Seis de cada diez coches que circulan por las carreteras y calles de la región son diésel. De acuerdo a las estadísticas de la Dirección General de Tráfico, Extremadura acabó el 2014 con un parque total de 544.636 turismos, de los que 340.563 (un 62%) utilizaban el gasoil como combustible. En lo que va de año, casi el 70% de los turismos matriculados incorporaban motores de este tipo.

La conmoción causada al conocerse que Volkswagen trucó varios millones de automóviles diésel con un software diseñado para que pareciesen menos contaminantes durante las pruebas de homologación ha puesto de actualidad también el papel que juega este tipo de motores en la emisión de contaminantes a la atmósfera.

En comparación con los motores de gasolina, los de gasóleo consumen menos combustible y emiten una cantidad inferior de dióxido de carbono e hidrocarburos. Por contra, expulsan niveles muy superiores de óxidos de nitrógeno y, en menor medida --gracias a las mejoras tecnológicas introducidas--, partículas.

Xavier Querol, profesor de investigación del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, perteneciente al CSIC, resalta que, antes de que saltase el escándalo de Volkswagen, ya era "archiconocido" que los test realizados para medir las emisiones de los vehículos diésel no simulaban de forma realista las condiciones de tráfico normal. La novedad ha sido, agrega, conocer que además esta marca alemana estaba cometiendo un fraude.

España ha vivido en las últimas décadas una progresiva dieselización de su parque automovilístico, que llevó a que en el año 2004 la proporción de turismos diésel fuese ya del 41,5%. Diez años después, rozaba el 56%. Y fue a esta progresión a lo que en un primer momento se atribuyó el hecho de que los niveles de óxidos de nitrógeno en la atmósfera no disminuyesen, a pesar de las mejoras tecnológicas introducidas y del endurecimiento de las sucesivas normativas.

"Alrededor del 2007" empezaron a hacerse diferentes estudios, resalta Querol, entre ellos uno coordinado desde la universidad de Graz (Austria), que examinó 6.000 vehículos diésel de toda Europa. "Al poner condiciones de circulación urbana, vieron que un coche del 2009, que era un Euro 5 --normativa de contaminación vigente en aquel momento-- emitía cuatro veces más que lo que certificaba el test. No sabíamos que había un fraude, pero sí que el test se hacía en unas condiciones de sofá , que decimos nosotros".

¿Qué tipo de problemas causan estos contaminantes? A diferencia del dióxido de carbono, que tiene un impacto global, contribuyendo al calentamiento del planeta y al cambio climático, los óxidos de nitrógeno afectan a quienes residen en las ciudades en las que se emiten, siendo el dióxido de nitrógeno unas cuatro veces más tóxico que el monóxido.

"Lo que dice la OMS Organización Mundial de la Salud es que por encima de 40 microgramos por metro cúbico de media anual de dióxido de nitrógeno existen unas evidencias claras del incremento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares", aclara este experto del CSIC. Esto, a su vez, hace aumentar la cifra de muertes prematuras.

En este sentido, según un estudio presentado por Ecologistas en Acción a mediados de este año, el 95% de la población española respira aire con niveles de contaminación que sobrepasan las recomendaciones de la OMS, lo que produce unas 27.000 muertes prematuras cada año, dieciséis veces más que los accidentes de tráfico. Y en las ciudades sin actividad industrial, el principal responsable de ello es el tráfico rodado, con un 70% del total de las emisiones.

SITUACION EN EXTREMADURA Querol indica que se trata de un problema especialmente preocupante en Madrid Barcelona, Valencia, Murcia y Granada, ciudades españolas en las que se está superando el valor límite de calidad del aire a causa fundamentalmente del tráfico. En el caso extremeño, precisa, en ninguna de las cinco ciudades extremeñas con estaciones de medición (Cáceres, Badajoz, Plasencia, Zafra y Mérida --hay una sexta unidad en Monfragüe--) se sobrepasan los límites establecidos. No obstante, puntualiza, en cualquiera de estas localidades "siempre habrá gente" que se vea más afectada por esta contaminación al vivir o trabajar en zonas expuestas al tráfico rodado.

A juicio de este experto del CSIC, "el problema al que asistimos" es consecuencia de la "sobreprotección" que ha tenido la tecnología diésel, que se ha beneficiado de unos test laxos y de menos impuestos para este combustible "--artificialmente reducidos, no es que sea más barato fabricarlo", recuerda--. Con todo, incide, no se trata de "demonizar" ahora a los motores de gasóleo, que "han dado mucho trabajo y mucho dinero a la sociedad europea. Lo que tenemos que hacer es que se les ponga una tecnología que reduzca las emisiones".

Eso, incide, y potenciar el transporte público. "La mejor solución para mejorar la calidad del aire es quitar coches de las calles a través del transporte público, que este sea rápido, económico, ecológico y confortable. Si ofrecemos eso en las ciudades disminuiremos la contaminación", apostilla.