TEtl pasado sábado cuando el fuego aún campeaba sin control por la sierra de Gata, como otros muchos extremeños, coloque en el perfil de mi teléfono un llamativo lazo negro. Era una forma de compartir con mis amigos lo que sentía después de haber visitado la comarca y haberme encontrado con alguno de los muchos alumnos de esa zona que han pasado por mi facultad formándose como maestros. Su desánimo superaba con creces mi desolación cuando llegué a Hoyos.

Hoy, con el fuego ya controlado, he decidido cambiar mi lazo por uno verde esperanza, verde Gata diría yo. Sí, porque la Sierra de Gata no es una sierra negra, sino una hermosa serie de montañas que han perdido en una pequeña parte de su superficie su color, pero que en breve volverán a lucir en todo su esplendor, y digo esto porque la sierra tiene un microclima especial, con unas precipitaciones superiores a la media regional, que harán que crezca la hierba y los helechos y que rebrote el matorral en poco tiempo. Este incendio ha sido una fiebre en una comarca que aprovechará su extraordinaria biodiversidad para renacer de las cenizas podríamos decir ahora mejor que nunca.

Es injusto que al daño ecológico sumemos otro económico más transmitiendo la falsa imagen de que toda la comarca ha sido pasto de las llamas, cuando de sus 126.300 hectáreas apenas se ha quemado el 5%. Y digo que es injusto porque cualquiera que se acerque a la zona podrá disfrutar de los paisajes de siempre en la Gata oriental y en la septentrional, de sus gargantas, de sus árboles notables y monumentales, de su raro jardín del boticario, de su impresionante fauna, ya que afortunadamente las magníficas colonias de grandes rapaces están a salvo. Cierto es que por algunas carreteras y en las cercanías de los pueblos que han sufrido el incendio veremos el efecto del fuego, no me importa demasiado, dicen los especialistas en cambio climático que hasta que no se han visto los efectos del mismo, no ha aparecido una verdadera concienciación. Pues eso mismo lo aplicaría yo a la Sierra de Gata, quizás viendo la fragilidad de sus ecosistemas, nos demos cuentas del extraordinario valor que atesoran.

XURGE QUEx la sierra disponga de una estrategia, que continúen los planes de desarrollo en la comarca, su Parque Cultural, su plan de Dinamización Turística, su declaración de zona catastrófica,... Es preciso que también aprovechemos el caudal de gente que admira esta sierra y que estarán dispuestos a venir a plantar, sembrar bellotas, limpiar, reconstruir cerramientos,... en poco tiempo deberíamos ponernos manos a la obra.

A nuestros responsables políticos, los que han dado ejemplo con su presencia, e incluso los que han considerado que no había motivo para interrumpir sus vacaciones, hemos de decirles que para hacer una estrategia hay que ser estratégicos, no deberíamos cometer errores del pasado permitiendo que los pinares vuelvan a recuperar sus dominios anteriores, en Extremadura no debería haber manchas de especies alóctonas de gran superficie, sino están separadas por zonas de vegetación autóctona, o cultivos de castaños y olivos, en los que resulta más fácil el control de los fuegos. No volvamos a ser tan estúpidos de hacer como el que quería una ración de nieve frita.

A quién nos ha causado tanto dolor, solo me queda decirle que es tan despreciable que no merece ni una sola de las lágrimas que yo he visto en las caras de las gentes, que ojalá la justicia castigue su cobardía.

Mientras, a todos los que hemos compartido imágenes de Gata estos días, os animo a que lo sigamos haciendo, inundemos las listas de distribución, los correos, los wasap, pero de imágenes hermosas de la sierra de Gata: rincones, flores, pueblos, bosques, fauna, gea, paisaje, y sobre todo de caras sonrientes, como la de las gentes de esta comarca que sienten que nunca les han regalado nada, que es el momento de luchar por su futuro y que con una sonrisa se hace más liviana la tarea.