Cuando los bancos vendan los inmuebles que se han quedado y ya no tengan viviendas propias, empezarán a financiar con soltura nuevas promociones privadas. Entonces sí empezará a notarse con claridad que sube el precio de los pisos nuevos, porque lo cierto es que existe demanda. Si el sector se revaloriza de nuevo, quien tiene dinero prefiere invertir en vivienda porque le saca más rentabilidad», expresa Pedro Pérez, portavoz de la Fundación Laboral de la Construcción, con sede en Mérida. Aporta este argumento tras el análisis de los últimos datos que recoge el Ministerio de Fomento, en los que se aprecia que el precio medio del metro cuadrado en Extremadura se sitúa ya en cifras similares a las de 2005, cuando empezó a inflarse la burbuja. De este modo, durante el primer trimestre de 2017, la cifra ha sido de 864,6 euros el metro cuadrado (en Badajoz, 877,1 €; en Cáceres, 840,4 €).

Esto significa un valor de un 16% menos que cuando se alcanzó el punto máximo en la comunidad, que fue a principios de 2008 con un coste medio de 1.027 euros. Pero el dato actual también supone que este año los pisos libres valen un 15% más que en 2004 (justo antes de que comenzara el gran negocio inmobiliario en la comunidad), cuando la cifra registrada se situó en 627,2 euros el metro cuadrado.

ECONOMÍA CÍCLICA / Si bien en el primer trimestre de 2017 se ha registrado un ligero descenso del precio de los inmuebles con respecto a 2016, los expertos prevén que el coste seguirá una trayectoria al alza «porque la economía es cíclica». «Tendemos a lo mismo. Y aquí lo que funciona de verdad es el mercado de la compra-venta, no hay una cultura de apostar por el alquiler», subraya Pérez.

Los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) publicados a principios de año apoyan esta teoría. La compra de viviendas en Extremadura subió en 2016 un 18,6% tras siete años de caída. Esta realidad convertía a la región en la tercera del país con mejor resultado, por detrás de Baleares y Cataluña.

Y tras el dato, dos puntos claves a tener en cuenta: por un lado, el mercado de la segunda mano, en el que juegan un papel fundamental las entidades bancarias, «porque los bancos venden pisos a estrenar, pero como son de promotoras que no pudieron asumir los costes, se considera que ya no es vivienda nueva», aclara Pérez; y por otro lado, aunque en menor medida, los inversores que vuelven al sector adquiriendo pisos para el alquiler, sobre todo para la población estudiantil.

COMPARATIVA NACIONAL / Si comparamos los precios actuales con el resto del país, Extremadura sigue siendo la comunidad con la vivienda libre más barata, seguida de cerca por Castilla-La Mancha (878,9 euros) y después por Murcia (973,7 euros) y Castilla y León (1.052,2 euros).

Encabezan el ranking, según los valores recogidos por Fomento del primer trimestre de 2017, País Vasco (2.396,8 euros el metro cuadrado, casi el triple que en Extremadura), Comunidad de Madrid (2.234,5 euros), Islas Baleares (2.064,5 euros) y Cataluña (1.829,1 euros).

«Nosotros no vamos vivir lo que experimentan grandes ciudades como Madrid o Barcelona -subraya Pérez-, pero los precios van a subir igualmente porque existe demanda». Y no solo de inversores, sino también de familias con un poder adquisitivo medio-alto que buscan nuevas urbanizaciones.

De hecho, en Badajoz y en Cáceres ya han comenzado a venderse promociones calificadas como viables y con financiación bancaria. Y el sector de la construcción espera recibir más balones de oxígeno a partir de 2018.