municipio sobre cómo hacer una producción eficiente, sana y sostenible.

¿Qué hace tan especial al tabaco extremeño?

Le hace especial sobre todo la calidad que tiene. Eso es debido a la excelencia del agua y de la tierra, acompañadas de los cuidados que le dan los agricultores que lo producimos. 

¿Considera que es superior a cualquier otro que se produzca? ¿Por qué?

Sí, porque la empresa transformadora que nos demanda el tabaco nos sigue comprando un tabaco extremeño debido a esa calidad que ya he mencionado previamente. Esta condición del aire, el agua y la tierra, se une a las condiciones climatológicas en la zona de la Vera y el Campo Arañuelo donde se producen. 

¿Se puede deber también a la implicación que tiene Cetarsa dentro de la industria?

Sí, por supuesto. Cetarsa lleva implicada desde que se creó: empezamos a producir tabaco Burley y luego la variedad de Virginia. Lleva tiempo innovando y, en su área de ensayo, creando variedades nuevas. Y también aconsejando a los agricultores cómo se produce y cómo se hace un tabaco mejor.

¿Cómo es la relación que mantiene Aldeanueva de la Vera con Cetarsa?

Es buena. Es una relación de comprador-vendedor, pero es distendida. Nos reunimos de vez en cuando y tratamos temas del cultivo del tabaco. También de cómo producir contra enfermedades, aconsejamos a los agricultores cómo tratarlo, etcétera. 

«Cetarsa lleva tiempo innovando y aconsejando a los agricultores sobre cómo producir un tabaco de mejor calidad»

¿A qué se debe la importancia de la industria tabaquera en el municipio?

Se debe a que es un pueblo en el que el 90% de sus vecinos son agricultores. Además, es un aliciente que el Ayuntamiento de Aldeanueva de la Vera tiene una finca municipal, un millón de kilos de tabaco. Así, unas 100 o 110 familias de Aldeanueva se dedican a ello en la finca Mesillas, que es la propiedad municipal del ayuntamiento. 

Entonces, ¿influye en el mantenimiento de la población joven y de alguna manera se enfrenta así a la despoblación? 

Muchísimo. La finca Mesillas, la de propiedad municipal, tiene una peculiaridad: muchos jóvenes que se quieren implantar en la agricultura tienen un contrato por cinco años que les hace el ayuntamiento. Además, se les da unas cuatro o cinco hectáreas de tierra, con su producción de tabaco. Eso ayuda muchísimo a que se genere empleo en Aldeanueva de la Vera. También facilita que muchas familias puedan emprender aquí su medio de vida y no tengan que mirar a las ciudades o a otros pueblos de otras provincias. 

¿Cuál es el impacto entre los propios empleados y cómo influye esto en otros sectores del municipio?

Es una cadena. El agricultor produce tabaco y consume en el municipio y también los pueblos de alrededores. Talleres, establecimientos, cooperativas, almacenes de productos fitosanitarios, etcétera. Donde hay un nivel de vida y el gasto del día a día que pueda tener una familia en cualquier otro sector, pues aquí en Aldeanueva de la Vera principalmente es el cultivo del tabaco. Eso hace que se genere y asiente población, que tiene que hacer su gasto del día a día. Un gasto que se hace en el municipio y en los pueblos colindantes. 

De algún modo influye en otros sectores como el turismo. ¿De qué manera?

Sí. Como el tabaco casi en su totalidad se produce en Extremadura, hay muchísimas personas que vienen a visitar la Vera, las gargantas, etcétera. Así también buscan probar la gastronomía que tenemos. Cuando los visitantes entran en la comarca de la Vera a ver las plantaciones, ven que es una planta desconocida para ellos, parece una lechuga. Muchos se sorprenden y se paran a hablar con los agricultores. Sí que influye en el turismo. Incluso hay una parte de las vacaciones de los visitantes que es en la época del tabaco, desde mayo a noviembre. Así que, aparte de visitar los paisajes que tenemos por la zona alta, también dedican un día de sus vacaciones a visitar la Vera del tabaco. 

¿Qué vinculación tiene su familia con el mundo del tabaco?

Muchísima. Como muchos jóvenes aquí en Aldeanueva, yo soy también productor y ya vamos por la cuarta generación. Mis bisabuelos comenzaron, luego lo siguieron mis abuelos, mis padres y ahora nosotros. 

«Lo que dijeron en MasterChef es falso y decepcionante: el cultivo del tabaco no degenera la tierra»

Imagino que estará al tanto de las polémicas declaraciones que se arrojaron desde MasterChef sobre el cultivo del tabaco, ¿qué opinión le merecen?

Sí estoy al tanto. Fue como una desilusión, es un programa de una televisión pública y la repercusión que tiene a nivel nacional y mundial. Sobre todo decepción de que ese programa o la dirección de ese programa ofrezca un guion a unos presentadores sin contrastar información. Es decir, la información que dieron fue totalmente falsa. El cultivo del tabaco no degenera la tierra, es más, los agricultores y productores de tabaco cumplimos unas normas sanitarias y de sostenibilidad que nos implanta la Comunidad Económica Europea (CEE) ya desde hace varios años para que sean cultivos totalmente sostenibles. Es más, hacemos rotaciones, plantamos cultivos que mejoran, utilizamos productos que no dañan al medioambiente. El tabaco no es un producto comestible, pero se trata con los mismos productos con los que tratamos cualquier alimento que se pueda llevar a la mesa a comer. Y con todos los controles de sanidad que llevamos a cabo. 

¿Cómo se trabaja para llevar a cabo una producción del tabaco sostenible?

Dentro de la producción del tabaco, nos ajustamos a las normativas de la declaración de la Política Agrícola Común (PAC). Ahí hay un apartado que dice que cada agricultor en su explotación tiene que cumplir los requisitos. Todos los productos que utilizamos están dados de alta por el medioambiente, son productos autorizados por sanidad, se siguen los plazos de seguridad, etcétera, es todo.