El valor de las producciones agroganaderas extremeñas ascendió a 2.665,6 millones de euros en el 2017, lo que representa un incremento del 5,25% respecto al contabilizado el año anterior, según los datos contenidos en La agricultura y la ganadería extremeñas 2017, una publicación editada por Fundación CB y elaborada por profesores de la Escuela de Ingenierías Agrarias y de la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de Extremadura.

Este crecimiento se produjo a consecuencia de la mejora tanto de la producción vegetal como de la animal, con auges del 4,45% y del 6,66%, respectivamente. La primera de ellas supuso un 48,7% del valor total, mientras que la segunda concentró el 46,83%. El resto de las actividades significaron un 4,47%.

Esta evolución al alza contrasta con la que experimentó la renta agraria. Este concepto, que incluye el valor generado por la actividad de la producción agraria, entendiendo por tal la remuneración de todos los factores de producción (tierra, capital y trabajo), retrocedió el año pasado un 2,69% respecto a 2016 y totalizó 1.641,3 millones de euros a precios corrientes.

«Desde el punto de vista agrario, el año 2017 se caracterizó por la influencia de las condiciones meteorológicas adversas sobre toda la producción agraria», se resalta en el informe, que menciona la ausencia de lluvias así como otras incidencias meteorológicas como tormentas y olas de calor registradas a lo largo del ejercicio. Las elevadas temperaturas, por ejemplo, anticiparon la maduración de la práctica totalidad de las variedades de fruta y mermaron su calidad, mientras que el déficit hídrico, sobre todo en algunos cultivos de secano como el olivar y el viñedo, ocasionó una considerable caída de sus producciones potenciales. No obstante, se matiza, «El aumento de los precios en la mayoría de los grupos de cultivo ha compensando la disminución de la producción, si bien ha habido disminuciones notables en uva de vinificación (-57,15%) y en aceite de oliva (-28,11%)». Se destaca, igualmente, la mejora de la producción y del valor económico de la aceituna de almazara, «en un año que potencialmente podría haber conseguido los registros históricos más altos en la región».

En cuanto a la producción animal, se remarca «el efecto negativo» que tuvo en los costes de las explotaciones la escasez de lluvias, «al hacerse necesaria la suplementación de alimento debido a la baja producción de pastos, registrando por el contrario un buen comportamiento en precios».

Dentro de la carne y el ganado se contabiliza un mayor volumen de todas las producciones salvo en el sector del porcino, que tuvo algo más de un 5% de retroceso. El resto de capítulos acabó el año con mejores cifras que el procedente: un 3,78% el bovino; un 5,66% el ovino-caprino; un 1,62% las aves; y un 2,12% el resto, que incluye conejos y el equino.

Especialmente significativo es el auge de la valoración económica de los productos animales, que fue de un 29,3%, hasta sumar 121,7 millones. En el sector de la miel y la cera, el incremento superó el 67%, por un 52,2% de los huevos y un 42,7% de la lana.

El comportamiento a la baja de la renta agraria vino determinado por dos factores. En primer lugar, por el de los consumos intermedios, que subieron un 13,8% en comparación a los del 2016, dejando 1.192,6 millones de euros fuera del sector agrario. A excepción de los fertilizantes, con un 10,1% menos de gasto, todos los apartados experimentaron alzas en su consumo. El de piensos (que concentran un 56,4% de los consumos intermedios), llegó a aumentar un 25%.

En segundo lugar, por las subvenciones, que significan más de un tercio (un 35% en el 2017) de la renta agraria extremeña. Estas ayudas se redujeron un 4% sobre las recibidas en el ejercicio precedente. En conjunto, las ayudas sumaron 573,5 millones de euros. De ellas, las que comprende el capítulo denominado régimen de pago básico (pago básico; para prácticas beneficiosas para el clima y medioambiente; para los jóvenes agricultores; y para los pequeños agricultores) ascendieron a 424,5 millones, casi tres cuartas partes del total (421,5 millones en el 2016).

A las ayudas ganaderas acopladas a la producción (a los productos animales) correspondieron otros 73,5 millones de euros, un 1,27% por debajo del año anterior, mientras que las ayudas asociadas a los productos vegetales fueron de 7,31 millones de euros.