Los productores y elaboradores del cava extremeño desenfundan durante estos últimos días de noviembre las armas que ya le llevaron a la guerra el pasado año. Una guerra que ya ganaron pero que, por entonces, ya alguien aventuró que tendría una nueva batalla. Alentado por un informe elaborado por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cava, el Ministerio de Agricultura ha planteado limitar la autorización de nuevas hectáreas de viñedo con destino a la producción de cava. En Extremadura y en cualquier parte de España. Y no sólo para 2018, sino para tres años. Hasta 2020. Una restricción que estrangula el crecimiento de una de las industrias extremeñas en una fase de gran apogeo.

El meteórico crecimiento del cava extremeño es una realidad. Irrumpió en la década de los 80 produciendo 6.000 botellas al año. Ya en 2004, la producción rondaba las 80.000 botellas. Y 10 años después, se rozaban los tres millones. El año pasado, en 2016, el crecimiento llegó a las cinco millones de botellas. Y, en unos cálculos optimistas, expertos del sector aseguran que en este 2017 se esperan producir desde Extremadura seis millones de botellas de cava. Teniendo en cuenta una media de venta de cuatro euros por unidad, las cifras en volumen de negocio alcanzarían los 24 millones de euros, muy por encima del millón y medio de euros de hace una década.

El cava extremeño crece de manera fulgurante, pero lo más importante es que aún tiene mucho margen para que la espuma siga subiendo. Siempre y cuando desde Cataluña no se le ponga el tapón a la botella. Y es que es el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cava es el que ha encargado un estudio a las universidades de La Rioja y Rovira i Virgili (Tarragona) para argumentar la necesidad de esta limitación que ha trasladado al Ministerio de Agricultura. Basan su propuesta en la necesidad de proteger la Denominación de Origen para que no se devalúe el producto. El pasado año, la secretaria general del Consejo Regulador, Eugenia Puig, ya había declarado en El Economista que «con las ventas que tenemos, no hace falta más producción en ningún caso. Si produjeramos más, devaluaríamos el producto». Agricultura tumbó esta teoría el pasado año otorgando la razón a quienes defendían más plantaciones de viñedo para cava. Y desde el Ministerio dieron luz verde para ello. Entonces, ¿por qué ahora no?

Son varios los productores y elaboradores de cava extremeño quienes piensan que el Consejo Regulador está influenciado por el ‘Imperio’ del cava catalán y que esta decisión no se sustenta en argumentos técnicos, sino más bien dentro de un enfoque de protección de sus cavas.

Los cavistas extremeños no se han quedado de brazos cruzados. Nada más conocer las intenciones de Agricultura, se sentaron delante de una mesa elaboradores de cava, productores, Asevex, Asaja, Viñaoliva, UPA-UCE y la Junta de Extremadura para trabajar en un contrainforme que trata de desmontar, técnicamente, todos los argumentos que se plantean desde el Consejo Regulador. «Hemos analizado el periodo desde 2000 al 2012 y las variaciones de la superficie no son tan destacadas. Almendralejo supone el 3,7% de la superficie total del Cava DO, mientras que Catalunya pasa del 88%. Si hay que limitar al cava, háganlo en lugares de grandes porcentajes, no dónde apenas hay cava», señala David Díaz, de Bodegas López Morenas, el mayor elaborador de cava extremeño. Y va más allá: «es paradójico que el estudio se fija en Almendralejo en determinadas cuestiones y pasa desapercibido para Valencia, donde todavía el cava ha crecido más en los últimos años». Y es que los cavistas extremeños empiezan a sospechar que la limitación del cava se ha generalizado a todos, pero es Extremadura el gran caballo de batalla.

Santiago Prieto, de la Comunidad de Labradores, resalta que «limitarlo tres años es una barbaridad. A eso hay que sumarle los tres años más que tarda en producir. Se llevan por delante todo el crecimiento».

El Ministerio de Agricultura tiene que tomar antes del 15 de diciembre su veredicto final: limitar las plantaciones o levantar el veto. En Extremadura hay más de 600 nuevas hectáreas esperando para dar uva de cava. Actualmente, hay 1.400 hectáreas en la región de las 35.000 en toda España.

El cava extremeño vuelve a estar amenazado, pero la sociedad está tomando nota del problema. La patronal extremeña, Coeba, Ceal, Asevez, el Foro Sectorial Agrario, las organizaciones agrarias, los partidos políticos y más entidades ya han mostrado su apoyo. Incluso en la red, el Club de los Viernes lleva casi 15.000 firmas recogidas en el portal charge.org para protestar contra esta limitación. El cava extremeño se rearma para afrontar una nueva batalla.