El sello de calidad de la Asociación Europea de Instituciones de Educación en Veterinaria obtenido en el 2010 avala el prestigio de uno de los centros más demandados de la Universidad de Extremadura. La Facultad de Veterinaria, en el campus de Cáceres, cuenta con cerca de 700 alumnos, muchos de ellos proceden de fuera de la región, un centenar de profesores y cerca de 40 personas de administración y servicios. Desde que comenzó la formación académica en las naves de la Universidad Laboral, en octubre de 1983, se han formado 26 promociones de veterinarios y trece de bioquímicos, una titulación de segundo ciclo impartida desde 1990, cuando se construyó la actual facultad, extinguida ahora con la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior, aunque a la espera de poder recuperarla próximamente como grado.

El centro afronta este curso uno de sus mayores retos. Mientras la mayoría de titulaciones ya han cerrado el ciclo de adaptación al Plan Bolonia, Veterinaria se enfrenta a ese último año para completar el nuevo grado, ya que se mantiene en cinco años, explica la decana Margarita Martínez, profesora titular en Genética desde hace 28 años.

Además de los trabajos de fin de grado que se desarrollarán por primera vez, cambia el sistema de prácticas tuteladas, pasando de 150 horas a más de 500. "Lo más espinoso es organizar lo que antes no teníamos, que son los rotatorios para que los alumnos realicen actividades clínicas, de producción animal y de higiene y tecnología para adquirir una formación práctica completa en todas las ramas", señala Martínez. Estas actividades las realizan en el hospital clínico veterinario, en la clínica ambulante, en la granja y plantas piloto de la facultad y en los mataderos y centros de salud del SES. Además, hay otra parte que realizan en las empresas elegidas por los alumnos.

Hay más retos de futuro. "Bolonia es un plan generalista y tenemos que buscar la especialización". Para ello cuentan con tres másteres y diversos títulos propios, pero se aboga por incidir en este ámbito.

"La investigación es uno de los puntales de la facultad". No solo hay docencia teórica y práctica. "Uno de los ejes que rige la vida de la facultad es sin duda la investigación", reseña la decana. Su personal se distribuye en casi una treintena de grupos de investigación que además de investigar ofrecen servicios a empresas y particulares. En sus instalaciones se alojan servicios de apoyo a la investigación como el Laboratorio de Radioactividad Ambiental, el Servicio de Análisis e Innovación en Productos de Origen Animal o el servicio de Diagnóstico por Imagen y de Elaboración de Dosis Seminales Sexadas para reproducción equina

Todo ello, sin quedarse al margen de los ajustes que han tenido que hacer todos los centros de la Uex. "El mantenimiento de la facultad es costoso porque está compuesta por muchos edificios y claro que notamos los recortes", cuenta Martínez. De esos edificios destacan el hospital clínico, destinado a la docencia, el apoyo a la investigación y el servicio asistencial externo a la sociedad y la granja, otro de los recursos esenciales del centro. En 30 hectáreas cobijan instalaciones ganaderas con ovejas, cabras, vacas, asnos y aves ponedoras y dos plantas piloto de tecnología de alimentos, para productos cárnicos y lácteos.