Un total de 45 municipios extremeños han solicitado al Ministerio de Hacienda la revisión de sus valores catastrales en 2018, una revisión que se tornará en subida para 30 de ellos y en bajadas para otros 15, en función del año en que pidieran la última actualización. Badajoz, Montijo, Villanueva de la Serena, Cañamero, Guijo de Coria, Losar de la Vera o Madroñera están en el primer grupo; Llerena, Oliva de la Frontera, Zalamea de la Serena, Castañar de Ibor o Sierra de Fuentes, en el segundo. La actualización no afecta al gravamen del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), sino al valor que el Catastro otorga a las viviendas, por lo que el efecto final en el recibo dependerá de si los ayuntamientos deciden o no bajar el tipo.

La revisión la piden los propios municipios antes del 31 de mayo del año anterior y deben cumplir una serie de requisitos para que el Ministerio de Hacienda acepte el trámite. Entre ellos que hayan pasado cinco años desde la última actualización o que se pongan de manifiesto «diferencias sustanciales» entre los valores de mercado y los que sirven de base al registro del Catastro. Este año han sido 36 localidades de la provincia de Cáceres y nueve de Badajoz, 45 en total, las que se han acogido, en algunos casos después de 30 años sin hacerlo.

El objetivo es aproximar el valor catastral al valor de mercado de los inmuebles. De esta forma, si la última revisión se llevó a cabo antes del año 2003 los valores subirán, pero si se produjo después de ese año se reducen porque hay que tener en cuenta los efectos de la burbuja inmobiliaria en el precio de la vivienda.

Los coeficientes de actualización a aplicar se recogen en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), pero ante la prórroga de este año fueron aprobados a finales de diciembre en Consejo de Ministros por decreto y publicados posteriormente en el Boletín Oficial del Estado (BOE). En ese decreto ley, el Gobierno explica que la actualización del catastro «resulta necesaria dado que contribuye a reforzar la financiación municipal, la consolidación fiscal y la estabilidad presupuestaria» de las entidades locales.

SUBIDAS / Para los municipios cuya última actualización de valores catastrales es anterior a 1.991, el coeficiente a aplicar será 1,08. Esto significa que un inmueble valorado en 1990 o antes en 100.000 euros pasará ahora a constar en el Catastro con un valor de 108.000 euros, lo que implica una subida del 8% en el recibo del IBI.

Es el caso de casi todos los municipios de la provincia de Cáceres que han pedido la actualización, que en muchos casos llevaban dos y tres décadas sin actualizar sus valores: Aceituna, Berrocalejo, Cabezabellosa, Cachorrilla, Casillas de Coria, Conquista de la Sierra, Escurial, Guijo de Coria, Huélaga, La Garganta, La Granja, Marchagaz, Membrío, Morcillo, Palomero, Pedroso de Acim, Pescueza, Piornal, Plasenzuela, Portaje, Torreorgaz, y Villamesías.

Si la última actualización se realizó en 1994 el coeficiente a aplicar será 1,07 (subida del 7%), y si se hizo en 1995 será 1,06 (+6%), como es el caso de Montijo y Losar de la Vera. Si data de 1996, el coeficiente será 1,05 y el incremento del 5%, situación en la que se encuentra Badajoz. Para los municipios que revisaran sus valores entre 1997 y el 2.000, que son Villanueva de la Serena, Cañamero, El Torno y Villanueva de la Vera, se aplicará un coeficiente de 1,04 (subida del 4%) y para aquellos que la hicieran entre el 2001 y el 2003 será del 1,03 (+3%), como es el caso de Madroñera. En total, son 30 municipios, 27 de la provincia de Cáceres y tres de Badajoz, en los que la actualización del Catastro puede tornarse en una subida del recibo del IBI.

BAJADAS / Las bajadas por su parte, oscilan entre el 4% y el 9% y se aplicarán a aquellos municipios cuya última actualización se haya realizado después del 2003. Son nueve localidades de Cáceres y seis de Badajoz. Para las revisiones ralizadas entre los años 2005 y 2010 el coeficiente a aplicar será del 0,96, lo que implica que un inmueble valorado en esos años en 100.000 euros pasará a estarlo ahora en 96.000. La bajada es del 4% y afectará a Burguillos del Cerro, Higuera la Real, La Parra, Llerena, Oliva de la Frontera y Zalamea de la Serena en la provincia de Badajoz y Albalá, Castañar de Ibor, Pasarón de la Vera, Peraleda de la Mata y Robledollano en la provincia de Cáceres.

Por su parte, si la última revisión se realizó en el 2011, el coeficiente será del 0,95 y la bajada del 5%, como es el caso de Sierra de Fuentes; y por último, si la última actualización data del año 2012, el coeficiente será 0,91 y la bajada del 9%, lo que ocurrirá en Mohedas de Granadilla, Zarza de Granadilla y Villa del Rey.

La actualización de los valores catastrales tiene repercusión directa e inmediata en el IBI y las plusvalías municiapales, pero si el recibo sube o baja no es porque lo haga el gravamen del impuesto, sino el valor en el que el Catastro tasa la vivienda. Por ello, a través de una modificación de los tipos del tributo los consistorios tienen la opción de mitigar la subida, en el caso de que la actualización vaya al alza, o neutralizar la reducción si la revisión que se aplica sobre los valores catastrales es a la baja. Para ello tendrán que modificar previamente sus ordenanzas fiscales.