La empresa irlandesa Meat Processing será la encargada de gestionar el matadero de Olivenza si bien su propietario sigue siendo el empresario español de origen jordano Ahmad Al-Khatib. La nueva gestora tiene un plazo máximo de tres meses para poner de nuevo la industria a pleno rendimiento, y lo hará vendiendo una marca propia, ya que elaborará, procesará y comercializará la carne desde la planta oliventina, según explicó ayer a este periódico el propio Al-Khatib. Además, se garantiza el mantenimiento de la plantilla (25 trabajadores en la actualidad) con la promesa de que «se volverá a contratar a los trabajadores despedidos en función de las necesidades de la nueva empresa gestora», comentó el dueño del matadero.

Los nuevos gestores están trayendo actualmente la maquinaria necesaria para la puesta a punto de esta nueva aventura, «y les hemos dado un máximo de tres meses para que esté funcionando con regularidad». Meat Processing «va a ser una industria cárnica, no solo se van a dedicar al sacrificio, sino que van a elaborar, procesar y comercializar la carne, con una marca propia», que exportará también al mercado árabe, como hace Golden Wordwide Trade, la empresa de Al-Khatib, y también a sus clientes en España y el resto de países a los que venden. Y todo ello con la «promesa» de que «los despedidos volverán», en función de las necesidades de Meat Processing.

El propietario del matadero oliventino confía en que esta operación es la adecuada para que esta industria vuelva a recuperar la estela que siempre tuvo, y que ahora se ve marcada por el embargo de sus cuentas por parte de la Seguridad Social por unos «argumentos absurdos», aseguró; ya que, de un lado, la Seguridad Social considera que es «una sucesión de empresa porque contraté a los mismos trabajadores que había cuando compramos el matadero en 2014», y por otro lado, porque «dice que es el mismo objetivo, el mismo objeto social de la actividad»; pero «claro que lo es, es un matadero, no es una empresa de coches o de otra cosa; todo es absurdo», denunció.

Además, aseguró que la deuda, de unos 400.000 euros, causante del embargo por parte de la Seguridad Social, «es de otra empresa que no es la mía, es de los antiguos dueños del matadero», la familia Ruiz Mateos. Asimismo, dice no entender por qué la Seguridad Social «se salta a la empresa que había antes que nosotros, que sigue y es muy potente en este mercado, Grupo Norteños», insistió.

Lo cierto es que esta cuestión está en los tribunales de justicia, y espera que todo se solucione a su favor, pero «el daño ya está hecho», porque «ha perjudicado mucho a la empresa, a su imagen, con pérdida de confianza de los proveedores y de los clientes», manifestó.

ACTIVIDAD

Mientras este conflicto judicial se resuelve, la planta continúa con su actividad, aunque con muchos altibajos arrastrada por ese embargo.

Casi 30.000 cabezas de ovino y caprino fueron sacrificadas el año pasado en este matadero, bajo el rito halal, tal y como manda el islam, para exportar gran parte de esta carne a los Emiratos Árabes Unidos, donde es muy apreciada.

Además de corderos y cabritos, se sacrificaron el año pasado más de 6.300 vacas, lo que generó un total de 1.690.000 kilos de carne de vacuno, según los datos aportados por Golden World Wide.

El 80% de la producción de este matadero se dedica a la exportación, sobre todo a los Emiratos Árabes, pero también a Arabia Saudí, Catar e Inglaterra.

La propia empresa asegura que el matadero de Olivenza pasó de una facturación de 5 millones de euros en el ejercicio 2015 a 8 millones el pasado año.

Al-Khatib espera que este nuevo rumbo que adquiere la industria sea el definitivo para reactivar su actividad.