Con tres premios en cuatro años por la repercusión internacional de sus investigaciones en cardiología intervencionista, el doctor José Ramón López Mínguez, jefe de la sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del Hospital Infanta Cristina, ha convertido a este servicio en un referente a nivel nacional. Unos días después de darse a conocer el último galardón otorgado por la Sociedad Española de Cardiología al equipo que dirige, asegura que el único secreto para estos éxitos radica en el «trabajo», la inquietud personal y del equipo que le rodea.

<b>--No para usted de recibir premios por sus investigaciones en hemodinámica. ¿Cuál es el secreto?

</b>--Trabajo, solo trabajo. Lo importante no es el premio en sí, sino que desde el 2014 nos han dado tres premios. Teniendo en cuenta que el nivel de la hemodinámica y la cardiología intervencionista en España es muy bueno, es un orgullo que en los últimos cuatro años hayamos sido seleccionados entre los tres mejores estudios publicados en revistas internacionales en este campo.

<b>--¿Cuáles son las claves de la investigación por la que acaban de premiarle?</b>

--Es una de las líneas de investigación en las que trabajamos sobre el cierre de la orejuela izquierda, un apéndice que sale de la aurícula izquierda del corazón. Los pacientes que pierden el ritmo cardíaco normal y entran en fibrilación auricular, una arritmia muy frecuente en la edad adulta, tienen un riesgo hasta cinco veces superior de sufrir trombos o ictus. Para evitar ese riesgo se les prescribe anticoagulantes, pero hay pacientes que no pueden tomarlo por sus circunstancias médicas, y lo que hacemos nosotros con estos pacientes es cerrar ese apéndice. Fuimos de los primeros en Europa en hacer resta técnica y hemos obtenido muy buenos resultados en este tiempo. Sobre esta investigación han sido los dos últimos premios.

--¿El hecho de que sean los propios compañeros quienes reconozcan su trabajo hace que sea especialmente gratificante?

--Son premios muy objetivos y eso es siempre muy gratificante.

<b>--¿Qué investigaciones tienen ahora en marcha?</b>

--Seguimos con la investigación sobre el cierre de la orejuela, ahora para un tipo muy concreto de pacientes. Contaremos con la colaboración de varios hospitales y esperamos trabajar en ella en los próximos dos tres años.

<b>--¿A usted qué le motiva a investigar?

</b>--Esa pregunta es muy buena en España. Es algo intrínseco y algo de responsabilidad. En España la investigación no está especialmente gratificada, pero yo soy el encargado de la cardiología intervencionista con un equipo muy bueno a mi alrededor, y creo que podemos hacer algo por el Hospital Infanta Cristina y por toda Extremadura, porque somos referencia en muchas ténicas. Bajo esa responsabilidad que tienes sobre los pacientes, los propios compañeros, el prestigio del hospital y tu puesto, tratas de hacer lo mejor. Intentamos ser respetados y reconocidos; sentir que estamos haciendo algo por poner a la región y al hospital en un buen lugar. Pero es cierto que en España no hay un buen estímulo para la investigación, más allá de la recompensa intrínseca y del compromiso con uno mismo para hacer todo lo que puede en la responsabilidad que le han asignado.

--Si le dieran carta blanca para elegir una línea de investigación para abordar, qué elegiría.

--No es fácil responder a eso. Desde la cardiología intervencionista resolvemos muchos problemas y lo hacemos lo antes posible, pero en ocasiones es de forma definitiva y otras solo paliativa. La arteroesclerosis, por ejemplo, (el deterioro de las arterias) podemos atajarla en un momento, pero no puedes pararla porque está ligada a la edad. Y eso mismo sucede con otras patologías de las que nos ocupamos. No somos dioses, y la enfermedad es intrínseca a la condición humana. Lo que sí queremos es ser lo más efectivos posible para responder a las necesidades de los pacientes en la evolución de sus enfermedades.

--La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en los países desarrollados. ¿Cuanto hay de malos hábitos y cuánto está ligado al incremento de la esperanza de vida y el deterioro derivado de ello?

--Son las dos circunstancias. El factor de riesgo de la edad es intrínseco a que en las sociedades occidentales vivimos más y por tanto problemas que no se veían antes porque la gente moría sin que se llegara a ellos, ahora sí se ven. Otra cosa es que hay conductas y hábitos que aceleran ese proceso. El sobrepeso es una de las grandes epidemias, y junto a eso, el exceso de alcohol, el consumo de tabaco... Pero haciendo una vida normal, con algo de ejercicio, evitando el tabaco y el sobrepeso, se puede ganar calidad de vida y retrasar los eventos cardiovasculares.

--¿Pero la gente lo hace? ¿Cumplimos con esa serie de hábitos saludables que pueden retrasar la aparición de los problemas?

--La gente lo sabe y se hace concienciación; aunque es cierto que una cosa es si recibimos la información y otra si realmente digerimos esa información. La gente sabe que el sobrepeso, la diabetes, la hipertensión o el tabaco son malos... pero quizás hay que incidir con la población en los perjuicios que ocasionan esos hábitos malos. Y en cómo al retirarlos mejora nuestra vida.

-- Nació en Madrid y se formó allí ¿Cómo acabó en Extremadura?

--Mi primer contacto fue a través de las milicias universitarias. Saqué la oposición al terminar la carrera y vine como médico militar a la base aérea y entré en contacto con Badajoz. Después hice la especialidad en la Fundación Jiménez Díaz y regresé a Extremadura. He vivido la creación de la unidad de Hemodinámica aquí.

--El sistema sanitario siempre está en la picota. ¿Cree que hay motivo para ello?

--Pagamos el peaje de las listas de espera, que es algo intrínseco a los sistemas sanitarios públicos universales, Pero dentro de eso y de que todo es mejorable, el sistema en Extremadura está en una media alta. En esta unidad nunca hemos tenido restricciones a la hora de realizar intervenciones, y estamos hablando de tecnologías que son caras. De hecho, en las estadísticas en España en cuanto a este tipo de intervenciones siempre estamos en una media alta.