El año ha empezado en Almendralejo con uno de esos sucesos que desencajan el ánimo: un bebé murió el pasado jueves al ser alumbrado por su madre sola en casa y sin asistencia de nadie. El parto se produjo alrededor de las 13.45 y el niño nació prematuramente, pues era sietemesino.

La madre, separada de su marido y de 27 años, está ingresada desde entonces en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Mérida, y su estado es de gravedad, aunque tiende a la mejoría.

La mujer estuvo a punto de desangrarse. Cuando las asistencias de la Cruz Roja, que habían sido llamadas desde uno de los centros de salud de Almendraljo, llegaron al domicilio de la parturienta --situado en los grupos conocidos como las 44 viviendas , en la calle Santa Lucía-- la encontraron en medio de un gran charco de sangre y muy débil; incluso temieron que, de haberse demorado unos minutos la asistencia, podría haber fallecido. A pesar de ese estado, había logrado cortar el cordón umbilical del bebé, que yacía muerto a su lado, si bien, según fuentes de las asistencias, había nacido con vida.

Los voluntarios de Cruz Roja que la asistieron en su casa ofrecen algunos datos que permiten hacerse una idea tanto de la situación en que se encontraba la joven tras el alumbramiento como de las circunstancias en que se produjo. Así, cuentan que su debilidad era tanta que, tendida en la cama, "no podía ni hablar; incluso no había expulsado la placenta", lo que no ocurrió hasta que fue trasladada desde su domicilio al Hospital de Tierra de Barros, donde recibió las primeras atenciones antes de que una ambulancia la condujera, aquejada de una fuerte hemorragia, a la UCI de Mérida.

EMBARAZO OCULTO Nadie en su casa parecía conocer que estaba embarazada, porque la joven lo había ocultado. Esta ignorancia de los familiares se deduce de que, según ha sabido este diario, ante lo que eran las contracciones propias del parto, dijo a una hermana que llamara al centro de salud para que un médico fuera a atenderla "porque tenía dolores menstruales".

El parto fue tan oculto como el embarazo: a los voluntarios de Cruz Roja les sorprendió que ninguno de los ocho familiares --los padres y hermanos-- que en esos momentos se encontraban en la casa comiendo y viendo la televisión se hubiera percatado de que la joven estaba dando a luz en una de las habitaciones interiores de la vivienda. Todos aseguraron que desconocían que la chica estuviera embarazada, aunque una de las hermanas comentó al enterarse en el hospital que "lo suponía".

Fuentes cercanas a la familia indicaron que la mujer, que tiene ya un niño de nueve años y está separada del marido, mantiene una relación.

El Servicio Extremeño de Salud (SES) ha puesto ya el caso en conocimiento del juzgado para que abra una investigación con el fin de conocerse las circunstancias en que se produjo la muerte del bebé.