La obra pública sigue desplomada en Extremadura. Los últimos datos del Ministerio de Fomento indican que las diferentes administraciones apenas licitaron en la región 68,2 millones de euros entre enero y junio, una cifra ínfima que no permite que el sector de la construcción termine de arrancar. El dato es aún peor que el registrado en el primer semestre del 2016, que ya fue nefasto para la obra pública con un gobierno en funciones en Madrid y el retraso en la aprobación de los presupuestos de la Junta.

«En Extremadura el peso de la obra pública es bastante significativo y estos datos no permiten que la reactivación que ya se está apreciando desde el ámbito privado consolide la recuperación del sector», lamenta el secretario general de la Confederación Regional de Empresarios de Extremadura (Creex), Javier Peinado. Desde la patronal extremeña, no obstante, sí reconocen que en esta ocasión el Ejecutivo autonómico está haciendo «un esfuerzo importante» para no concentrar todos los expedientes a final de año. En ese sentido, Peinado menciona la ronda sureste de Cáceres (31,5 millones) o las numerosas pequeñas obras que se han sacado para la puesta a punto de los colegios, pero sigue siendo insuficiente para que los datos mejoren y el sector remonte.

La última estadística facilitada por el Ministerio de Fomento (hace referencia a la licitación publicada en los boletines oficiales) cifra en 68,2 millones de euros la obra pública licitada en Extremadura entre enero y junio de este año. De esta cantidad, 3,4 millones han sido contratados por el Estado y 64,8 por entes territoriales, entendiéndose como tal la Junta, diputaciones, ayuntamientos, organismos autónomos y la universidad.

La caída con respecto al primer semestre del año pasado es del 2% (entonces se licitaron 70,2 millones) y llama la atención porque ya el 2016 fue el peor de los últimos cinco para la obra pública en la región. La licitación en todo el ejercicio apenas alcanzó los 129,2 millones frente a los 233,7 de 2015 o los 459,7 de 2014. Para encontrar una cifra más baja hay que remontarse al 2012 (86,9 millones), uno de los años más virulentos de la crisis. La ausencia de un gobierno en firme en Madrid o el retraso en la aprobación de los presupuestos regionales son algunas de las causas a las que el sector atribuyó el desplome de 2016, que ahora parece que en 2017 vuelve a repetirse.

BUROCRACIA / Desde la Creex, Peinado explica que estos datos contrastan con la mejora que despunta desde el ámbito privado, pues en ciudades como Badajoz, Cáceres o Plasencia vuelve a haber edificios en construcción porque hay demanda de nuevas viviendas y también se están reformando más locales comerciales. Y apunta a varios factores como causa. En cuanto a la obra pública estatal, detalla que por ejemplo el impulso a las obras del AVE se esté reflejando «solo en oficina y no a pie de obra» por el bloqueo de los trámites burocráticos, algo que atribuye al «excesivo celo de los altos funcionarios» tras los numerosos casos de corrupción asociados a la contratación.

«Hay un miedo escénico a los expedientes, ahora parece que en toda adjudicación hay algo manchado. Es un exceso de celo que hace años no ocurría y que hace que los procesos se ralenticen», lamenta Peinado, que asegura que por ejemplo en el ayuntamiento de Badajoz se tarda más en conseguir una liciencia de obra ahora que en pleno boom inmobiliario. «La obra pública es muy sensible a todos estos hechos, que tienen una incidencia directa en el empleo», reitera.

Por lo que se refiere a la Junta, valora el esfuerzo que está haciendo el Ejecutivo regional para no licitar todo a final de año como solía hacerse antes, pero la escasa cuantía de los contratos no está permitiendo que esto tenga una incidencia en el empleo, por lo que una vez más insiste en la necesidad de ejecutar las inversiones del presupuesto (apenas están al 8%, tal y como informó ayer este diario). «Los presupuestos quedan bonitos sobre el papel, pero hay que ejecutarlos. Si una vez que se consignan los recursos no se ejecutan, no cabe duda de que estamos ante un problema que va directamente a la economía y la creación de empleo», concluye.