Aunque no resulte obligatorio, si puede ser conveniente para la empresa nombrar un delegado de protección de datos. Las razones: la protección de la privacidad de los clientes como un valor añadido de la empresa; evitar las cuantiosas sanciones que pueden recaer por incumplir el reglamento; o que la probabilidad de recibir reclamaciones judiciales y solicitudes de ejercicio de los derechos de los interesados irá en aumento.