El sindicato UGT considera que en Extremadura no se aprecia aún una «reactivación» de la construcción inmobiliaria, tal y como acontece en otras comunidades, a la vista de la ausencia de proyectos y de generación de empleo. Según los últimos estudios, el sector inmobiliario ha entrado en una fase de clara recuperación en España, que se espera continúe en los próximos meses.

Sin embargo, para el responsable de MCA-UGT, Miguel Talavera, Extremadura «no se ha apuntado aún al repunte del ladrillo», pues la edificación «brilla por su ausencia» tanto desde el punto de vista privado como público.

En palabras a Efe, Miguel Talavera ha expresado que Badajoz o Cáceres, entre otras ciudades extremeñas, precisan en la actualidad de obra nueva, pero a diferencia del resto de comunidades, estas promociones no llegan.

El representante sindical ha indicado que el «stockage» de vivienda prácticamente se ha agotado en Extremadura, porque los bancos han vendido la mayoría de las promociones de las que disponían.

Talavera ha puesto como ejemplo Cáceres, hoy «necesitada» de vivienda nueva, una situación que también acontece en Badajoz, en un momento en el que además la financiación bancaria es menos exigente.

El responsable regional de MCA-UGT cree que es una buena oportunidad para la vivienda pública, y espera que la Junta pueda incentivar iniciativas conducentes a la construcción residencial.

La ausencia de promociones de vivienda no solo afecta a la población que las demanda, sino también al empleo de un sector «clave» en Extremadura.

En la actualidad, la región dispone de unos 12.500 trabajadores en activo en el sector, la misma cifra que hace tres años, momento en el que la caída del empleo generada por la crisis llegó a su suelo.

Para Miguel Talavera, en Extremadura no se construyen hoy promociones residenciales, ni oficinas ni proyectos industriales, ni se rehabilita, ni se levantan infraestructuras públicas, con lo que el sector queda reducido a la compraventa de segunda vivienda, lo que «no genera empleo».

Según explica Talavera, las voces de los empresarios del sector «no difieren» en relación a estos argumentos sindicales, pues las compañías también reclaman un cambio de rumbo en el que se incentive tanto las infraestructuras como la vivienda pública.