La recaudación del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales Onerosas (TPO) aumentó en el 2015 un 12,3% respecto a la del ejercicio anterior, de acuerdo a los datos, aún provisionales, facilitados por la Consejería de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Extremadura. De esta forma, los ingresos autonómicos por este concepto pasaron de 52,6 millones a 59,1 y contabilizan el segundo aumento anual consecutivo, después de haber caído en picado desde el inicio de la crisis económica.

Este impuesto grava las transmisiones patrimoniales retribuidas de toda clase de bienes y derechos. Sin embargo, el grueso de lo recaudado está vinculado a las viviendas de segunda mano. "Aunque incluye también bienes muebles, como los automóviles, tienen importes y tipos más bajos, con lo que lo fundamental es la vivienda", detalla Luis del Amo, secretario técnico del Reaf-Regaf del Colegio General de Economistas, que añade que su recaudación en los últimos años "ha estado vinculadísima a la evolución de la crisis". Aunque aún se está muy lejos de los niveles previos a ella --en el 2007, la recaudación neta fue de 104 millones de euros-- el incremento en los ingresos contabilizado parece responder ahora a la reactivación del mercado inmobiliario de la vivienda de segunda mano. De acuerdo a los datos del Ministerio de Fomento, a lo largo de los nueve primeros meses del año se efectuaron en la región 3.808 transacciones de viviendas usadas, un 5,6% y un 39,5% más que en los mismos periodos del 2014 y 2013, respectivamente.

Además, la última modificación normativa de este tributo entró en vigor en Extremadura el 1 de enero del 2014, por lo que no ha habido subida de tipos que infle la recaudación. Si la comparación se establece respecto a las cifras del 2013, entonces la subida alcanza el 20%.

El ITPO forma parte, junto al que grava los Actos Jurídicos Documentados (AJD), del tributo más importante que tienen transferido las autonomías. Y también el AJD está estrechamente ligado al ladrillo, ya que se aplica en la constitución de hipotecas, la declaración de obra nueva o en la constitución de edificios en régimen de propiedad horizontal, entre otras operaciones.

En este caso, los registros de la Junta revelan una caída del 5,1% entre el 2014 y el 2015, de 22,8 a 21,7 millones de euros, un importe que supone tocar fondo en la serie de datos que arranca en el 2007. Ese ejercicio, las arcas autonómicas ingresaron cuatro veces más gracias a este gravamen: 92,4 millones de euros.

Esta caída choca, en cualquier caso, con la evolución registrada por uno de los hechos imponibles que grava: la constitución de hipotecas sobre viviendas. Entre enero y octubre pasados, en Extremadura se formalizaron 3.531, un 12,7% más que en el mismo periodo del 2014, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El importe total de estas operaciones sumó 249,5 millones de euros, por los 217,8 que habían totalizado en el ejercicio anterior (+14,5%).

EL IBI NO TOCA TECHO En el caso de los tributos de índole municipal relacionados con el sector inmobiliario, aquí es el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) el que supone la parte más golosa del pastel. Sin embargo, este gravamen difícilmente puede emplearse como indicador de la recuperación de la crisis porque directamente no ha pasado por ella. Según los últimos datos de liquidación presupuestaria de las entidades locales, publicados por el Ministerio de Hacienda, en el 2014 las entidades locales extremeñas recaudaron por este impuesto 190,8 millones de euros, más del doble que en el 2007, en plena burbuja inmobiliaria, cuando fueron 92,4 millones de euros. Este tributo supone prácticamente un 70% de los ingresos que tienen los ayuntamientos de la comunidad autónoma en concepto de impuestos.

Tomando como referencia el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), en el 2014 este seguía sin dar síntomas de mejoría, con solo 8,3 millones de euros, menos que en el 2013 (8,9 millones) y apenas algo más de una tercera parte de los 28,3 millones que se embolsaron los consistorios durante el 2007.

Por contra, sí se aprecian signos de recuperación en el Impuesto sobre Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (la plusvalía). En el 2014 la recaudación en Extremadura por este gravamen fue de 8,2 millones de euros, cerca ya del nivel del 2007 (8,6 millones) y muy por encima del 2011, cuando tocó fondo con 5,2 millones de euros.