La charla con el sacerdote Felipe Fernández Peña (Cañaveral, 1931) se hace agradable. Responde con rapidez, no elude ninguna pregunta y no titubea. Está cómodo en su hogar, las Hermanitas de los Pobres y hoy no ha tenido que viajar, como suele hacerlo a sus 80 años con su propio coche por media provincia. Quizás ese talante explica las dos décadas que cumple al frente de la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías de Coria-Cáceres, una función delicada porque, como ya se sabe, la relación de estos colectivos con el clero siempre ha sido mejorable. Sin embargo, con Felipe Fernández se han creado un tercio de las cofradías de la diócesis y en la capital se ha vivido un auge sin precedentes que le ha valido a su Semana Santa el título de Interés Turístico Internacional.

--Hasta hace 20 años, cada cofradía hacía 'la procesión' por su cuenta. Usted vio la necesidad coordinar ese movimiento. Ahora existe la Unión de Cofradías, la Escuela Cofrade, la delegación diocesana...

--Cuando me nombraron vicario de laicos era responsable de todos los movimientos apostólicos y de todos los laicos asociados. Entonces me di cuenta de que había un campo enorme, el de las cofradías, que estaba prácticamente abandonado, cada hermandad iba por libre. En 1988 ya publicamos un estatuto marco para que todas se adaptaran, se modernizaran y se actualizaran, y en 1991 se constituyó la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías de Coria-Cáceres.

--Y entonces comenzó a gestarse el ambiente cofradiero. Llama la atención que la mitad de las hermandades de la capital cacereña se hayan creado en las dos últimas décadas.

--Hay 114 en la diócesis, de ellas unas 40 constituidas en estos años. Cáceres tiene incluso su Unión de Cofradías Penitenciales desde 1989. Lo importante es que ahora intercambian conocimientos, proyectos, se reúnen en los arciprestazgos, en las asambleas...

--De hecho, la Semana Santa cacereña acaba de estrenar el título de Interés Internacional, la máxima distinción turística. En 2012 saldrá otra hermandad. ¿Qué tienen las cofradías para seguir creciendo en pleno siglo XXI, como lo hicieran en la Edad Media?

--El ambiente se ha hecho propicio, hay una organización que lo está moviendo todo. Las cofradías tienen sus cultos, sus obras de caridad aunque no siempre se sepa, y además insistimos continuamente en la necesidad de que se integren en las parroquias. Muchos cofrades están trabajando en catequesis, en actos benéficos, con enfermos... Se habla de que en estos tiempos los jóvenes priorizan el culto al cuerpo, el disfrute de lo inmediato, pero en las cofradías de Cáceres predomina la gente joven, son mayoría bajo los pasos. Las personas tienen su fe. Por eso no entiendo cuando algún político ataca a la Iglesia como estrategia, es un error, va a estar ahí siempre y ha estado a lo largo de la historia, pese a que han intentado acabar con ella.

--El movimiento cofrade debe ser el más grande en número de laicos en Cáceres...

--Sí, pero hay que distinguir: las hermandades son asociaciones masivas y en ellas hay un grupo más responsabilizado, que colabora y participa en distintos frentes, pero también una gran parte que se apunta solo por devoción a la imagen. Eso es lo que estamos trabajando ahora...

--Hablamos de cofrades que simplemente aparecen el día de la procesión o de la romería...

--Sí, insistimos en que todos deben formarse más y especialmente integrarse en las parroquias e implicarse en las actividades de la comunidad. Han de saber que son Iglesia, esto no puede quedarse solo en la organización de una fiesta o una procesión. Especialmente importante es la formación, sobre todo ahora con la Escuela Cofrade, a la que deben asistir los primeros directivos de las cofradías, también quien lo desee.

--Por tanto se hace conveniente mayor implicación durante el año. Quizás sea una de las razones de la 'distancia' de los sacerdotes con las cofradías...

--Lo reconozco porque lo he vivido. Muchos sacerdotes no simpatizan con las cofradías, quizás porque éstas han sido muy independientes dentro de las parroquias, con sus actividades y su tesorería, nadie se preocupaba de ellas y es verdad que el párroco muchas veces desconocía su realidad. Esta actitud reticente se va corrigiendo porque desde la delegación diocesana, la Escuela Cofrade y las propias cofradías se procura que éstas se integren en la parroquia. Cuando el sacerdote ve que sus miembros colaboran, la impresión cambia.

--Desde el obispado se apoya...

--Sí, el obispo don Ciriaco ya era simpatizante de este movimiento cofrade y el obispo actual, don Francisco, aún más si cabe. Está muy ilusionado, por cada pueblo que va existe alguna hermandad de laicos que están ahí para trabajar en las parroquias.

--Además, el auge de la Semana Santa no deja de ser un beneficio social. Hablamos de la temporada con más visitantes...

--Como delegado diocesano, los títulos turísticos no me dicen nada. Pero como persona reconozco que son importantes porque enriquecen la ciudad. Cada vez viene más gente a la Semana Santa, dejan ingresos en restaurantes y hoteles... Además, al ver procesiones fervorosas, organizadas y artísticas, también pueden sentirse golpeados por la fe.

--Frente a esto... ¿las instituciones ayudan lo suficiente?

--Ayudan porque el movimiento cofrade beneficia turísticamente a un municipio, y además les interesa desde el punto de vista político. Saben que si prestan apoyo a las hermandades, quizás reciban una respuesta de simpatía hacia su causa. También es cierto que la ayuda podría ser mayor, que a veces se gasta el dinero en cosas de menos trascendencia, aunque en estos momentos hay que entender que existen pocos medios.

--Pero además, las cofradías dicen que tienen un papel crucial en la conservación del patrimonio histórico y artístico...

--Hacen una labor muy importante que mucha gente desconoce. En primer lugar mantienen perfectamente todas las ermitas y santuarios en los que están situados sus sedes canónicas. En segundo, mantienen el patrimonio artístico con buenas restauraciones de imágenes antiguas y la conservación de mantos, orfebrería u otros enseres. En tercero, enriquecen ese patrimonio con tallas nuevas de valor artístico.

--Sin embargo, se escucha que ahora conviene ralentizar la creación de nuevas cofradías, que son excesivas..

--Ha llegado un momento, y así se lo he dicho al obispo, en el que conviene consolidar las cofradías. En Cáceres, por ejemplo, existen bastantes y no es una ciudad grande, podría haber un problema de gente para participar en todas. Por ello tengo un borrador del itinerario que se deberá seguir para fundar una cofradía, y dura un par de años. Lo primero que se pide es que haya una razón, que exista una motivación.