Cinco años después de que el proyecto echase a andar, dos de ellos de obras, y después de 260 millones de euros de inversión, en apenas unos meses estará totalmente operativa la línea de alta tensión que une Almaraz y la localidad sevillana de Guillena, la infraestructura de transporte eléctrico más importante construida hasta la fecha en la región.

Ya está en servicio la mayor parte del tendido que discurre por territorio extremeño, la que incluye el tramo que une la Central Nuclear de Almaraz y la subestación de San Serván y el que va de ahí a Brovales. A finales del mes de junio habrá un acto de inauguración oficial al que previsiblemente asistirá el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria. Luego, en octubre, se pondrá en funcionamiento la que que discurre hasta Guillena.

La finalización de esta línea, de 400 kilovoltios y que atraviesa de norte a sur la región, llega en un momento en el que la demanda eléctrica está bajo mínimos --la del 2013 cayó a niveles del 2005--. Sin embargo, Miguel González, delegado regional de Red Eléctrica de España (REE) en Extremadura y Andalucía, incide en su relevancia, ya que "es una inversión que va más allá de las situaciones coyunturales. Ahora mismo tenemos una crisis, las renovables están paralizadas por el tema de las primas, la alta velocidad también está parada,... pero no hay duda de que en algún momento todo esto empezará a moverse de nuevo. Pues bueno, ya estamos preparados para eso, para el futuro".

Este eje supone también una mejora de la calidad del suministro para muchos extremeños, dotándolo de mayor seguridad. "Es --agrega-- lo que nosotros llamamos una inversión estructural, que viene a mallar la red. Esto significa que a cada punto de suministro eléctrico llegan dos o tres líneas, que es lo que nos garantiza que nunca nos quedemos sin luz". De esta forma, si falla la distribución a través de una de las líneas, siempre se contará, al menos, con otra alternativa, lo que "asegura y mejora" el suministro eléctrico.

Esta mayor solidez del mallado también favorecerá la interconexión --el intercambio de energía-- con Portugal. Actualmente, en la región existe un enlace en la provincia de Badajoz (por Alqueva) y otro en la de Cáceres (Cedillo). Además, a finales de este mismo mes se pondrá en servicio uno más a través de Puebla de Guzmán (Huelva), que también estará conectado con Guillena. "En la práctica el sistema ibérico queda ya absolutamente integrado en cuanto a su estructura", afirma González.

Pero este proyecto surgió, además, con otros dos objetivos fundamentales. Uno de ellos era garantizar la evacuación de la producción de todas las plantas de renovables, presentes o futuras, ubicadas en la comunidad autónoma. "Cualquier posible desarrollo de energía renovable en Extremadura no tendría ningún problema de capacidad de evacuación", indica.

El otro era el apoyo a la alta velocidad, ya que estos trenes necesitan tener suministro eléctrico en elevada cantidad y calidad. De hecho, hay que construir numerosas subestaciones eléctricas en su trazado. En cualquier caso, con la paralización del proyecto original del AVE Madrid-Badajoz y su sustitución por una línea convencional, esta cuestión ha pasado ahora a segundo plano.

Las obras del tendido eléctrico, con una extensión total de 327 kilómetros, comenzaron en julio del 2012, aunque la tramitación administrativa y ambiental de la línea se inició en el 2009. Los 260 millones de euros de inversión incluyen una nueva subestación --la de San Serván-- y la ampliación de las subestaciones ubicadas en Almaraz, Brovales, Mérida y Guillena. También una línea de apoyo a la demanda entre San Serván y Mérida de 220 kilovoltios. "Con esto, el sistema eléctrico de Extremadura tiene una capacidad para el siglo XXI. Ya no tiene por qué haber ningún tipo de problema para el desarrollo de cualquier proyecto, ya sea industrial, de alta velocidad o de energías renovables. Este eje debe permitir que cualquier proyecto se pueda llevar a cabo", apostilla el delegado de REE.