La Unión Extremadura, Asociación de Ganaderos de la Vera y la entidad Ganaderos 2008 pedirán mañana, mediante la manifestación que se celebrará con motivo de la Feria Agroganadera de Trujillo, modificar el protocolo sanitario animal para combatir la tuberculosis bovina.

Esta protesta, cuyo inicio está previsto para las 13.00 horas, coincide en el lugar elegido pero no en la hora con la convocada por Asaja Extremadura por este mismo motivo, a la que se ha sumado UPA-UCE, pero que se iniciará a las once y media de la mañana.

Según ha explicado hoy el responsable de los servicios técnicos de La Unión, Luis Cortés, se han puesto en contacto con Asaja para intentar hacer una sola manifestación "porque es estúpido hacer dos protestas por el mismo asunto", pero el presidente de esta organización, Ángel García, "no quiere que nos juntemos".

En cuanto al objetivo de la protesta, ha dicho que hay cambiar el protocolo, ya que llevan 30 años con el problema, en el que se han matado 300.000 vacas y cuando hay más positivos es porque "algo no funciona".

Asimismo, exigirán que se permita el libre movimiento de terneros, matar a jabalíes y ciervos que portan una media del 80 por ciento de la enfermedad y no inmovilizar los animales sanos de una explotación cuando sale uno positivo.

Además, reclamarán que se paguen los animales sacrificados al precio que fija el mercado y no "a menos de la mitad del precio de compra", y que dejen de matar cabras, ya que la mayoría están sanas, una acción que solo se hace en Extremadura y "arruina" determinadas comarcas.

"Estas son las seis medidas que vamos a proponer al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y si no se tienen en cuenta, en diciembre o enero volveremos a manifestarnos en Mérida", ha agregado.

El representante de La Unión ha afirmado que, según el matadero de Almaraz, el 90 por ciento de los animales que son sacrificados son falsos positivos en tuberculosis bovina.

A su juicio, a esto se le suma que existe un "reservorio" de enfermedad en jabalíes y ciervos, que son los que infectan a las vacas y cabras y sobre los que no se actúa.

En este sentido, ha explicado que no quieren acabar con los cotos de caza, sino que se sanee, ya que considera que es una discriminación que "no se puede permitir".

Finalmente, para Cortés, todo ello provoca pérdidas de entre 600 y 800 euros por persona, por lo que se "pone al sector contra la pared", y piensa que es necesario que se lleven a cabo contra análisis.