Ricardo Miranda, ingeniero de Navalmoral de la Mata y director de la Organización Interprofesional del Tabaco hasta hace escasas fechas, es el nuevo director general de Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa). Sustituye en el cargo a José Antonio González, tras un lustro de trabajo en la transformadora pública.

Usted es un profundo conocedor de la realidad del tabaco extremeño. ¿Cuáles van a ser sus primeras medidas al frente de la compañía?

Cetarsa cumple durante la presente campaña 35 años de existencia. A lo largo de este periodo de tiempo se ha nutrido de una plantilla de trabajadores y de directivos que, junto con el esfuerzo de los cultivadores de tabaco, han sabido llevar el tabaco español a unas cotas de reconocimiento internacional muy elevadas. Por lo tanto, mi primera medida a tomar será apoyarme en mis compañeros de Cetarsa para que trabajando con ellos podamos dar rentabilidad a las explotaciones tabaqueras y con ello mantener el empleo en nuestras fábricas y conseguir que nuestros clientes sigan confiando en el tabaco español.

La nueva PAC va a afectar decisivamente a las rentas de los cultivadores ¿Cómo lo va a hacer?

La PAC fue la primera política realmente común de toda la Unión Europea. Surgió después de la segunda guerra mundial en un contexto de escasez de alimentos y tenía como objeto garantizar el acceso de la población a productos alimenticios a precios razonables. Se primaba la producción de alimentos. Una vez conseguido ese objetivo se eliminaron las ayudas a la producción transformándolas en ayudas a la renta de los agricultores y de las estructuras agrarias. Se introdujeron conceptos como el desarrollo rural y se establecieron medidas para dar más legitimidad social a las ayudas así como mejorar aspectos de sostenibilidad ambiental.

En la actualidad la nueva PAC establecerá a partir del año que viene una ayuda básica a la renta, que se configura como un seguro de rentas para los agricultores con objeto de garantizar la viabilidad de sus explotaciones frente a situaciones de dificultad de mercado. 

En el caso concreto del tabaco, Extremadura ha conseguido mantener la comarca agraria de la Vera, lo que de hecho supone el mantenimiento de los importes de ayuda basados en los derechos históricos de los cultivadores de tabaco. Además se ha elaborado una nueva ayuda agroambiental, que es sufragada con fondos del segundo pilar y a la que podrán optar todos los cultivadores de tabaco que cultiven bajo un nueva norma técnica que publicará la Consejería de Agricultura de la Junta de Extremadura. Esta ayuda, que implica producir de forma compatible con la protección del medio ambiente y que está ligada a la producción, supone un incremento en el importe de la ayuda superior al 75% respecto de la PAC anterior. 

¿Va a ser positivo en general este nuevo marco comunitario? ¿Por qué?

La PAC persigue que las producciones se orienten al mercado y que sea éste el que establezca cantidades y fije precios. No obstante, el tener un horizonte claro a nivel PAC durante, como mínimo, los próximos 5 años va a dar estabilidad al sector. Lógicamente, es necesario un posicionamiento claro del mercado en relación al tabaco español en cuanto a cantidades y precios para que el cultivo sea atractivo en términos de rentabilidad para los cultivadores. Si el mercado apoya el tabaco español, nosotros podremos garantizar el empleo en nuestras fábricas y se generará riqueza en las zonas productoras.

Usted es un profesional que trabaja a pie de campo. ¿Va a mantener esa forma de trabajar ahora al frente de Cetarsa?

No entiendo el trabajo de otra manera. Es necesario que Cetarsa trabaje con los cultivadores y que haya conexión entre éstos y los empleados de Cetarsa. Desde que un agricultor trasplanta las plantas de tabaco al campo de cultivo hasta que un consumidor adquiere el producto del tabaco deseado en un estanco, son muchas las horas de trabajo y las actividades económicas realizadas. Cetarsa se encuentra entre los cultivadores y la industria manufacturera y es imprescindible que seamos capaces de trasladar a los campos de cultivo las necesidades que establecen nuestros clientes.

La compleja situación mundial, con crisis de suministros y energética, va a afectar negativamente a los precios de insumos ¿cree que el tabaco seguirá siendo un cultivo rentable?

