En un vagón de tren, en la parada de autobús, caminando, tomando un café, cualquier excusa es buena para sacar el móvil del bolsillo y echarle un vistazo. Carlos no espera más, desbloquea su smartphone y contesta una a una las conversaciones abiertas en Whatsapp. Cristina, su pareja, lo mira enfadada y saca el suyo, "Mejor me voy a casa", le contesta con un movimiento ágil de los dedos en la pantalla táctil. Carlos la mira y la deja ir. A su alrededor, nadie se ha dado cuenta, todos mantienen la mirada fija en el móvil que cada uno sostiene en las manos.

Esto es frecuente a diario en cualquier espacio público y privado. No importan los motivos. Tampoco si son 10, 15 o 30 los minutos que dura, o si el protagonista cree que es multifuncional. A estas alturas, ¿quién no se ha librado de un acompañante que le presta más atención al móvil que a él? La acción de menospreciar a quien nos acompaña al prestar más atención al móvil y otros aparatos electrónicos que a su persona ya tiene nombre: phubbing , palabra que proviene de fusionar phone (teléfono) y snubbing (en inglés, desairar). El término se acuñó en EEUU en el 2007, año en el que desembarcaron los smartphones y su uso se convirtió en el gran pasatiempo. Los especialistas consideran que el phubbing , además de ser una muestra de mala educación, es una alerta del uso excesivo que se le está dando a los dispositivos móviles en la vida cotidiana. "Une la adicción con la falta de educación, la incapacidad para interactuar con las personas y la apatía y el aburrimiento", apunta Marc Masip, director del instituto psicológico Desconect, donde se ofrecen programas psicoeducativos para hacer frente a la dependencia extrema a las nuevas tecnologías.

Confianza y poco respeto

Ahora bien, ¿soy igual de maleducado si no contesto a un mail o a un mensaje urgente por estar hablando con mi acompañante?, reflexiona Cristian López, doctor en Sociología. "Posiblemente, también", responde. Este experto sostiene que las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) están acabando con la comunicación, pero a la vez destaca que jamás nos habíamos comunicado tanto ni con tanta gente como ahora, precisamente "gracias a esas mismas tecnologías".

"Es un gran avance porque estamos comunicados a todas horas, pero suele resultar muy adictivo" indica Antonio, de 18 años, que confiesa haberle dicho a sus amigos que dejasen el Whatsapp en más de una ocasión. "Si la conversación a través del móvil es muy interesante, ignoro al resto de personas", añade Marta, técnica superior en Producción de Audiovisuales. Para Tatiana, estudiante de Periodismo, "lo correcto es pedir permiso para interrumpir una conversación y contestar a algo importante. Ignorar es una falta de educación horrible y la dependencia a estas tecnologías es exagerada, aunque sin móvil me siento antisocial. La sociedad te obliga a estar en continua conexión con todo el mundo y cuando dejas de estarlo parece que han pasado siglos".

Lo único innegable es que, hoy en día, cada vez hay más usuarios que disponen de nuevas tecnologías. En España, el 75% de la población de más de 15 años tiene móvil. Según el informe Spain Digital Future in Focus , de la consultora comScore , es líder en Europa en uso de smartphones o teléfonos inteligentes, con un 66% de penetración, mientras que la media de Inglaterra, Francia, Italia y Alemania es del 57%.

El Instituto Nacional de Estadística revela que en Extremadura el 94% de la población es usuaria de las TIC, acercándose al promedio de España, que es del 94,2%.