Carlos Terrón (Badajoz, 1997) pertenece a la generación Youtube. Prácticamente nació con la red interiorizada en su imaginario. El joven pacense siempre se sintió atraído por las posibilidades que ofrecía la página. «Me llamaba la atención subir vídeos», concluye. Como todos los usuarios también destaca que los primeros años la plataforma era más atractiva. En un principio dedicó sus esfuerzos a valorar todo lo que veía en clave de humor para subirlo a su canal Cepa. Pero junto a Youtube compartía otra inquietud: la producción musical. Por ello, a sus veinte años decide aunar sus dos pasiones y genera contenido solo destinado a la música. Entre sus objetivos a corto plazo destaca darle imagen a su música y grabar videoclips de los temas que compone y que luego comparte al público. Apunta que ganar dinero es complejo. «Tienes que tener muchas visitas». Con respecto a las últimas polémicas que han saltado, añade que el propósito es «hacer dinero fácil» y apostilla que «lo bueno y lo malo de Youtube es que no hay límites». En cualquier caso y con sus 14.000 suscriptores a sus espaldas, Terrón confiesa que prefiere tener un «público fiel y menos numeroso».