Es cierto que estamos viviendo una campaña muy complicada, no sólo para el tabaco sino para la agricultura en general. Además, al incremento de costes de producción hay que añadir una disminución de la producción como consecuencia de las malas condiciones climatológicas de la primavera y el verano pasado. En el ‘Índice de precios pagados por los agricultores’ publicado por el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación el pasado mes de abril se indica que el coste de la energía para la agricultura aumentó un 83,09% interanual, sobre todo por el repunte del precio de la electricidad, aunque también por el de los carburantes (+37,66%) y los lubricantes (+11,66%). A este incremento de la energía también hay que añadir el encarecimiento de los fertilizantes y fitosanitarios. Cetarsa también ha sufrido el incremento de los precios de la energía eléctrica, de los combustibles que utilizamos en nuestro proceso productivo y de materiales auxiliares como el cartón. La campaña es complicada, pero estamos trabajando para que las actividades de cultivo y primera transformación sigan siendo viables en nuestra zona. El cultivo y primera transformación de tabaco contribuyen a la vertebración territorial y al asentamiento de la población rural en las comarcas donde se ubica, al generar riqueza y empleo de calidad, frenando la dinámica de despoblación y envejecimiento de estas zonas.

¿Qué papel juega a su juicio la Compañía Española de Tabaco en Rama en la sostenibilidad del entorno de los productores de tabaco? 

Cetarsa realiza una actividad que consiste en procesar un producto agrícola, hojas de tabaco, para proporcionar a nuestros clientes, los fabricantes de cigarrillos y otras labores, los productos que son demandados por los consumidores. Todo esto lo hacemos de la mano de los cultivadores de tabaco, con quienes garantizamos la sostenibilidad de la producción, el respeto de los trabajadores empleados en las explotaciones y en nuestra empresa y elaborando un producto de calidad que cumple las especificaciones exigidas por los clientes. Cetarsa juega un papel cohesionador, priorizando el empleo, la mejora del bienestar y calidad de vida de la poblaciones de nuestro entorno, a través de un crecimiento económico lo más inclusivo posible; fomentando el desarrollo de las personas, las comunidades y los ecosistemas; contribuyendo activamente a la protección y conservación óptima de los recursos naturales y adaptándonos como sector a los nuevos desafíos que se plantean tanto a día de hoy como en el futuro.  Detrás de la producción agrícola de tabaco hay agricultores que hacen un gran trabajo, miles de familias que dependen del sector, empresas como Cetarsa que hacen la primera transformación de la hoja... Toda la economía de los pueblos tabaqueros depende de esta actividad, es el motor que mueve el resto de negocios, no solo los relacionados con el cultivo. 

¿Cuáles las grandes cifras del cultivo de tabaco en España en la presente campaña? (Toneladas producidas, variedades, cultivadores….)

El tabaco es un cultivo industrial, es decir antes de ser consumido o utilizado necesita de un proceso de transformación en una industria. Esta interdependencia entre agricultura e industria le proporciona un alto valor desde el punto de vista de la generación y mantenimiento del empleo y la actividad económica en las zonas de producción. El cultivo y primera transformación de hoja de tabaco es el principal motor económico y social del norte de Cáceres, ya que genera más de 3.000 empleos contabilizados a tiempo completo, aunque son muchas más las personas que dependen directa o indirectamente de esta actividad. Para Cáceres representa el 1,8% del PIB, el 2,2% del empleo y el 18% de las exportaciones, y aporta a la economía extremeña 139 millones de euros de Valor Añadido Bruto al año. De hecho, Extremadura aglutina el 98% del cultivo a nivel nacional, siendo la mayor región productora de hoja de tabaco de toda Europa.  La cosecha 2022 se está desarrollando en 962 explotaciones de Extremadura, Castilla y León, Castilla-La Mancha y la Comunidad Foral de Navarra. En estas explotaciones se cultivan 6.269 ha de tabaco, de las que en torno a 6.100 se destinaron a la variedad virginia, la más demandada por el mercado. La producción contratada se ha situado por encima de las 23.000 toneladas de tabaco crudo o en rama. Del total del tabaco cultivado en España en las fábricas de Cetarsa se realiza la primera transformación del 87% del total del tabaco producido en España.

¿Qué balance hace de la campaña tabaquera en curso?

En estos momentos, con datos del viernes de la pasada semana, hemos comprado un 17,51% del total del aforo estimado de compras. Todavía es pronto para hacer una valoración de la cosecha, si bien es cierto que las altas temperaturas que hemos tenido este verano y la limitación al uso de determinados medios de producción van a tener un impacto sobre las cantidades producidas. En general está siendo un año muy complicado fundamentalmente debido al incremento de costes de producción, tanto a nivel agrícola como en nuestras fábricas. Somos conscientes del esfuerzo que están realizando nuestros cultivadores y los trabajadores de Cetarsa para adaptarnos a los volúmenes de producción. Nuestro objetivo de rentabilizar las explotaciones y mantener el empleo es demasiado importante para no perseguirlo con optimismo. Estamos trabajando intensamente en esta tarea y creo que vamos a tener un resultado muy satisfactorio para todos.