"La falta de varón no es un problema médico", sentenció la popular Ana Pastor en 2013 cuando era ministra de Sanidad. La frase fue el resumen de la orden que publicó en el BOE para modificar la ley de reproducción asistida y dejar así fuera de la misma a mujeres solteras y lesbianas. La clave está en uno de los apartados del quinto punto, que reza: "Los tratamientos de reproducción humana asistida se realizarán con fin terapeútico o preventivo y en determinadas situaciones especiales: cuando exista un trastorno documentado de la capacidad reproductiva o cuando haya ausencia de embarazo tras un mínimo de 12 meses de relaciones sexuales con coito vaginal sin empleo de métodos anticonceptivos". El decreto eliminaba un derecho que había impulsado el Gobierno de Rodríguez Zapatero entre 2006 y 2007.

Algunas comunidades autónomas se rebelaron ante esta modificación y decidieron que su sistema sanitario seguiría abriéndoles las puertas a parejas de mujeres del mismo sexo. Entre ellas, Extremadura, con Monago como presidente.

Desde entonces, el SES incluye esta cobertura en su cartera de servicios, pero la polémica surge cuando la opción de las mujeres lesbianas es que una de ellas done uno de sus óvulos a la otra para que una sea la madre biológica y la otra la gestante.

METIDO ROPA Este procedimiento, conocido como 'método ropa', es el triple de costoso (en la privada ronda entre 5.000 y 6.000 euros por cada intento) y según asegura la jefa de servicio del instituto de reproducción asistida extremeño, María Macedo, la sanidad pública cubre este servicio independientemente de que haya alguna patología o no. "De hecho, hemos tenido dos casos recientemente", asegura. No obstante, el matrimonio formado por María José y Lucía afirma que a ellas les dijeron todo lo contratio.

Desde la Fundación Triángulo manifiestan que la ley no está clara, que existen muchas dudas y que todo depende de quién y cómo se interprete.