Faltan profesionales de la Enfermería en Extremadura. Un estudio del sindicato Satse señala que la región necesita al menos 500 enfermeros y enfermeras más para llegar a la media que existe en España y más de mil nuevos profesionales si la comparativa se realiza con la media europea.

El informe, presentado ayer en Badajoz por el secretario general de Satse Extremadura, Damián Cumbres, revela que la comunidad tiene en la actualidad una ratio de 4,3 enfermeros por cada cien mil habitantes y esta cifra es prácticamente la mitad que la ratio media en Europa: 8,8 por cada cien mil habitantes. Y en la comparativa con lo más próximo, con el territorio nacional, la comunidad extremeña tampoco sale mucho mejor parada. La ratio media de España es de 5,3 profesionales por cada cien mil personas y Extremadura se encuentra entre las regiones a la cola del país.

«Lo ideal y lo que estamos reclamando es llegar a la media de Europa para lo que necesitaríamos unos mil profesionales, pero si no queremos ser europeos y al menos queremos ser españoles y alcanzar la media nacional necesitamos 500 enfermeros. Y yo, personalmente, con esos 500 me daría con un canto en los dientes, porque llevamos años reclamando al menos esa cifra», explica Damián Cumbres.

Estos profesionales no se necesitan solo en el Servicio Extremeño de Salud (SES), «sino también en el Sepad, ese mundo de los mayores a los que tienen dejados de la mano de Dios con muy pocos profesionales», denuncia el secretario autonómico de Satse.

El estudio ahonda en la necesidad de aumentar las plantillas de Enfermería para garantizar la calidad de los cuidados y la seguridad de los ciudadanos. «Numerosos organismos, asociaciones y diferentes estudios indican que un déficit de enfermeros y enfermeras repercute directamente en el incremento de la mortalidad y la mobi-mortalidad de los pacientes; cuando la ratio se sitúa en torno a diez pacientes por enfermero el riesgo de mortalidad puede aumentar 1,37 veces en comparación con una asignación menor de profesionales por cada enfermero». Y esas ratios están muy lejos de la realidad: «según un estudio de las plantillas existentes en Extremadura, lo habitual es que cualquier enfermera o enfermero tenga a diario entre 15 y 20 pacientes hospitalizados a su cargo y hasta cinco pacientes si se trata de una unidad de cuidados intensivos; los servicios de Urgencias de los hospitales se encuentran habitualmente desbordados». En los centros de salud la carga también es mayor de lo recomendado, según el informe. «En Atención Primaria tienen un exceso de población asignada que hace imposible una atención segura y de calidad, con 1.459 usuarios por profesional. Y lo mismo ocurre en las residencias, donde atienden a más de cien residentes», destaca el estudio. Esta «sobrecarga de trabajo» al final no solo repercute en la atención al paciente y en la calidad del sistema sino también en la propia salud de los sanitarios.

«La mitad del personal sufre el síndrome de profesional quemado (burnout) y ocho de cada diez, estrés», indica el informe. Y un dato más: «ocho de cada diez considera que el ambiente laboral se ha deteriorado en los últimos años». «¿Por qué no se explica el motivo por el que la mayoría de los profesionales de la Enfermería se quiere jubilar a los 63 años y pocos meses aún perdiendo dinero de su jubilación? Pues por la carga de trabajo que existe. Los médicos quieren seguir trabajando hasta los 70 pero los enfermeros, no. Los mayores que pueden se van jubilando y los jóvenes se nos están yendo a Europa, esa es la situación», afirma Cumbres.

Para paliar esa carga laboral y mejorar la prestación de sus servicios, el sindicato Satse, a nivel nacional, ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas en todas las autonomías. Con ellas (necesitan 500.000) quieren presentar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) en el Congreso de los Diputados para exigir una ley que fije el número máximo de pacientes que debe tener asignado cada enfermero o enfermera del país, para que no haya las diferencias que existen entre las autonomías y para que mejore tanto el sistema sanitario como la salud de los pacientes y de sus profesionales.