Cuidarse está de moda, por fuera y por dentro. Actualmente hay en el mercado una amplia variedad de productos que además de alimentar, cuidan de la salud. Algunos son extremeños, pero este sector se ha puesto en marcha en los últimos años y sigue buscando 'pócimas' con lo mejor de la materia prima de Extremadura.

El futuro del sector hortofrutícola va en esa línea, en buscar alternativas comerciales para el excedente de frutas y hortalizas frescas que no llegan al mercado por defectos de forma o por su cantidad. Los pasos se están dando y ya hay productos en el mercado, que buscan clientela que sepa apreciar lo que toma. "Quien conoce estos productos repite, el problema es que no resulta fácil atraer a los clientes", señala Eduardo Fernández, técnico de Producción de Tomates del Guadiana, una de las primeras empresas extremeñas que ha apostado por estos alimentos funcionales. En su caso, se trata de un aceite virgen extra enriquecido con licopeno, el pigmento vegetal que proporciona el color al tomate y que previene contra los signos del envejecimiento, entre otros. Hay más productos extremeños que aglutinan ricas propiedades para la salud: un concentrado de cereza para la conciliar el sueño, saludables snacks de sandía o melón, zumo de nuez o polvos de semillas de uva, que previenen enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento y el estrés oxidativo, entre otros.

Tras estas nuevas fórmulas, saludables y extremeñas, está la investigación. Ideas, pruebas y resultados que se han logrado tras años de trabajo en diversos centros de investigación, incluida la universidad. "Mantenemos encuentros periódicos con las empresas para conocer sus problemas y acudimos también a ferias internacionales para saber qué se hace en otras partes del mundo y buscar aplicaciones a los productos que tenemos aquí", explica María José Rodríguez, investigadora del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex). Este centro cuenta en una línea de investigación enfocada al diseño de estos subproductos de la industria agroalimentaria que responden a la demanda del sector de abrir nuevos mercados y también a la del consumidor, que cada vez más busca productos versátiles, de fácil consumo y beneficiosos para la salud.

La satisfacción final es ver el trabajo en las tiendas. "Confías mucho en las cosas que haces y que alguien crea también en esos nuevos productos es una alegría", confiesa Rodríguez. Pero el momento es complicado. Por un lado, la crisis económica hace que las empresas se lancen menos a invertir en este tipo de innovaciones, aunque a la vez es una oportunidad para diversificar sus posibilidades en el mercado. "En España la población no está muy acostumbrada a pagar más por artículos saludables, es más fácil en Europa, donde hay más conciencia y tienen menos a mano frutas y hortalizas", dice Jonathan Delgado, técnico de Cicytex, que cree que aquí falta especialización, falta sacar partido a la extensa producción de frutas y hortalizas de la región. "Producimos a nivel industrial pero no tenemos productos diferenciadores del mercado". No sorprende ver en los supermercados zumos con calcio o leche con omega 3 y tampoco debería hacerlo ya encontrar snacks de sandía, aceite con licopeno o con luteína extraída de las espinacas, porque ya son realidad.