La primera normativa regional que regula la recolección de especies micológicas es de obligado cumplimiento para la práctica en los montes de utilidad pública, sin embargo, también fija una serie de obligaciones y recomendaciones a tener en cuenta en los espacios forestales privados.

La administración, por su parte, no descarta una regulación puntual para los montes particulares, "pero eso sería un paso más adelante", explica José Luis del Pozo, jefe del Servicio de Gestión Forestal. "Lo que sí hemos hecho ahora es establecer algunas normas en las zonas privadas para evitar una mala gestión".

En concreto fija nueve obligaciones y otras tantas recomendaciones. En la primera lista se habla de no recolectar por la noche, ni usar rastrillos, azadas u otros elementos de similar eficacia destructiva para el micelio (en el caso de setas), restituir el terreno tras la búsqueda de determinados hongos, no remover el suelo y recoger todos los residuos que se generen de la recolección.

Asimismo, el texto obliga a respetar los plazos y características de los trabajos silvícolas de gestión, no recolectar setas en las manchas de objeto de una montería y respetar los cerramientos --ganaderos, cinegéticos o de gestión-- durante el tránsito por los montes. En el caso de las especies comestibles se añade también la obligatoriedad de no recolectar "en zonas contaminadas, en proximidades de vertederos, áreas industriales, bordes de carretera o vías férreas".

En cuanto a las recomendaciones, la norma establece no recolectar ejemplares muy maduros, "por su valor para expandir la especie", almacenar las setas en recipientes que permitan su aireación y la caída de esporas, dejar siempre sobre el terreno suficientes ejemplares para mantener su capacidad reproductora "con independencia de la posible abundancia" y se desaconsejan las bolsas de plástico, mochilas o similares.

Además, se recomienda limpiar las setas en el mismo sitio donde han sido recolectadas --"para facilitar la liberación de sus esporas y que se pueda completar parcialmente su ciclo biológico natural"-- y cortar la seta por su pie con una navaja para no arrastrar ni dañar el micelio. En el caso de las especies comestibles, es mejor no recolectarlas después de lluvias intensas "para evitar confusiones" y acudir a un experto en casos de identificación dudosa.